24 de febrero de 2013

LA LIBRA, EN EL PUNTO DE MIRA: LOS GRANDES GESTORES APUESTAN POR LA DEBILIDAD DE LA DIVISA BRITÁNICA

George Soros, magnate especulador y "filántropo"
de  la Fundación Tides (Mareas en  inglés)

Isabel Mauricio. Cotizalia
La libra es el nuevo objetivo de los hedge funds (fondos de cobertura o de inversión libre). Los grandes fondos americanos están intensificando sus posiciones cortas sobre la divisa británica ante la posibilidad de que se deprecie en plena guerra de divisas. El anuncio de una política monetaria más permisiva con la inflación por parte del que será el nuevo gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, y la posibilidad de que las agencias de calificación rebajen el rating del Reino Unido son los principales argumentos de los gestores.


Fondos como el de George Soros, Paul Tudor oAndrew Law (Caxton Associates) están incrementando de manera significativa sus posiciones cortas respecto a la libra esterlina. Una estrategia que desde noviembre y hasta ahora han llevado a cabo contra el yen y les ha reportado pingües beneficios, que en el caso de Soros superan los 1.200 millones de dólares.
No son los únicos inversores que apuestan contra la libra. De hecho, según los últimos datos de la US Commodity Trading Commission, las posiciones cortas sobre la divisa británica han pasado de 1.174 contratos a finales de la primera semana de febrero a 16.776 a mediados mes, convirtiéndose en la segunda moneda, después del yen, con mayor volumen de posiciones bajistas. Hay gestoras, como Franklin Templeton, que han optado simplemente por reducir sus posiciones
La llegada del actual gobernador del Banco Central de Canadá, Mark Carney, al Banco de Inglaterra, que se ejecutará en julio, ha disparado las alarmas de los gestores de fondos. Carney ha mostrado una mayor tolerancia a la inflación que su predecesor en el cargo, Mervyn King, y ha dejado entrever su predisposición a enfocar sus políticas hacia un crecimiento de la economía y a adoptar un enfoque más flexible con respecto a los precios.  
Asimismo, el próximo gobernador ha asegurado en reiteradas ocasiones que no le importaría en absoluto tener una divisa más débil, ya que daría un empujón a las exportaciones y ayudaría a recuperar la débil economía británica. La política monetaria que previsiblemente emprenderá Carney recuerda a los gestores a la adoptada por el Banco de Japón. Desde UBS ya han advertido de que la libra está encaminada a seguir el mismo camino que el yen. “Será la divisa que sufra la próxima gran devaluación”, avisan.
Tampoco han ayudado los rumores de una posible rebaja de rating inminente sobre la deuda del Reino Unido por parte de Standard & Poor’s, que le quitaría la triple A. Así, en poco tiempo, la libra ha pasado de ser una divisa refugio a sufrir las ventas masivas de los inversores ante el empeoramiento de sus perspectivas y tocar el lunes mínimos de siete meses frente al dólar, hasta 0,648 unidades por dólar.  
Soros vuelve al ataque
Lo más llamativo del ruido bajista que envuelve a la libra es que Soros vuelve a encontrarse con la divisa británica. La relación amor-odio del inversor con la libra esterlina se remonta 20 años atrás. El multimillonario forzó en 1992 la devaluación de la divisa británica con la venta de más de 10.000 millones de libras en los mercados. Con aquella operación, se embolsó la nada despreciable cifra de 1.000 millones de dólares e inició una estrategia que, al igual que ahora, copiaron otros gestores. De nada sirvieron en aquella ocasión los esfuerzos del Banco Central de Inglaterra, que llegó a gastar 50.000 millones de dólares, para frenar el desplome de su moneda, que acabó con sus huesos fuera del proceso que conduce al nacimiento del euro.

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