29 de octubre de 2010

MUERE EL HISTÓRICO LIDER ANTIFRANQUISTA MARCELINO CAMACHO

El histórico líder de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, ha fallecido este jueves a los 92 años. "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar". Que así sea, Camarada.



El histórico líder de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, ha fallecido este jueves a los 92 años tras una larga enfermedad.
Camacho llevaba ingresado en un hospital madrileño desde el pasado 26 de octubre, cuando entró gravemente enfermo. Su fallecimiento se ha producido a las 1,30 horas.
La capilla ardiente se instalará en la calle Lope de Vega, 40, en Madrid, desde las 10,00 horas de este viernes hasta las 11,30 horas del sábado.
Su féretro se trasladará a la Puerta de Alcalá, donde habrá un acto de despedida a las 12,30 horas. Su entierro será a las 14,00 horas del sábado en el Cementerio Civil.

"El dirigente obrero y comunista"
La Comisión Ejecutiva de CCOO ha lamentado, en un comunicado, la muerte de su primer secretario general, del que asegura que "contribuyó decisivamente a que CCOO sea hoy el sindicato más fuerte del país".
"Ha muerto Marcelino Camacho. El dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado de los derechos de los trabajadores. Toda una vida dedicada a la causa de los más débiles, a la conquista de una sociedad más justa y solidaria", ha anunciado el sindicato.
CCOO ha recordado cómo tanto en la guerra, en el exilio, en la dictadura y en la libertad Camacho "siempre luchó al lado de los trabajadores" y por ello fue detenido varias veces y encarcelado durante varios años.
Destaca que Camacho contribuyó "decisivamente a transformar el primer sindicato del país". "Un sindicato que modernizó y transformó, a partir de una apuesta decidida y valiente por la autonomía sindical, autonomía que ya es la expresión de identidad más sólida de CCOO".

"Compromiso con la libertad"
Señala que "su compromiso con la libertad y el socialismo" le llevó a ingresar en el PCE, y "a protagonizar la lucha política y sindical con el mismo empeño y generosidad".
En 1985 formó parte del grupo que fundó IU, organización a la que perteneció hasta el final de sus días.
CCOO destaca que Marcelino Camacho era un hombre "abierto, firme, coherente y defensor de un sindicalismo de presión-negociación, que desde hace muchos años simboliza la estrategia del movimiento sindical".
"Marcelino Camacho estará siempre presente en el proyecto sindical de CCOO, en la reivindicación y en la propuesta, en la negociación y en la movilización. Nos ha dejado Marcelino Camacho, un hombre irrepetible", concluye.

14 años en prisión
Fue  detenido el 24 de junio de 1972 en la reunión de la Coordinadora Estatal de CCOO y condenado a veinte años de prisión por dentro del conocido como sumario 1.001, juicio iniciado el día que mataron a Carrero Blanco, en diciembre de 1974.
Le fue rebajada esta sentencia por el Tribunal Supremo en febrero de 1975, a seis años, siendo puesto en libertad definitivamente en mayo de 1976. Así pues, pasó cerca de 14 años en las prisiones y campos de concentración.
Camacho fue elegido secretario general de CCOO en 1978 y un año antes diputado por Madrid del PCE, cargo que revalidó en 1979, si bien acabaría dimitiendo por discrepancias con su partido antes de romper con la disciplina de voto.
El carismático sindicalista dirigió CCOO hasta 1987. De aquellos años destaca la primera huelga general convocada al gobierno de Felipe González en 1985. Cuando abandonó la dirección del sindicato, con Antonio Gutiérrez como sucesor, Camacho fue nombrado presidente honorífico, pero dimitió en 1996 por el distanciamiento del sindicato con el PCE.

PCE y CCOO
Hasta la fecha, Camacho había militado en el PCE y había conservado el carnet nº1 de CCOO. Además, posee la Gran Cruz del Mérito Civil, concedida por el Jefe de Estado, el 25 de junio de 1983; la Orden Lázaro Peña de primera clase, concedida por el Consejo de Estado de la República de Cuba, el 6 de julio de 1984; la Medalla de Oro de la FDGB de la República Democrática Alemana, el 26 de enero de 1988 y, la Orden de Primera Clase de la República Popular Búlgara, concedida por el Consejo de Estado, en enero de 1988.
El 18 de noviembre de 1988 obtuvo también la Orden del Mérito Constitucional. El 12 de enero de 1989, fue nombrado profesor honorario por la Universidad Complutense de Madrid.
En marzo de 2008, sus compañeros le rindieron un homenaje en el Auditorio de CCOO, que hoy recibe su nombre, un emotivo acto que finalizó con miles de afiliados a CCOO cantando a coro La Internacional.
Camacho compartió la mayor parte de su vida con su esposa, Josefina Samper, con la que se casó en 1948 y tuvo dos hijos, pero, sobre todo, se dedicó por entero a la lucha obrera y por las libertades, algo que él mismo plasmó en sus memorias 'Confieso que he luchado', publicadas en 1990.

"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar"
Éste fue el famoso lema de Camacho, que refleja la lucha por las libertades y la democracia que mantuvo este sindicalista
La muerte de Marcelino Camacho supone la desaparición de uno de los mayores referentes de la lucha política y social que ha tenido la izquierda española, que pasó de ser preso político en el franquismo a líder de Comisiones Obreras durante la primera década de la democracia.
"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar". Éste fue el famoso lema de Camacho, que refleja la lucha por las libertades y la democracia que mantuvo este sindicalista, reconocido también por su capacidad negociadora en los primeros acuerdos laborales de este periodo.
Un lema que él mismo recordó en su última intervención pública, en el multitudinario homenaje que se le rindió en noviembre de 2007 en el que recibió el reconocimiento unánime del Gobierno, la mayoría de los partidos y sindicatos y la patronal.
Tras aquel acto, el histórico líder sindical sólo asistió, ya sin discursos, a otros dos eventos públicos: otro homenaje organizado por el sindicato en Madrid en enero de 2008 y el IX Congreso de CCOO, celebrado en diciembre de 2008.


Un referente de la lucha política y social para la izquierda
Pasó de ser preso político en el franquismo a líder de Comisiones Obreras durante la primera década de la "democracia"
Nacido el 21 de enero de 1918 en Osma la Rasa (Soria) Marcelino Camacho Abad, hijo de un guarda agujas, se afilió al Partido Comunista de España (PCE) en 1935, cuando tenía 17 años, y durante la guerra civil combatió del lado republicano contra los insurgentes en los frentes del Centro y del Sur.
En marzo de 1939 fue detenido en Madrid y fue encarcelado en Toledo, de donde escapó para volver a ser apresado y encarcelado en la Prisión Provincial de Comendadoras.
En 1941 salió en libertad provisional y fue obligado a hacer el servicio militar, con trabajos forzados en la reconstrucción del Alcázar de Toledo y después destinado en Tánger.
En diciembre de 1943 se fugó al Marruecos francés y de allí a Argelia, en 1944. En Orán residió como refugiado político hasta 1957 y aprendió el oficio de fresador.
En el exilio continuó su actividad sindical dentro de la CGT francesa y la política con trabajos de propaganda del PCE.
Ingreso en CCOO
En 1954 fue detenido y recluido en Argelia, aunque después fue puesto en libertad y fue expulsado de ese país, desde donde marchó a Francia, que también lo acabó expulsando.
Regresó a España en 1957, y comenzó a trabajar en los talleres de la empresa Perkins Hispania, en la que llegó a jefe de taller. También reanudó su labor sindical como enlace y vocal del jurado de empresa.
En 1964 fue elegido miembro de la Comisión Obrera Provincial del Metal -primera comisión obrera de Madrid- y en junio de 1966 fue de nuevo detenido cuando iba a entregar un pliego de firmas al Ministerio de Trabajo junto con otros compañeros.
Ingresó en la prisión de Carabanchel en marzo de 1967, y cinco años después, tras estar fuera tres meses, volvió a la cárcel tras ser acusado de formar parte de la Comisión Coordinadora General de Comisiones Obreras.

'Proceso 1.001'
El fiscal del conocido como 'Proceso 1.001' solicitó para todos los acusados un total de 162 años de cárcel y por esta causa Marcelino Camacho fue condenado a 20 años que el Tribunal Supremo redujo después a seis.
El 30 de diciembre de 1975 salió de prisión con motivo del indulto real por la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, aunque en marzo de 1976 fue de nuevo detenido acusado de pertenecer al Comité Ejecutivo de Coordinación Democrática y en junio fue multado por participar en una asamblea de delegados de CCOO en Madrid.
Ese mismo año fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del PCE y en 1977 responsable del Secretariado de la Coordinadora General de CCOO, durante la primera reunión de la Asamblea General del sindicato, celebrada en Barcelona.
Fue elegido diputado del PCE por Madrid en las elecciones constituyentes de 1977 y reelegido en las generales de marzo de 1979.
El 10 de febrero de 1981 dimitió como parlamentario en protesta por el Estatuto de los Trabajadores y para dedicarse a su labor sindical en CCOO.

Sustituido por Antonio Gutiérrez
En 1982 también presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva del PCE para, según él, "reforzar la independencia de Comisiones".
Continuó como secretario general hasta 1987, cuando fue sustituido en el cargo por Antonio Gutiérrez.
Luego pasó a ocupar la presidencia del sindicato, en la que se mantuvo hasta el 19 de enero de 1996.
Desde entonces, participó en numerosas manifestaciones y actos de protesta contra la reforma del Pacto de Toledo, a favor de la jornada de 35 horas o contra la Guerra de Irak, entre otras, y recibió varios homenajes.
A lo largo de su vida Marcelino Camacho recibió numerosos reconocimientos, desde el otorgado por el Consejo de Estado de la República de Cuba o la Medalla de Oro de los sindicatos de la antigua República Democrática Alemana. En España recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y el premio de la Fundación Abogados de Atocha, entre otros.
Autor de tres libros -"Charlas en prisión", "España, una conquista de la democracia", y el autobiográfico "Confieso que he luchado"- su trayectoria sindical y humana ha sido recogida en la biografía "Marcelino Camacho y Josefina. Coherencia y Honradez de un líder", escrita por el filósofo Alfredo Gómez

BARCELONA: GUERRA PREVENTIVA CONTRA LA DISIDENCIA

LOS MOSSOS TENÍAN DISEÑADA UNA VASTA MACROOPERACIÓN POSTHUELGA QUE FINALMENTE NO SE HA MATERIALIZADO

Las versiones oficiales han reducido a guerrilla urbana la protesta durante la huelga general. Así, la participación ciudadana es silenciada y criminalizada.

DIAGONAL. David Fernández / Barcelona
Jueves 28 de octubre de 2010.  Número 136


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El antiguo Banco Español de Crédito, antes de ser desalojado por los Mossos. Foto/ Guillaume Darribau


En Catalunya, a las puertas de unas elecciones autonómicas que implicarán un cambio de ciclo involutivo; en medio de una crisis social con su cortejo de 1,3 millones de pobres y 600.000 parados; y ante una recuperación económica y social que se prevé lenta y con dramáticos impactos sociales, la palabra de moda en Barcelona es… antisistema. Cabeza de turco o excusa permanente, el término ha copado tertulias, declaraciones públicas y alertas policiales tras una huelga general que superó las expectativas. Y los movimientos sociales han vuelto a convertirse en ariete político.
La atención mediática, focalizada en los enfrentamientos con la policía el 29-S en el centro de la ciudad, se ha aprovechado de las tesis oficiales más habituales. El Ayuntamiento ha recurrido a la manida de “los 200 violentos de siempre”, las fuentes policiales reviven el triángulo anarquista Grecia-Italia-Barcelona y los Mossos aducen la existencia de un cómplice “colchón social de 1.800 activistas sociales” que ampararía a los jóvenes de los disturbios.
Estas tesis ampliamente repetidas se han visto acompañados, en plena disputa electoral, de peticiones casi unánimes de mayor dureza y de llamamientos abiertos a una suerte de guerra preventiva contra la disidencia. Hasta tal punto ha llegado la guerra verbal que Maria Eugenia Alegret, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, salió al pasó para recordar que la guerra preventiva no tiene encaje legal ni constitucional en el actual ordenamiento. Ni encaje ni concreción penal.
Hoy, excepto el ciudadano rumano Gociu B.M, en situación de exclusión social y acusado de participar en el asalto a una tienda Levi’s, no queda ninguna persona privada de libertad, a pesar de las 43 detenciones que se produjeron en Barcelona. Algunas de ellas realizadas, según testimonios presenciales, por agentes policiales que, “a dedo”, en los piquetes matinales llamaban por su nombre a los que iban a detener.

La ‘otra huelga’ invisibilizada
Y es que las versiones oficiales apenas han hablado de ‘la otra huelga’ vivida en Barcelona el 29 de septiembre, la que aunó sectores sociales excluidos del sindicalismo oficial, la que visualizó la implicación y protesta de jóvenes, mujeres o migrantes, la que tomó protagonismo en la calle. Una huelga que se hizo presente el 25 de septiembre con la espectacular
toma del antiguo Banco Español de Crédito en la céntrica plaza Catalunya de Barcelona, acción que catalizó la huelga de los otros: de los precarizados, de los excluidos, de los comités de barrio... Y que visualizaba un intento compartido por recuperar los vínculos sociales y comunitarios deteriorados por la crisis, reforzar la búsqueda y defensa de alternativas sociales ante el colapso económico y financiero.
Su eco ha sido prácticamente nulo en los media. Y no por que hayan faltado voces. El histórico ex concejal de Urbanismo de Barcelona, Jordi Borja, confesó que había participado tranquilamente en asambleas y múltiples debates del banco ocupado: “ni armas ni cócteles molotov que, por cierto, tampoco después aparecieron”. Incluso un magistrado de Barcelona, presente en el banco, ha certificado a DIAGONAL que “dentro de la okupación del emblemático edificio se desarrollaron actividades y talleres de debate y formación ciudadana: fue algo de un contenido social extraordinariamente positivo”.

Un “arsenal de guerrilla”
Similar opinión refiere Clara Valverde, presidenta de la
Liga de Síndrome de la Fátiga Crónica, Fibromialgia y Sensibilidades Químicas Múltiples que en una carta abierta al consejero de Interior, el ecosocialista Joan Saura, denunciaba el desalojo y relataba su participación en las actividades desarrolladas en el banco. Valverde finalizaba la misiva recordando a ICV que éstos hechos son los que le costarán el Gobierno en las elecciones del 28 de noviembre, matizando empero que nadie podrá borrar lo inscrito en las puertas del edificio ocupado: “Aquí se sueña”.
En una de las pocas grietas de la siempre monocorde La Vanguardia, Gregorio Morán también ofreció otra reflexión: “con una juventud diezmada por un paro sin precedentes y sin otra alternativa que la emigración, ya me dirán ustedes como enfocamos esto de los antisistema. ¿Quién fue el ingeniero de la palabra que se inventó la denominación?”.
Y es que la tesis política y policial esgrimida para el desalojo, en plena jornada de huelga general, sostenía que el banco ocupado había sido el epicentro armado de la guerrilla urbana. Sin embargo ningún atestado policial ni diligencia judicial refiere hoy prueba alguna en ese sentido. Prueba de ello es que tras el desalojo, las 19 personas que se hallaban en el interior sólo fueron identificadas y ninguna detenida. Es una operación jurídicamente ilegal, ya que el Juzgado de Instrucción número 1 sólo autorizó, telefónicamente, la entrada en el edificio, pero nunca su desalojo. Después, “el arsenal de guerrilla” nunca apareció y se limitó a una única garrafa de gasolina nunca utilizada. Garrafa que, paradójicamente, es la prueba que aduce la propiedad del banco para demostrar que daba uso a un edificio vacío hace 5 años: la garrafa alimentaba el generador eléctrico que tenían contratado. Hoy del proceso por la ocupación del banco quedan 19 personas imputadas por un único delito de usurpación. Mientras “guerrilla” y “arsenal” se han desvanecido del sumario judicial. Aunque la criminalización sigue atizando la lógica inquisitorial: fuentes judiciales han confirmado que mandos de los Mossos tenían diseñada una vasta macrooperación posthuelga que finalmente no se ha materializado.
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Campaña por la libertad de expresión
S. DE CASTRO, KAOS EN LA RED Tras los incidentes ocurridos el 29 de septiembre, la concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Assumpta Escarp, proponía el cierre de aquellas webs que, según ella, hacen “apología de la violencia”, citando a diversos medios como
Kaos en la Red. El 5 de octubre, Escarp pedía a la Fiscalía la investigación de las webs citadas. Paralelamente, los medios de comunicación de masas comenzaban su escalada de criminalización de los antisistema.
Un proceso que llegaba a su punto culminante cuando el día 9 de octubre el Telediario de RTVE emitía un reportaje en el que utilizaba expresiones como “guerrilla urbana” o “terrorismo de baja intensidad” para referirse a las acciones de los grupos alterglobalización en Barcelona, a la vez que mostraba imágenes de webs como Kaos en la Red, Indymedia Barcelona, Alerta Solidaria y La Haine. La campaña lanzada por Kaos en la Red a favor de la libertad de expresión ha encontrado el apoyo de miles de personas y organizaciones, incluido el Sindicato de Periodistas de Catalunya. Por otro lado, el 19 de octubre fue presentado un manifiesto firmado por más de 120 profesores y profesoras de distintas universidades catalanas que denuncia “la actual política de criminalización de los movimientos sociales”.

Frenar las iniciativas futuras
La campaña de criminalización es también un golpe político y policial lanzado contra una agenda intensa para los movimientos sociales. La
Asamblea de Barcelona y el Moviment del 25 de setembre, dinamizadores de la huelga de ‘los invisibles’, realizaron el 14 de octubre, con la participación de más de 300 personas, una asamblea de valoración de la huelga, desde donde se ha impulsado un calendario movilizador ante la campaña electoral.
Además, en sinergia con el movimiento feminista, gay y lésbico y ateo, han declarado los días 6 y 7 como jornadas de lucha contra la visita papal. Protesta que irá acompañada por una huelga parcial en los autobuses de Barcelona, convocada por la CGT y anunciada en rueda de prensa por Josep Garganté, el 20 de octubre. Este dirigente sindical de la CGT fue detenido el jueves 14 por agentes de paisano de los Mossos, cuando acababa su turno como conductor de autobuses y se dirigía a una asamblea.
La detención partía de la denuncia de un trabajador de TV3 que le acusaba de haber roto su cámara. Pero en los vídeos entregados a la justicia, no se ve que Garganté participase. El sindicalista salió en libertad al día siguiente con cargos genéricos por desórdenes y daños.