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22 de enero de 2015

¿ZAPIGLESIAS O IGLESZAPA?

Por Marat

Cuentan los gacetilleros que un día de Diciembre de 2014, poco antes de las navidades, la casa del católico José Bono se iluminó por la presencia de tres estrellas de talla mundial que habrían fundido los plomos de la vivienda y de las de toda la ciudad, si las hubiera colocado en el abeto: allí estaban el Champions League José Luis Rodríguez Zapatero, el Clint Eastwood (lo dijo él mismo) Pablo Manuel Iglesias Turrión y el efebo pastorcillo de Belén Íñigo (¡qué nombre de reminiscencias tan jesuíticas!) Errejón-me-faltó-un-papel. 

Desconozco si el encuentro fue comida o cena y si a los postres, tras el consabido Ángelus o Rosario, según horario, oficiados en cualquier caso por el pater Bono y auxiliado por el monaguillo Errejón, hubo o no roscón prenavideño, ese en el que le tocó el haba a Monedero cuando lo probó en casa de Carmen Lomana, acompañado de la pijo-ultra-democrática-y-tolerante jet-set. 

Estoy convencido de que ectoplasmáticamente flotaban en el ambiente las imágenes de Susana Díaz apuñalando sanguinaria pero fraternalmente al “compañero” Pedro Sánchez "el breve", mientras una sonrisa mefistofélica pasaba por el rostro de Zapatero y se reflejaba cual aura de santo sobre la cabeza del miembro numerario del Opus Dei, empresario, terrateniente, ex Presidente del Congreso, ex ministro y ex Presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, hoy asolada por María Dolores de Cospedal, José Bono. 

¿Quién iba a decirle a Pablo Manuel Iglesias Turrión que un día estaría ante el ídolo de su juventud, ante el campeón del concurso “invente usted nombre para esquivar la palabra crisis”, ante el hombre al que en su tesis doctoral definió como “referente progresista mundial”, quizá inspirado por el ex afilado al PSOE y más tarde “empresario-emprendedor-no-enseño-las-facturas” Juan Carlos Monedero.

Enorme e indescriptible debió ser la emoción que embargara al joven politólogo-como-dice-Carl-Schmitt al ver tan de cerca a su ídolo de juventud. Sin duda el abrazo entre ambos debió ser tan poderoso que bien pudieron fundirse uno y otro, de tal modo que el podemita y Mr artículo 135 de la Constitución acabasen siendo uno solo. 

Dicen que hablaron de todo, de la situación del país, ¡de teoría política! (debe haberse rebajado mucho el nivel de ésta en los últimos años), de economía (Zapatero la aprendió en unas tardes), de América Latina, del euro, según Zapatero y, según Iglesias, de las perspectivas de España, término éste aparentemente más difuso pero que bien podría estar señalando posibles evoluciones futuras de las relaciones entre PSOE y Podemos, cosa ésta que siempre niegan con la boca grande los dirigentes podemitas, mientras con la pequeña acaban diciendo eso de “hombre, si el PSOE cambia mucho y se hace autocrítica...”. No hará falta tanto al día siguiente de las municipales y autonómicas. 

Y es que las sintonías personales son algo que acerca incluso más que unas afinidades políticas, siempre negadas, pero evidentes desde el marco ideológico del reformismo. No obstante en la traslación a los medios de esas simpatías es significativo que Zapatero fuese más mesurado que los dirigentes podemitas. Para el expresidente del gobierno fue “cordial y correcto”  y se preguntaba enfáticamente: "¿Vamos a convertir a Pablo Iglesias en algo diferente de lo que es, un político de este país?". En cualquier caso, de ese encuentro, lo relevante para el señor de las cejas circunflejas era señalar que se toma a su actual secretario general como a Perico de los los Palotes:  "La agenda que tengo cada día no suelo compartirla con Pedro Sánchez". Al chico de la camisa blanca hace tiempo que los pocos barones que quedan y el enorme antiguo aparato del PSOE le tienen más enfilado que Arias Cañete a un chuletón de buey.  

En cambio Iglesias y Errejón se deshicieron en halagos respecto al “referente progresista mundial”. El de Juego de Tronos hablo de “la altura de miras de Zapatero y de Pepe Bono” por tratarles de un modo mucho más acogedor que la dirección del PSOE actual. El más locuaz ha sido Errejón, que últimamente, intentando que todo el mundo se olvide del asuntillo de su beca, habla por los codos. 

Señaló las coincidencias respecto a América Latina: "La verdad es que teníamos posiciones bastante similares", puntualizando además que “Ahí, muchas de las transformaciones están teniendo que construir un Estado y por lo tanto trazar cualquier semejanza con nuestro país sería una cosa absurda en la medida en que en nuestro país hay un Estado ya construido. Y esa es una diferencia que no es de matiz, es central". Esto para la Brunete mediática de la ultraderecha que se empeña en que estos chicos son malvados castro-bolivarianos. Su referente es Dinamarca y, tras la última entrevista de Iglesias en El País, incluso los Estados Unidos y Obama del que pillaron slogan. La extrema derecha mediática y política lo sabe pero mantiene la farsa porque lo que se juega no es el sistema económico, ni siquiera unas medidas más o menos realmente sociales, sino unos cuantos sillones políticos y los de algunos periodistas y medios ligados a ellos.

Insistió el monaguillo becario en que "es un lujo poder intercambiar pareceres sobre cómo han sido las cosas en el pasado reciente, cómo son ahora y las perspectivas hacia adelante" y en que fue una charla “cordial y agradable”. Y es que en palabras suyas "A mí me produjo muy buena impresión. Me pareció una persona honesta. Una persona que tenía pensada las cosas que decía, y que creía las cosas que decía. Y me pareció un buen conversador, informado y respetuoso. La verdad es que da gusto conversar así". Y no se despisten de lo señalado respecto a las "grandes realizaciones" de Zapatero: "El expresidente decía que era lo que tenía que hacer y que no tenía margen. Nosotros le decíamos que sí era posible, que había otro margen. Pero en todo caso teníamos mucha voluntad de escuchar también cómo lo presenta alguien que dice: mira, a mí no me gustaba mucho pero había que hacerlo". Aviso a futuros votantes por si algún día no les cuadran las cuentas a los podemitas.

Se le nota a Errejón el entusiasmo de haber alcanzado unos niveles de relación con “el poder” o con quien pareció representarlo, aunque fuese un mandado del capital y del imperialismo, más elevado que el contacto con jefes de gobierno de América Latina. ¡Menudo líder mundial fue Zapatero!

Si me importase algo que más que una higa me quedaría en la evidente, pero insuficiente como análisis, alianza de civilizados enemigos de la actual dirección del PSOE y en cómo ésta entrevista se realizó en medio de los ataques de la señora Susana Díaz contra su secretario general, así como en la coincidencia de que la difusión del encuentro por el Huffington Post y la entrevista de la SER en el mismo día a Zapatero, dónde se le preguntó por dicha reunión. Es decir, esto aparece cuando la Presidenta de la Junta, modelo de personaje chabacano, tan del estilo de la audiencia de “Sálvame” o de los programas de “tertuliadas” nocturnas de fin de semana de La Sexta, más está arreciando en su cuestionamiento a su secretario general.

Y es muy cierto que al mediocre pero templado Pedro Sánchez le han metido un viaje de no te menees con un encuentro que sería adecuada y oportunamente filtrado a los medios y que en ese golpe estaban interesados tanto sus enemigos internos -según Bono no hay hijos de puta como los del propio partido- como sus rivales externos; los segundos por la desestabilización que le supone al PSOE el cuestionamiento de su secretario general y porque éste les hace frente. 

En los últimos tiempos, siempre lo ha sido, pero últimamente más que nunca, la política nacional se ha convertido en un inmenso estercolero, un lodazal en el que los políticos demuestran ser perdularios de la peor condición, Pedronavajas en barrio de putas, matones de esquina, payasos vocacionales, un patio de Monipodio en el que el tonto sin complejos ni escrúpulos es el rey, maleantes que merecen ser tratados como carne de presidio, imbéciles sin el menor sentido del ridículo, desleales Brutos a su partido y a sus compañeros, vulgares funcionarios del capital que les coloca donde está -solo el ignorante dice que lo hace “el pueblo”, ese villano que vota lo que le dicen que debe votar-. Y de esa condición no hay partido, organización política o coalición que se salve. Eso sin hablar de corrupción económica porque creo que la peor es la de tipo moral, ya que de ella vienen todos los males. Es el signo de una crisis de capitalismo que no es mera crisis económica sino degradación general de los valores mínimamente humanistas, lo que permite medrar al más trepa, al más canalla, al más idiota con soberbia suficiente para pisar fuerte y decir “aquí estoy yo”. El majadero y el sinvergüenza a menudo van de la misma mano. 

Pero con ser todo eso cierto, creo que lo importante es quedarnos con el recado que una y otra parte de la reunión nos ha querido trasladar y con el mensaje que aflora con su filtración a los medios. 

Desde un nacional-católico y cacique como Bono, desde un progre de chichinabo como Zapatero y desde una fontanera como Susana Díaz -que no estaba de físicamente allí pero sí en espíritu- a punto de convocar adelanto electoral en Andalucía, por muchos aspavientos antipodemitas que haga la fontanera se nos está diciendo “con estos chicos se pueda hablar”. Y es que estamos a cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales en la mayoría del territorio del Estado, y posiblemente a menos en Andalucía. Y en cualquier caso los sondeos, manipulados para generar opinión entre el elector sin criterio propio que vota a caballo ganador, pero eficaces en su manipulación le dan malas expectativas al PSOE mientras, curiosamente empiezan a mostrar un despegue de la distancia del PP respecto a Podemos. No tardará Teresa Rodríguez en decir menos tonterías por minuto en su twitter desde el que liga el embarazo de la fontanera, con la demanda de elecciones en Andalucía y con su deseo de sustituirla porque, por mucho que quiera, no será ella la Presidenta de Andalucía sino, en el mejor de los casos la vicepresidenta. Y lo gracioso es que la necedad del votante podemita tragará con ello cuando hasta hace muy poco les decían que bajo ninguna circunstancia pactarían con el PSOE.   

Y tienen razón los Zapatero, Bono y compañía cuando afirman que con estos chicos se puede hablar  porque no son sino una reedición de lo que fue el PSOE en 1977 que, del radicalismo de boquilla -somos los “descamisaos”, decía Guerra- llegó hasta un compromiso con la banca y el gran capital nacional y extranjero que fue asombro sólo para quienes viven en el mundo de las apariencias. Y ese camino que el PSOE hizo en unos años lo está recorriendo Podemos con zancadas de botas de siete leguas en su viaje hacia el extremo-centro. El centro, ese punto imaginario en la política, de falso enunciado. Como si pudiera haber un centro entre un sistema capitalista y otro socialista (eso que los ignorantes llaman llenos de odio cretino “el comunismo”), entre la propiedad individual de las empresas y la propiedad colectiva de las mismas. Si usted no entra en esa cuestión estará siempre en la derecha, extrema, moderada o como quiera llamarla, pero en la derecha, que no es otra cosa que capitalismo, puro y duro o compasivo y de rostro humano, pero capitalismo. 

Me descojono de esos “demócratas” para los que la democracia es hacer más referéndums, votar mucho electrónicamente, algo si cabe más manipulable, como nos han demostrado los propios jefes podemitas, que con urna física y mucha app desde donde se nos pregunta lo que quiere preguntar el que controla la herramienta, pero que no tocan el asunto de la economía desde su base, que no es otro que el de la propiedad. 

Y, desde Podemos, con dicha reunión se estaba enviando un mensaje sobre todo dirigido a esas bases socialistas -su gran caladero de votos- a esos que, si vivieron el franquismo, fueron gente callada y de orden y que, si no lo vivieron, creen que ser de “izquierdas” es no votar PP, algo para muchos de ellos rechazable no tanto por cuestiones económicas -el PSOE ha demostrado tener el mismo modelo de sociedad que el PP con algo más de vaselina- como por cuestiones “estéticas” (la caspa, el talante) y de derechos civiles. A poco liberal en lo político que hubiese sido el PP, muchos de ellos no hubieran tenido empacho en votarle.

Sabe Podemos que su base para ganar unas elecciones está en ese sector que creía ser clase media, satisfecho de la vida y de cómo le iba en ella, conservador en la dinámica social, poco dado a la protesta, si la cosa económica no le afecta, y cuyo modelo de sociedad sea el de capitalismo del bienestar. Si esto último no es ya posible porque el capitalismo ha mutado en su nueva fase ya se irá parcheando políticamente con otro tipo de propuestas y circo. Quien busca su base social en ese tipo de “gente” y la quiere, ante todo como votante, está claro que no es un peligro para ningún poder real y ese mensaje se lo está mandando no sólo a los poderes fácticos y económicos, al reunirse con la derecha civilizada, que representa el PSOE, o sus emisarios informales, sino también a los votantes con los que quiere fraguar su mayoría: “la buena gente de orden”. Esos tontos de los cojones que con mandar a unos cuantos corruptos (políticos siempre claro, no va a ser cosa de morder la mano empresarial que corrompe y que ellos creen que les da de comer) a la cárcel ya han satisfecho sus ansias de justicia social porque lo que a ellos les “indigna” es que lo hayan hecho cuando se estaban realizando recortes sociales, más que los recortes sociales en sí mismos y que las clases sociales beneficiarias de ellos. Pues en eso también les defraudarán los podemitas porque no va a ser cosa de aplicar contra “la casta” unas medidas de justicia que luego, una vez perdido el gobierno, porque nada es eterno, pudieran aplicarles a ellos mismos, que sin llegar a tener todavía un sólo concejal apuntan maneras. La justicia que en ese hipotético gobierno podemita se aplicase iba a venir del esfuerzo particular de un reducido puñado de jueces, exactamente igual que sucede ahora con la metástasis corrupta del PP. 

Estoy convencido de que Pablo Iglesias no hubiera dicho esta vez aquella frase suya de “me siento como una mujer guapa que entra al bar y se encuentra rodeada de babosos”, como tampoco eso de rechazar los encuentros en “despachos cerrados”. Al fin y al cabo no fue en un despacho cerrado sino en casa de Bono, que por arte de magia ha debido dejar de ser “casta”. Cosas de la neocasta.       

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: 
Puede que también el interese: Podemos, nuevo títere del gran capital y de la derecha española más rancia: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/01/podemos-nuevo-titere-del-gran-capital-y.html

"Un nauseabundo olor a cloaca": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/03/un-nauseabundo-olor-cloaca.html