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11 de julio de 2016

LOS POLÍTICOS DEL RÉGIMEN SE BURLAN DE LA SOBERANÍA NACIONAL EN LA BASE USA DE ROTA

Por Marat

Ayer Mariano Rajoy tuvo su media hora de "gloria" en la TVE con su amado dueño, Barack Obama, en una escena del sofá presentada en directo para todos los españoles, y Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez fueron a rendir pleitesía a su Emperador en suelo americano, la base Militar de Rota.

Las bases norteamericanas en España son una cesión de soberanía nacional ante la que los patriotas de hojalata que afirman que Gibraltar es español no sienten el peso de la humillación. Tienen tan interiorizada su perenne genuflexión ante una OTAN agresora de pueblos y ante un Imperio, en decadencia pero aún fuerte, que debe parecerles de lo más normal ir a llevarle oro, incienso y mirra a uno de los mayores genocidas de la historia del imperialismo norteamericano.

En total, el Emperador dedicó 10 minutos al trío de la infamia -Iglesias, Rivera y Sánchez-, los candidatos a pajilleros eggggpañoles del próximo César.

Sé, por una cocinera española infiltrada en la base, que se venga patrióticamente del desdén USA, echándoles a los soldados en la paella [me ha contado que les gusta mucho] tropezones de cazcarrias que se extrae su marido de la nariz, y que ella acumula cuidadosamente dentro de cajas de Starlux, que la recepción debió de ser algo así:

-Bueeeeeenasssss (ante la puerta de la base, recibidos por un marine de aspecto gorilesco y cara de buen comedor de hamburguesas MacDonald´s), venimos a saludar a Barack Obama [la frase seguramente fue dicha por Pablito Iglesias, alias PIT, que no Brad, que es el que más desparpajo, ansia de protagonismo y menor sentido del ridículo tiene de los tres]
-Vayan pasando por el arco detector de metales con los brazos en alto, pollos, y dejen sus pertenencias en estas bandejas, diría el marine con cara de desprecio indisimulado.
-Pero es que yo le traigo como presente un libro dedicado por mí sobre la Brigada Lincoln en nuestra guerra -aduciría Pablito, iniciando un mohín de tímida y ahogada protesta-.
-Bueno, déjelo ahí -respondería el marine encogiéndose de hombros, señalando un contenedor de basura, mientras arrancaba la hoja de la dedicatoria para llevársela a su jefe-. Ramires -diría el marine, por el walkie talkie que descolgó de su cinturón-, te mando para allá tres pollitos mexicanos-, dejando claro que andaba un poco desorientado geográficamente respecto a la ubicación del conato frustrado de país que rodeaba la base-. Pásalos por la sala de desparasitación -añadió, mirando de reojo con cara de desconfianza al de la coleta que, para la ocasión se había puesto un bonito coletero morado- antes de llevarlos al jefe, ¿okay?

Del resto de la recepción no me ha pasado datos mi infiltrada en la base militar, ya que no tiene acceso a la sala noble de la misma, pero seguramente transcurriría en un ambiente de feladoras palabras al Emperador, competencias por ser elegido el más lameculos de la comitiva por parte del mismo y empalagosos tonos vocales destinados a llegar a su corazón.

El Presi, tras dedicarles 10 minutos entre los tres, concluiría, asqueado de tan bajo pelotilleo, con aquello de “Sea cuál sea el Gobierno [entrante], España seguirá siendo un aliado sólido”…y una provincia más de nuestro Imperio, habitada por gilipollas [la palabra la conocen bien los yankees; es La Macarena internacional del insulto] sin dignidad, que creen que estamos en él para protegerles de unas guerras que provocamos por nuestra cuenta y en nuestro beneficio y en la que ponen los muertos los atacados y la población civil de los pseudopaíses que nos acompañan en nuestra empresa.

No soy en absoluto nacionalista ni patriota, sino un español menos que tibio que se considera internacionalista. Por tanto, nadie busque en este exabrupto de urgencia otra cosa que el asco más infinito contra sus cuatro primeras espadas políticas y contra un pueblo con alma y cerebro de esclavo que, en lugar de manifestarse contra la OTAN, sus guerras y sus bases militares en territorio cedido por el dictador Francisco Franco a otro Emperador norteamericano para protegernos del “peligro comunista” de la Unión Soviética, ha preferido seguir mirando para otro lado y congratularse de que, posiblemente aumente la afluencia de turistas USA al país, para que haya más empleos de camareros, mientras los sucesivos “políticos” de los “gobiernos democráticos” herederos del franquismo hacen de croupiers en las mesas de la ruleta del deshonor y la indignidad.

Afortunadamente, ni los podemitas, que han nombrado al bombardero y amigo de los intereses de EE.UU., Julio Rodríguez, su responsable de asuntos militares, ni sus patéticos socios de IU aparecieron por Serrano mientras unos pocos nos manifestábamos en defensa de la dignidad antiimperialista. Sólo andaba por allí el imbécil de Jaime Pastor y cuatro pipiolos de la UJCE en su indigno papel de soplar y sorber a la vez. Si llega a aparecer alguno más conocido de ellos, como Garzón o Monedero, igual se habían llevado un par de hostias.