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15 de noviembre de 2017

GATOPARDISMO Y PASTELEO EN EL REINO DE ESPAÑA Y EN LA REPÚBLICA SIMBÓLICA DE CATALUÑA.

Por Marat

El exPresident Puigdemont de la República virtual, perdón, proclamada simbólica de Catalunya, en la que no dejó de ondear ni un segundo la bandera rojigualda española, creada a partir de una bandera de señales marítimas de la antigua Corona de Aragón, ha declarado al diario belga Le Soir que “otra relación con España es posible”. De modo más concreto afirmó: "Estoy dispuesto y siempre lo he estado a aceptar la realidad de otra relación con España". En palabras propias dejó claro que él ha trabajado durante décadas para lograr otro "anclaje" de Cataluña en España.

Unos días antes, el Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español Alfonso Dastis había expresado la posibilidad de que el Estado modifique la Carta Magna con el fin de que en un futuro se pueda llegar a celebrar un referéndum sobre la independencia de Cataluña. "Hemos creado un comité en el parlamento para explorar las posibilidades que existen de reformar la Constitución para poder amoldarla mejor a las aspiraciones de algunos catalanes".

Las manifestaciones del gobierno español, expresando una voluntad benévola respecto a los “insurrectos” catalanes, en la semana de la declaración de los miembros del la Mesa del Parlament ante el Supremo, indicaban la voluntad del pasteleo que ahora empieza a configurarse entre los partidos de la mediana y pequeña burguesía catalana, en un bloque, y del gran capital catalán y español, en el otro.

La declaración de Carme Forcadell en su comparecencia ante un Tribunal Supremo que había manifestado sus intenciones - “Tranquilos, esto no es la Audiencia Nacional”, en palabras del magistrado de este órgano Pablo Llaneras-, allanó el camino hacia el reconocimiento de una proclamación de independencia inexistente por parte de la Presidenta de la Mesa del Parlament, Forcadell, para la cuál aquella fue puramente “simbólica”. Y era muy cierto: en ningún momento el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya recogió que se hubiera producido dicha independencia. Y, vamos al detalle, veremos que la parte resolutiva del acuerdo del 27 de Octubre, en el que supuestamente se declaraba la independencia de Cataluña respecto al Estado español, se limitó a pedir a Puigdemont que buscase la manera de implementar la ley de transitoriedad jurídica. Es ahí donde debemos entender la carta de Puigdemont a Rajoy, tras la exigencia del segundo de retractación al primero, tan reacia a admitir sus propias limitaciones, tan poco enunciativa respecto a la declaración, y tan sobrada de soberbia.

La vía Forcadell ha sido anunciada por los voceros mediáticos del gobierno español como la idónea para la salida de la cárcel de los consellers y el vicepresident encarcelado e incluso para los “solidarios” con los presos huidos a Bélgica, Puigdemont y su cuarteto de la tocata y fuga. Tanta manga ancha presenta esta vía que ni Puigdemont ni Junqueras, ni ninguno de los consellers, encarcelados, huidos o en libertad provisional, ni ninguno de los miembros de la Mesa del Parlament han sido inhabilitados hasta el momento para presentarse a las elecciones catalanas del 21D.

Llama la atención que PP y PSOE hayan rechazado la propuesta de Ciudadanos de multar a los miembros del PDeCat y de ERC por su incomparecencia a las sesiones del Parlamento español, los cuáles por coherencia política y decencia personal debieran haber abandonado dichas instituciones, toda vez que, una vez declarada la República catalana, no tenía sentido sentarse en los escaños de representación de otro parlamento nacional distinto al suyo. Claro que, tanto a ellos como al gobierno español les cabe argumentar que dicha proclamación fue puramente simbólica y no ejecutiva. Si el partido del gobierno español y el PSOE hubiesen esgrimido este argumento habrían admitido tácitamente que tanto ellos como los independentistas jugaron a una performance, algo tan común en tiempos de política virtual, guerrillas digitales y hasta manifestaciones de hologramas. La política convertida en la cultura del simulacro muestra ya que la mentira se ha instalado en una especie de reino de Matrix.

Entre tanto, los dos “paros país”, en el que el primero fue convocado por más sindicatos que el segundo, contaron con el beneplácito de una Omnium Cultural y de una ANC, de las que algún día sabremos todas sus conexiones con la burguesía catalana, todas sus subvenciones y sus vínculos con sectores ultracatólicos, de algunas asociaciones de PyMEs y de sectores altos funcionarios de la Generalitat, junto con el pequeño y mediano comercios. Pero por más que se empeñe el diputado del PDeCat, Lluis Llach, estas dos veces no le compró la clase trabajadora catalana su “estaca”. No paró porque, en ambos casos, supo que la fiesta no iba con ella y que no tenía que nada que ganar en una lucha entre burguesías.

Llamativamente, no hubo ni un solo detenido en el llamado “paro país” porque no podían llamar huelga, ya que el ordenamiento jurídico lo limita a la reivindicación de derechos laborales, que la burguesía catalana ha destruido tanto o más que la española, ni general porque ni lo era ni tenía legalidad, por la falta de representación de los convocantes, para serlo. En las huelgas generales de los últimos años en España ha habido cargas policiales (también de mossos), heridos, detenidos, tiros de la policía, represión salvaje y más de 200 amenazados con cárcel, alguno de ellos llevado preso (Alfon, entre ellos).

Tiene sentido preguntarse por los motivos reales y no declarados del procés. Distinguir entre catalanismo, soberanismo, independentismo e identidad nacional o colectiva es académicamente sugerente pero, en el contexto de una globalización que debilita a los Estados, y que encuentra su terreno abonado en países que, como España, no han resuelto satisfactoriamente el encaje de buena parte de los territorios que integran su Estado, la lógica de las patrias, con discursos sobre naciones que exigen sus propias soberanías estatales, se irá imponiendo progresivamente con componentes identitarios cada vez más reaccionarios y excluyentes. En cualquier caso, y más allá de este análisis de urgencia, la clave de las razones por las que hoy determinados partidos nacionalistas e independentistas se han lanzado a este simulacro de independencia se me escapa por el momento y está en algún lugar que hoy por hoy nadie está en condiciones de explicar porque su complejidad tiene forma de ovillo sin un hilo suelto único que deshaga la madeja. El argumento de que pretenden tapar sus propios asuntos de corrupción o de que intentan chantajear al Estado me parece insuficiente para explicar tanto la polvareda como los lodos actuales.

Es evidente que el catalanismo necesitaba su propio clientelismo o masa social. Omnium Cultural y la ANC eran una parte de esa base pero esa base ya existía sin ellos. Estaba en la iglesia católica, la cultura popular, las tradiciones, los casals, el asociacionismo catalanista, la educación. Lo obtuvo también en la administración autonómica.

Es evidente que el catalanismo siempre ha buscado una intervención en relación al Estado español claramente interesada en lo económico y que la redistribución del poder entre una y otra burguesías era uno de sus objetivos más deseados. Pero fue el propio Govern de la Generalitat el que renunció a una forma de financiación similar al cupo vasco. No obstante, conviene no ignorar que Artur Mas lanzó en 2012, en un momento especial de la crisis económica su exigencia al gobierno del PP de un pacto fiscal para Cataluña para no sacar los pies del tiesto constitucional.

Es evidente que la corrupción de CiU (3%) y de su patriarca (Pujol) desestabilizaba su futuro pero cuesta entender que un partido aparentemente limpio como ERC aceptase unirse en su proyecto político, siquiera tácticamente, con dicho partido.

Es evidente desde la aparición de la coalición CiU que existía una competencia brutal entre una pequeña y mediana burguesías más pactistas, representadas por aquella, y la de ERC, aparentemente más radical. Y que hemos conocido el abrazo del oso de ésta sobre la heredera de la primera, el PdCat.

Es evidente que la suma de Junts x Sí (PDeCat y ERC) era insuficiente parlamentariamente para el proyecto independentista y que eso les entregó en parte a la dependencia de las CUP pero éstas se rindieron en términos de sometimiento a un proyecto burgués mucho más que al de uno rupturista en términos socializantes.

Y, sin embargo, algo me hace pensar que faltan algunas claves, que aún no se han desvelado, y que tienen que ver con la posición de determinados estratos de la pequeña y la mediana burguesías catalanas respecto a las expectativas de futuro que éstas esperaban en el juego de un órdago a la grande que, sin embargo, no era realmente independentista.

Mi tesis es la siguiente:
  • La lucha entre los diferentes intereses y estratos de las burguesías busca una permanente recomposición en la correlación de fuerzas de los sectores que la componen.
  • La afirmación de Marx y Engels en “El Manifiesto Comunista” de que Hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” nunca ha sido más cierto que en el presente. En ese sentido se entiende el uso de los mecanismos institucionales de las administraciones políticas para sus propios objetivos tanto de las burguesías que sostuvieron y pactaron después con el nuevo poder triunfante tras la guerra civil española sus hegemonías dentro del bloque del capital como de las periféricas, reforzadas al calor de las administraciones autonómicas posteriores a 1978.
  • Durante cerca de 40 años la administración de la CAV (Comunidad Autónoma Vasca) o Gobierno de Euskadi fue conformando un nuevo sujeto burgués, nacido de las oportunidades que creaba la reconversión industrial de las grandes empresas del INI, las Kutxas (Cajas de Ahorro vascas), la Universidad de Deusto y las apuestas milmillonarias del Gobierno Vasco hacia una I+D+i en proyectos de innovación y desarrollo industrial dentro de los cuáles los parques tecnológicos fueron su punta de lanza. El capital de Neguri, franquista y pactista con el franquismo fue arrollado.
  • En su lugar, la economía catalana, ha pasado por una tensión entre los intereses del antiguo INI y del modelo de supercajas de ahorro actuando como grandes bancos de empresas industriales y de servicios privatizados y convertidos en punta de lanza del capitalismo español y los de una pequeña y mediana burguesías amamantadas por el clientelismo institucional, al modo en el que sucedió en el franquismo con las grandes fortunas, y de un modo también “estufero” y dependiente pero con la diferencia de que los tiempos han cambiado. Hoy el capitalismo necesita una mundialización creciente y el catalán de la pequeña y mediana burguesías intenta su supervivencia, ya que ha llegado tarde a su consolidación. Es desde aquí desde donde quizá podríamos entender la revuelta burguesa de las clases medias catalanas, su conexión con los estratos de la burguesía que representan la ANC, Omnium Cultural y ERC antes que un PDeCat que ha dejado de ser el referente de los Brufau, los Carceller o los Vilarasau, por citar solo tres ejemplos. Es la hora de los condotieri (capitanes de mercenarios) y los aventureros, tipo Oriol Soler, hombre clave en la sombra del procés (recomiendo la lectura del artículo que enlazo) y de sujetos como Jaume Roures (Público), un personaje que haría las delicias de Marx al describir al perfil de ambiciones que entronizaron a Luis Bonaparte.
Tras la imposición por el gobierno español, sin auténtica resistencia, del artículo 155, el encarcelamiento de algunos consellers, la convocatoria electoral por parte del citado gobierno, el acatamiento de todos los partidos independentistas de dicha convocatoria (la actuación de la CUP decidiendo participar en unas elecciones que considera “ilegítimas” es digna de mención), la admisión de que Cataluña no estaba preparada para la independencia (Mas y el resto), vemos cuál es la fase actual del esperpento catalán.

La reciente rehabilitación de la propuesta de la “interdependencia”, esbozada por Puigdemont en Enero del presente año, y relanzada ahora por el mismo, no deja de ser una variante de la teoría del Estado vasco asociado al español, o plan Ibarretxe. Todos sabemos el recorrido que tuvo. No deja de ser una pose hacia el posibilismo y la retirada táctica hacia aguas menos turbulentas para el independentismo.

El intento de portavoces y del entorno social y mediático independentista de esconder que sus instituciones y los líderes del procés habían engañado al pueblo catalán, al admitir hace unas semanas que Cataluña no estaba preparada para la independencia, con la nueva teoría de que no es que no estuvieran preparados para la independencia sino que no estaban preparados para desarrollar la república catalana “haciendo frente a un Estado autoritario sin límites para aplicar la violencia”, en palabras del portavoz de ERC Sergi Sabrià, les devuelve la imagen de su indignidad y de la estupidez de sus propios argumentos. Si durante años el entorno soberanista e independentista ha estado difundiendo la idea del “déficit democrático” del Estado español, de su carácter franquista y fascista, no cabe la salida de la ingenuidad respecto al comportamiento del aparato represivo del Estado español. Y tampoco vale acudir a que esperasen que las instituciones de la UE limitasen su actuación represora, por cuanto sus demandas independentistas no tuvieron eco alguno que no fuese el de determinados sectores identitarios de algunos grupos políticos europeos ligados a la extrema derecha.


Las declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, admitiendo que en Cataluña no hay aún una mayoría social que quiera independizarse de España (todavía no somos independientes porque no ha existido una mayoría de catalanes que así lo hubieran querido”), cuando con un 47% quisieron imponerse a un 53% de la sociedad catalana y entonces no ser mayoría no era un problema para las aspiraciones independentistas, remachan la evidencia del engaño. Y lo ha dicho sin despeinarse ni soltar el brazo del cabestrillo, con el que seguirá en campaña hasta pasado el 21-D, cual manco de Ciutadella.


Pero lo cierto es que ha habido una rendición indigna de los promotores del procés, que estamos ante una fase de pasteleo que pronto se volverá empalagoso entre los representantes políticos de una y otra parte (el catalán y el español) de la burguesía, que ésta es que la impone los acuerdos, que vamos a conocer un quinto pacto de ambas élites políticas (la primera la de Cambó, la segunda la de Compayns, la tercera la de Tarradellas y la cuarta la de Pujol) y que la frustración catalana es sólo parangonable al comportamiento históricamente posibilista de sus élites políticas, como lo fue tras la guerra civil con un franquismo al que su burguesía se entregó, como agradecimiento al aplastamiento fascista de una revolución proletaria que temió su burguesía desde finales del siglo XIX y el primer tercio del XX.

Esto no acabará ni con las demandas de una Cataluña que 5 siglos después no ha logrado un acomodamiento satisfactorio dentro del Estado español, ni con los objetivos de su burguesía que ha dejado en pañales a los impugnadores de un “régimen del 78” pero no de un sistema capitalista al que burgueses y pseudoradicales acatan, unos por convicción, otros por incapacidad política de oponerlo.

La derrota actual y sin paliativos del independentismo puede incluso encontrarse con una vuelta a la casilla de salida tras unas elecciones que pudieran ser ganadas por los hoy derrotados pero, en ese caso, veremos, con sorpresa de muchos a un Junqueras actuar como un hombre con visión de Estado (burgués), quizá como un Íñigo Urkullu, con altura de miras y capacidad de aunar voluntades en pro del bien común...del capital catalán y español ¿Quién se lo iba a decir a él, ex Conseller d'Economia i Hisenda de la Generalitat de Catalunya? Al fin y al cabo, él es un hombre que cree necesario que haya misas por televisión. Casi estoy por llamarle Jordi...Pujol. Quien tenía el objetivo primero y fundamental, antes que cualquier otro, de sobrepasar a un partido concreto del catalanismo y de abrir camino a la burguesía pequeña y mediana era él, quien más responsabilidades tuvo en que fuera posible poner en marcha los procedimientos del día siguiente a la declaración que nunca se implementaron era él, quien siempre aparecía en las fotos del procés con cara de distancia y hasta de cierto disgusto también era él.

En el presente, esas burguesías ya no tienen nada que temer. La clase trabajadora ha vuelto a ser solo clase en sí. Sobrevive en su cotidianedad como puede, ha dejado de ser peligrosa hace mucho tiempo, se ha vuelto descreída. No tiene hacia dónde volverse, ni banderas que la representen, ni esperanza futura a la que agarrarse, ni quien eleve su voz desde dentro de ella,...ni siquiera desde fuera. Eso sí, de momento, miren ustedes donde están las esteladas y las rojiguldas en los balcones y verán que los que lo pasan mal no les compran esa película que ustedes los patriotas de cada tribu intentan imponer. Y ahí están, desde luego, muy por encima y lejos de sus supuestos voceros, hasta ahora y afortunadamente.

Pero, a pesar de todo este pasteleo, apaño y arreglo y entre las burguesías de uno y otro lado del Ebro, hay un hecho positivo que nace de su dominio del escenario político e ideológico. Se trata de la derrota de las izquierdas. Sin ella la clase trabajadora podría empezar a crear su propio relato autónomo y a generar sus propias organizaciones porque lo que hoy se llama izquierda no responde ni a sus necesidades ni a sus demandas.

Solo quien cree en la quimera de que la II República fue revolución y que una III sería socialismo, solo quien cree en que una revuelta democrático-burguesa pueda abrir camino a una revolución obrera, sin querer ver la realidad del poder absoluto que hoy tiene la burguesía, solo quien cree que democracia equivale a igualdad, cuando la primera es siempre burguesa, solo quien cree que cambiar las figuras políticas del parlamentarismo puede cambiar la realidad social de verdad, puede esperar otra cosa que la que hay.

Las “izquierdas” podemitas y las más soberanistas de los Comunes se han enredado en la miseria del catalanismo independentista.

El papel de Ada Calau, cada vez más próxima al independentismo catalán, tendrá su respuesta en un buen sector de sus votantes. No es que sea una política que ha abandonado una posición social, que nunca de clase, en beneficio del soberanismo. Es que para un demócrata burgués progresista y bienintencionado empieza a no ser demasiado confiable, tras cada uno de sus juegos que empezaron por la ambivalente equidistancia y han acabado en un discurso del gusto de ERC e incluso del PDeCat.

Su partido, En Común, con sus constantes juegos de una cosa y la contraria, ha acabado por jugar en el terreno de la burguesía catalanista, con un perfil progre cada vez menos definido y una capacidad de interlocución en España cada vez más débil. Sus alianzas con Podemos se resistirán en un futuro próximo pues sus intereses electorales van a ir difiriendo cada vez más claramente. 

Si Iglesias intenta ahora desligarse, no lo logrará sin perder pelos en la gatera y sin la consecuencia en Cataluña de las contradicciones entre lo que dejó hacer y lo que ahora intenta reconducir. En el resto del Estado, el precio que pagará Podemos, al intentar restañar las heridas catalanas, le irá conduciendo hacia la evidencia de que ni es un partido de clase ni tampoco es ya siquiera un partido democrático radical burgués sino un grupo cuyas contradicciones internas le harán saltar en pedazos o le conducirán a una IU bis pero con una base más inestable.

Su alianza con la IU actual está comprometida a medio plazo. El intento de Garzón de marcar diferencias en relación a Cataluña es un paso más en lo que ya se observa en cuestiones como la la gestión municipal en Madrid y otras cuestiones que se irán marcando con el tiempo. Los restos de IU se irán disolviendo en un piélago de miserias cada vez más contradictorio, reformista y agotado.

El PSC podría cosechar a muy corto plazo algunos réditos en el marasmo del catalanismo no radical pero, a medio plazo, generará muevas contradicciones con el PSOE, por la diferencia de intereses espuriamente electorales y tácticos dentro de la dinámica contradictoria Cataluña-España.

El resto, la llamada izquierda radical o izquierda a la izquierda de la izquierda, es nada hoy. Mañana será menos aún. Su incapacidad teórica, su sectarismo, su naftalina ideológica, su tendencia al coyunturalismo oportunista, dispuesta a encontrar crisis de legitimidad del Estado burgués desde los propios agitadores burgueses, antes que construcción de organización autónoma de clase, desde la clase y para la clase trabajadora, les ha convertido en prisioneros de Zenda del soberanismo independentista, primero del idealizado vasco, luego del catalán. Atrapados entre la teoría de un febrero que conduce a un octubre, hace ya muchos años que habían demostrado ser inoperantes desde una teoría del antiimperialismo incapaz de operar en terreno propio contra el capitalismo más inmediato y de acercarse a la realidad de la clase trabajadora realmente existente y no fantaseada en sus ritualizadas conceptualizaciones.

La izquierda reformista y la que se autodenomina revolucionaria serán un deshecho a medio plazo, por muchos más motivos, y quizá, más profundos que el hecho catalán. Desde hace decenios ni tienen función transformadora ni poseen utilidad real para una clase a la que o han sustituido por “la gente” o solo ritualizan. Son “izquierdas morralla”. Su vacío no dejará necesidad de la misma sino oportunidad de un nuevo comienzo absolutamente distinto.

Pero esa, como dijo Kipling, es otra historia.

20 de noviembre de 2015

BASTA DE MENTIRAS Y PASTELEOS CONTRA LOS DERECHOS DEL PUEBLO SIRIO

Por Marat

Marx no se enteraba, la conspiración es el motor de la historia

Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.

En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos, dentro de cada uno de los cuales reina, a su vez, una nueva jerarquía social de grados y posiciones. En la Roma antigua son los patricios, los équites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media, los señores feudales, los vasallos, los maestros y los oficiales de los gremios, los siervos de la gleba, y dentro de cada una de esas clases todavía nos encontramos con nuevos matices y gradaciones.

La moderna sociedad burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas.

Sin embargo, nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.”
(Burgueses y proletarios. El Manifiesto Comunista. Karl Marx y Friedrich Engels. 1848)

Esta idea la resumiría Marx en su conocida frase “El motor de la historia es la lucha de clases”. Esta visión dialéctica -empleo el término dialéctico en el sentido que le daban Marx y Engels de “lucha de contrarios”, no en el de la expresión “materialismo dialéctico”, aportación clave del pensamiento marxiano pero que, como tal expresión, nunca fue empleada por ninguno de los dos- de la historia es una de las piedras angulares del materialismo histórico.

Cualquier marxista encuentra ejemplos cotidianos de la lucha de clases en la vida real, aun cuando se manifieste muchas veces de modo inconsciente -desde el lado de la clase trabajadora porque desde el lado de la burguesía suele ser mucho más consciente- y hasta como reflejo antes que como forma materializada de conciencia política.

Pues bien, parece que Engels y Marx eran unos lerdos que no comprendían el mundo en el que vivían y ya no te digo Lenin, que se atrevió a hablar de las contradicciones interimperialistas.

Para el imperialismo es sustancial la rivalidad de varias grandes potencias en la aspiración a la hegemonía, esto es, a apoderarse de territorios no tanto directamente para sí, como para el debilitamiento del adversario y el quebrantamiento de su hegemonía”
(“El imperialismo, fase superior del capitalismo”. V. I. Lenin. 1916)

Pues bien, parece que estos tres pensadores y dirigentes revolucionarios no tenían ni puñetera idea de lo que son los asuntos centrales que definen las características del poder real, el económico.

Ni las contradicciones interimperialistas parecen explicar las razones de las guerras desde, al menos, el siglo XX ni la lucha de clases es el motor de la historia. A la hoguera con los libros de estos 3 pazguatos. No tenían ni repajolera idea de qué iba el mundo, unos pajeros mentales, vaya.

El auténtico motor de la historia es la conspiración de unos poderes oscuros, o no tan oscuros porque los conspiranoicos han tenido la inteligencia y la generosidad de descubrirnos quiénes son y cómo actúan.

Según estos sesudos analistas detrás del atentado en París el pasado 13 de Noviembre está la Red Gladio de la OTAN, la CIA, el Mi6 y otras agencias del imperialismo; una red de la que está probada su existencia como actividad anticomunista durante buena parte del siglo XX y cuyas acciones se centraban principalmente en atentados terroristas de falsa bandera, utilizando muchas veces a elementos de organizaciones fascistas y nazis.

La existencia de la Red Gladio y el tipo de actividades criminales que he citado está más que probada en un documental que les enlazo (partes 1, 2 y 3) de la prestigiosa televisión británica BBC.

Pero parece que la Operación Gladio o Red Gladio se ha convertido, como los Illuminati o el Club Bilderberg, en un comodín conspiranoico para explicar todo el conjunto de monstruosidades a las que la dinámica del poder capitalista nos conduce. Ya en su día se habló de que el atentado contra la revista Charlie Hebdo estaba organizado por la Red Gladio y lo mismo se ha dicho por parte de algunos en estos días del atentado del pasado día 13 en París estaríamos pues ante autoatentados.

La teoría conspiranoica de los autoatentados insiste mucho en que tanto en estos dos como en el de las Torres Gemelas del 11-S de 2001 en Nueva York se encontraron pasaportes. Las redes sociales han ardido estos días con el asunto de los pasaportes los atentados de París. Hasta chistes se hacían. ¿Se habrán preguntado en algún momento quienes tanto insisten en que quien va a atentar no se lleva encima la documentación en que puede ser precisamente al revés? ¿Saben acaso que para los yihadistas morir matando es la más sublime aspiración que pueden alcanzar en sus vidas? Y siendo así, ¿qué leches creen que les importa que se sepa su identidad y su origen? Es más, ¿no será una forma de afirmación de la autoría que confirme la declaración posterior por parte de algún portavoz de la organización terrorista? No sé, lo digo por si a algún involucionado intoxicado por las redes de agilipollamiento conspiranoico se le ocurre pensar en ello. Ah, que uno de los pasaportes del día 13 era falso...¡Coño, pero si eres un ciudadano-terrorista de la UE que viene de hacer el salvaje en Irak, lo mismo necesitas camuflarte un poco! ¿no?

Prosigamos porque la cosa tiene miga. Otra de las fuentes que los conspiranoicos o las lúcidas mentes que compran la teoría del autoatentado del 13-N es qué personalidades y de qué países lo sabían antes del atentado.

Parece que la idea del autoatentado se asentaba en que hubo avisos al respecto
  • El gobierno iraquí, que informó de inminentes atentados en Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña. Muy concreto él.
    Según Rusia Today "la información fue obtenida con anterioridad por fuentes de inteligencia iraquíes sobre los países donde se producirían los atentados, los cuales se ubicarían en Europa en general: precisamente se trataba de Francia, así como Estados Unidos e Irán"
  • Y lo mismo se ha dicho por parte de los conspiranoicos respecto a que Israel, Turquía, Rusia y otros países conocían del atentado antes de producirse. Todos menos Francia titulaban algunos. Sólo que en otros lugares se dice que también Francia un mes antes.
¿Se les ha ocurrido a estas doctas mentes que en el caso del terrorismo de ETA -no, no era lucha armada- también los gobiernos español y francés esperaban, en muchas ocasiones, la acción? Pero la clave está en saber qué personas serían en cada momento las ejecutoras, cuándo, a qué hora y en qué lugar exactamente? Este tipo de intoxicadores profesionales o gilipollas amaestrados por la conspiranoia suelen ser muy doctos en poner una cosa antes y la otra después (acción, reacción), como si eso presuponiese que había algún extraño masterplan previo que controlase toda la operación desde el “poder” -que ya nos aclararán qué incluyen dentro del mismo, además de los servicios de inteligencia- y como si el poder fuese tan omnímodo, previsor, controlador absoluto; un dios onmisciente que pudiera dirigir el mundo sin que nada escapase a sus designios ni a su conocimiento.
Las pantallas gigantes del Gran Hermano tienen esquinas, zonas muertas, lugares en sombra, momentos de desconexión, excesos de información muy superiores a lo que pueden llegar a procesar. Siempre escapa a su riguroso ojo observador mucho más de lo que el poder quisiera. Y cuanto más paranoico se vuelve, más posibilidades de que ello ocurra se dan, sencillamente porque en su propia locura deja escapar situaciones inimaginadas, enemigos que antes fueron aliados, hechos imprevisibles,…
No quiero perder demasiado tiempo en esta parte pero creo que es necesario responder a un momento álgido en el que la conspiranoia tomó forma en los espacios de comunicación informales. Me refiero al 11-S de 2001.
No voy a resumir las teorías del autoatentado USA ni las de la variante “permisiva” que se resumen en que el los servicios secretos de ese país sabían que se iba a producir el derribo de las Torres Gemelas y supuestamente dejaron que se ejecutara tal operación.
Me centraré en el asunto del derribo por parte de los aviones y en las dudas suscitadas por los defensores de la teoría de la conspiración de los servicios secretos y poderes adyacentes USA.
Por mi parte, no voy a dedicarme a explicar cómo se desmonta tal cúmulo de disparates. Simplemente voy a remitirles a explicaciones refutadoras de tales aberraciones desarrolladas por personas mucho más competentes que yo en la materia del hundimiento de las dos torres gemelas:
Dicho todo lo anterior. Tal y como yo veo y sé del mundo y las cosas, las conspiraciones existen como he señalado en un artículo anterior. El propio Marx hubo de retirarse durante un año de la actividad intelectual y creativa, que eran la dedicación de su propia vida, para limpiar su nombre de la difamación que sobre él echó cierto agente bonapartista (de Luis Napoleón). En ese período escribió "Herr Vogt" (“El señor Vogt”), un alegato en defensa de su honestidad a la altura del mejor Victor Hugo. Tras la caída del segundo Imperio francés (dos después de la muerte de “El Moro”, Marx) se supo hasta la cantidad que cobró el señor Karl Vogt por tratar de ensuciar el nombre del padre de la teoría de la praxis: 40.000 francos de entonces.

Sin embargo, existan o no, que existen, las realidades complotistas, lo cierto es que apegarse a ellas, propagarlas como explicación de lo que sucede en el mundo, centrar en demasía la importancia del análisis político sobre estas cuestiones, conduce a desenfocar la cuestión principal. ¿Recuerdan ustedes las citas que les puse de Marx y Engels y de Lenin? En mi opinión, esa cuestión principal está ahí: en la base material sobre la que se edifican las relaciones de producción, los intereses económicos, si ustedes prefieren llamarlo así, y en el poder militar y económico de algo que se ha llamado en los últimos 15 años globalización pero que los viejos rockeros del marxismo llamamos imperialismo más aldea global de Internet.

Fuera de los medios oficiales, aunque están entrando en ellos cada vez más, las teorías sobre la conspiración como método de control por parte de Estados, fuerzas oscuras, poderes económicos supranacionales o reptilianos a la conquista del planeta, tienen una difusión impresionante, hasta el punto en que conforman en gran medida la visión del mundo de millones de personas.

A modo de ejemplo, les dejo un enlace a un asunto, a mi entender, profundamente sucio, inmoral, tramposo y lleno de mentiras. Así vio la rana miserable de Jiménez Losantos el atentado del 13 de Noviembre en Francia, pero sin el valor de explicitar claramente las consecuencias políticas, sociales y militares de lo que cobardemente insinuaba.

Mi visión de todo esto es que, quienes juegan a este juego, vayan de lo que vayan políticamente, de reaccionarios o de supuestos pacifistas, de frikis o de pretendidos rojos, juegan en un campo ajeno y opuesto al de la lucha de clases, la importancia de lo económico en las decisiones políticas (petróleo y gas en Siria), la visión de las relaciones internacionales marcadas por el peso de los imperialismos y, por supuesto, la voluntad de los pueblos que sufren las consecuencias de la violencia terrorista. 

Posiblemente muchos no sean conscientes del mal que hacen descentrando las cuestiones principales y oscureciéndolas a través de pretendidas informaciones relevantes que alimentan el morbo de los ignorantes, desinformados y poco avizorados políticamente. Otros son simples tarados cuyas vidas son demasiado grises como para aceptar que la realidad es más plana de lo que admiten. Necesitan una dosis del tipo Expediente X “la verdad está ahí fuera”. Por último están los canallas intoxicadores que, en ocasiones, resultan absolutamente cutres al estilo del autopromocionado “investigador” señor Daniel Estulín, que pretendiendo hacernos creer en un vídeo que entrevistaba a un miembro del CNI (los servicios secretos españoles), acabó por hacerle la entrevista al actor Eloy Arenas (el paro en el mundo del espectáculo es muy duro). Como en los comentarios de youtube le pillaron acabó diciendo que era un ficticio.¡Y tan ficticio! Como que en una próxima colaboración podría entrevistar al hijo de Eloy Arenas, Eloy Azorín, como Anacleto agente secreto.

En conjunto todos ellos son unos beatos que sustituyen al dios omnímodo por un pretendido poder total del Estado capitalista y sus distintos o supraestatales poderes oscuros que todo lo pueden. De lo que se deduce que quienes no estamos por el terrorismo, pero sí por la acción de masas con todas sus consecuencias, tenemos el camino cerrado porque hay un ojo que todo lo ve. Y también dos huevos duros.

No se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de dios” (“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Miguel de Cervantes)

La Santa Alianza planea sobre Siria
Hollande pidió a su ministro de Defensa, Jean Yves-Le Drian, que solicitase a sus socios de la Unión Europea la asistencia a Francia como país “atacado”; una petición prevista en el Tratado de la UE. Le Drian ha cursado el martes 17 de Noviembre la petición a los países europeos. Solicita una "participación militar ampliada" de los Estados miembros de la UE porque "Francia no podrá seguir sola en esos teatros de operaciones".
La respuesta fue positiva. Por vez primera en la historia, y según previsión del Tratado de Lisboa, los 28 decidieron unánimemente socorrer a Francia y activar la correspondiente cláusula de asistencia mutua del Tratado en caso de ataque a un Estado miembro.
Serguéi Lavrov, Ministro de Exteriores de Rusia: "Creo que la llamada del presidente [François] Hollande al presidente [Vladímir] Putin después de los terribles ataques terroristas en París, su propuesta para coordinar nuestros esfuerzos y la reacción del presidente [Putin], en la que expresaba su voluntad de trabajar como aliados, todo esto, demuestra que ahora los políticos sensatos dejan a un lado las cosas de menor importancia, y entienden la necesidad de centrarse en la prioridad principal: atajar las intenciones del EI de controlar un vasto territorio del mundo".

Desde mediados de Octubre USA y Rusia habían acordado coordinarse en el uso militar del espacio aéreo sirio, obviamente sin contar de forma activa en ese acuerdo con el gobierno sirio y sin que USA pidiese permiso a Siria para actuar militarmente en ese país, cosa que venía haciendo soterradamente desde hacía años al armar y proveer de fondos a los terroristas yihadistas, como luego ha hecho Francia a través de los aviones que despegan del portaaviones Charles Degaulle.

Mientras tanto el Tio Tom Obama, que ha sido pillado con el pie cambiado en el curso de los acontecimientos en Siria, insiste en que para acabar con el Estado Islámico hay que echar del gobierno a Al.Assad, justo el único presidente que ha resistido a la basura de las revoluciones árabes apoyadas por USA.

En este contexto tan indecente en el que todas las potencias imperialistas se lanzan sobre la nación siria, sin demasiado esfuerzo en consultar qué desea este país de ellas más allá de una ayuda que tendrá un coste evidente sobre su soberanía, cabe preguntarse:

  • ¿Es cierto que se está produciendo una negociación en Viena entre USA y Rusia para que el presidente Al Assad deje el gobierno por etapas? ¿Con el recurso a qué derecho internacional? ¿Y qué tiene eso que ver con la voluntad del pueblo sirio?
  • ¿Qué hace el criminal sionista israelí de Ehud Barak, ex primer ministro israelí entrevistándose con Putin para hablar del futuro de Siria? ¿Con qué derecho habla sobre este país Rusia con la chusma sionista que ha ayudado a los barbudos?
  • ¿Tienen en su proyecto la partición de la nación siria en varios “bantustanes”? ¿Qué potencias prevén su control y qué obtendrán esas potencias de los “nuevos gobiernos” emergentes?
En las negociaciones de Viena el gobierno sirio está siendo vendido a partes casi iguales por amigos y enemigos. Comprenderemos esto cuando sea tarde y vayamos descubriendo cómo se va desmontando este gobierno por etapas. El imperialismo yankee, ahora muy silencioso y discreto, ha aprendido que no puede repetir los errores de Irak, acabando con la estructura del Estado y con el ejercito de golpe. Pero en menos de dos años descubriremos a dónde quieren llegar los pasteleros que buscan repartirse el Estado sirio a cachitos de intereses económicos, grupos religiosos sectarios y títeres locales. Y eso tampoco evitará la involución de Siria hacia la locura porque el presidente Assad era la gran garantía que frenaba ese proceso y ya les sobra a todos, incluídos aquellos que ahora parecen defenderle.

Pero la clave no es Assad. Un hombre, por importante que sea no puede sobreponerse a los intereses de todo un colectivo. Lo decisivo es que Assad es la piedra angular de una visión laica, progresista y racional de entender la compleja comunidad siria. Y es eso lo que será sacrificado en beneficio de múltiples y contrapuestos intereses extranjeros. 


A esto venían los párrafos del Manifiesto Comunista sobre oprimidos y opresores, sobre burgueses y proletarios porque, lo mismo que se da en cada nación la explotación de clases, se da el expolio del centro a la periferia de un país que no eligió estar en guerra sino que le ha sido inoculada por potencias extranjeras para extraerle (robarle) sus riquezas nacionales, su soberanía y, lo que es más importante, el esfuerzo de unos dirigentes por hacer de una sociedad multiconfesional una sociedad de progreso.

Sea por etapas o de golpe, cuando el presidente Assad salga del gobierno, sucederá lo mismo que ocurrió con Sadam Husseim o con Gaddafi en sus países: un mar de sangre lo asolará mientras las potencias unidas hoy en Santa Alianza, mañana desunidas por el combate por la rapiña, se hacen con los recursos naturales de Siria. No eran santos, tenían un pasado -¿acaso no lo tienen todos esos líderes miserables del occidente capitalista, cuyas manos están llenas de muerte, que invocan su asquerosa “unidad de los demócratas”- pero lograron para sus sociedades niveles muy aceptables de desarrollo y bienestar y, no nos olvidemos, fueron elementos de contención de la chusma fundamentalista y criminal que hoy asola esos países y que devuelve la tarjeta de visita a una Europa que recibe los golpes de los asesinos que antes armó. Sus víctimas, que siempre son los seres indefensos, como en los países agredidos por el imperialismo y sus títeres, no tuvieron nada que ver con el crimen del poder.

¿No a la guerra? ¿A qué precio?
¿Quién ama la guerra que no sea un mal nacido?

Pero la paz no puede alcanzarse a cualquier precio. Basta de “ninismos” que siempre acaban cayendo del lado de un imperialismo que tras una paz ficticia traerá más guerra, dolor, destrucción y el fin de una nación.

¿Reeditar el NO A LA GUERRA de cuando Irak?

No estaría mal que así fuera porque entonces no se entró a valorar el gobierno de aquél país, cosa que sólo tenían derecho a hacer los iraquíes, sino que se rechazó, desde España, el que España participase en aquella salvajada contra un pueblo que nada nos había hecho, salvo tener la osadía de existir y de no doblegarse en exceso contra la mentira sobre la que se asentó su invasión.

Pero han pasado cosas. Algunos ya no somos tan inocentes. Hemos aprendido cómo el imperialismo USA provocaba Estados fallidos, si no era capaz de controlarlos del todo, aunque sin perder la oportunidad de sacar de ellos hasta la última gota de sus recursos naturales mientras hacía que otras gotas, rojas, se derramasen como ríos.

Siria está agotada de sufrir 5 años de agresión externa de los títeres criminales de satrapía de Arabia Saudí, del estado terrorista israelí, de la neodictadura turca, de los demócratas europeos y del trastabillante imperio del norte.

Pero Siria tiene derecho a una paz digna, en un Estado completo y soberano, con un gobierno elegido por su pueblo, capaz de integrar todas las confesiones, laico, progresista y que no sea conducido como res al matadero de una nueva medievalidad de los clérigos.

Conociendo ya como conozco la catadura moral y política de algunas de las figuras que promueven una reedición del NO A LA GUERRA, más en clave electoral interna que importándoles una higa el futuro del pueblo sirio, dispuestos a tragar con el pasteleo que establezca las potencias de la Santa Alianza que se han echado como buitres sobre una nación valiente, sé que esta vez lo que un día fue un grito decente puede ser ahora la bufonada de oportunistas.

Siria necesita un potente movimiento por la paz en cada nación agresora. Pero un movimiento por la paz que respete la dignidad de ese país que ha resistido durante muchos años al crimen y la locura.

Siria necesita un movimiento por la paz que defienda su soberanía, la de decidir libremente, sin pactos, ni pasteleos indecentes entre potencias extranjeras su destino.

Siria necesita un movimiento por la paz que defienda su integridad territorial y la propiedad nacional de sus riquezas naturales.

Siria necesita un movimiento por la paz que no nos venda el “ninismo” repulsivo de pseudointelectuales abajofirmantes que han proclamado, como hicieron cuando las primaveras árabes, luego convertidas en oscuras noches de invierno de fanatismos, que la OTAN y el imperialismo no han sido especialmente agresivos.

Si se defienden la dignidad, la soberanía, los recursos naturales, el derecho de Siria a decidir su futuro, su laicidad, sus conquistas sociales progresistas, estaré con ese NO A LA GUERRA.

Si tipejos como Santiago Alba Rico o militares canallas como Julio Rodríguez, que fue máximo responsable de las intervenciones de España en Libia y en Afganistán, tienen que ver con ese NO A LA GUERRA, yo estaré en guerra frontal contra esos deshechos humanos.

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