22 de diciembre de 2010

LA SEÑORA MERKEL NO QUIERE FINANCIAR A PAÍSES VAGOS

La República Federal no sólo es el mayor contribuyente neto, sino también la economía más fuerte de la comunidad económica y la que más se ha aprovechado del euro.
Michael R. Krätke | Sin Permiso


Del brazo de Nicolas Sarkozy, Angela Merkel ha bloqueado el plan de un europréstamo. El aplauso de los economistas de sobremesa alemanes satisfará sin duda los miedos y los prejuicios de su público. Por desgracia, apenas se mencionará el hecho de que la República Federal no sólo es el mayor contribuyente neto, sino también la economía más fuerte de la comunidad económica y la que más se ha aprovechado del euro.
El plan avanzado por el premier Jean-Claude Juncker fue muy poco enérgico en su propuesta; por lo pronto, el término de "eurobonos" resultó una elección léxica desafortunada: ya existen desde hace tiempo. Lo que no existe son los préstamos comunes de los países europeos emitidos y administrados por el Banco Central Europeo (BCE) o una agencia de nueva creación para la administración conjunta de las finanzas. Más allá de estos préstamos comunitarios, el poder económico acumulado en la zona euro y en toda la Unión Europa hace de ella en cualquier caso, y de lejos, la región económica más grande e integrada del mundo. Una potencia económica mundial que por voluntad propia interpreta indeciblemente mal su papel.
En comparación, los EE.UU. están mucho más endeudados que el conjunto de países de la UE. Y los estados federados de los EE.UU. lo están mucho más que los estados miembros de la UE –entre ellos California, que es la octava economía del mundo–; están, de facto, en bancarrota. Nadie se inquieta por ello, sobre todo porque el gobierno estadounidense –incluso sin ajuste financiero (Finanzausgleich)– ha dado un paso al frente y aportado subvenciones caso por caso, esto es, aplicando rescates ("bail-outs"). Si hay algo de que los grandes bancos de Wall Street pueden estar seguros es que California va a resultar barata. Se deja financiar mejor debido a que los bonos del tesoro federal estadounidense constituyen todavía deuda pública muy apreciada. El dólar funcionará como divisa de reserva mundial solamente mientras haya un mercado para esta moneda. En otras palabras: detrás del valor del dólar no se encuentra otra cosa que el crédito, el crédito de que gozan los Estados Unidos en todo el mundo. Lo mismo vale para el euro: como divisa de reserva mundial en potencia sólo se la tomará en serio, y a largo plazo, si detrás de ella se encuentra el poder económico de la zona euro en su conjunto y el crédito de los países europeos tomados de consuno. El banco central estadounidense (Fed) interpreta hoy ocasionalmente el papel de banco central de la economía mundial. En la medida en que el BCE no cumple con el papel de banco central de la zona euro– y potencialmente, de toda la Unión Europea– no puede ser tomado completamente en serio. Trichet, el presidente del BCE, ya lo ha comprendido. Los bancos de la República Federal alemana, no.


¿Por qué no?
Un somero vistazo al otro lado del Atlántico también nos muestra lo que ocurre si se abandona la responsabilidad solidaria de una gran comunidad económica para con todos sus miembros, esto es, si bordea la frágil situación en la que se halla ahora mismo la zona euro. Por presión de los republicanos, el presidente Obama ha declarado que en el futuro no rescatará con medios federales la deuda de los estados federados. Como consecuencia, no se prolongará el programa de los estados federados para subvencionar préstamos municipales. El resultado inmediato es que se hunde su precio, lo que precipita la quiebra del mercado para préstamos municipales y préstamos de los estados federados en los Estados Unidos. La próxima crisis financiera a la que se enfrenta EE.UU. será la causada esta vez por los ultramontanos gobernadores de provincias, que se conducen con la misma lógica que la de la canciller Merkel, y, como la Cancillera, entonan: no pagaremos por la perezosa California y tampoco por los vagos de Nueva York. 
Los préstamos europeos, como los propuestos por el primer ministro luxemburgués Juncker, llevarían finalmente de retorno al buen camino tanto a la Eurozona como al conjunto de la Unión Europea. Y sin correr grandes riesgos: más bien con el proyecto de salir de una trampa de deuda de la manera más rápida y barata. En relación con la fuerza económica total de la zona euro, la deuda de Grecia, Irlanda o Portugal, tomada de consuno, monta a meras migajas, España aporta menos aún (alrededor del 5%) a la balanza. Si una parte de esa deuda se refinanciase a través de los europréstamos, se reduciría el lastre de la deuda estatal en toda la zona euro.       
¿Qué es lo que juega en su contra? Que Merkel y el ministro de finanzas Schäuble temen unos intereses más elevados para la deuda pública alemana. Esto parece a primera vista plausible, porque la República federal deberá refinanciar en 2011 un volumen de deuda de 285 mil millones de euros, aunque nadie esperaba o pedía que esa refinanciación discirriera por la vía de los europréstamos. Esos préstamos comunitarios están limitados y van estrictamente ligados a restricciones. La República Federal, el mejor prestatario de toda Europa, prestaría a la Eurozona sólo una parte de su solvencia económica. Además, los europréstamos serían mucho más comprehensivos que los préstamos individuales realizados hasta la fecha a los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España) y, en consecuencia, más atractivos. Y serían más seguros, también, porque se colocarían sin intereses exorbitantes y sin recargos de riesgo. 

Aún peor
Sin embargo, una solución así resultaría para los países prestadores como Alemania harto menos ventajosa que la práctica del paraguas de rescate, pues con esa solución los deudores tendrían previsiblemente que pagar intereses bastante más bajos que el interés del 5'8% que ahora deben satisfacer en concepto de "rescate". Todavía peor les parece a Merkel y a los economistas ortodoxos el hecho de que con el europréstamo se mitigaría el "estímulo", es decir, la presión extrema a favor del ahorro y la austeridad. Pero precisamente ese debería ser el objetivo del ejercicio: descargar inmediata y duraderamente de pesados intereses a países muy endeudados como Grecia e Irlanda y permitirles ganar tiempo para acometer un proceso razonable de desendeudamiento.    
El miserable dogma de la austeridad a cualquier precio perjudica a las economías afectadas gravemente, hundiéndolas todavía más en la recesión y –en el caso de Irlanda, eso es claro como el agua– en la depresión. Los europréstamos supondrán una pequeña contribución a la necesaria interrupción de ese ciclo de endeudamiento / desendeudamiento/ deflación/ depresión. Juncker tiene razón: Merkel y sus apuntadores no piensan en términos europeos, sino de Estado nacional. Peor aún: se equivocan de principio a fin, porque la política de "austeridad", que no es más que un eufemismo mendaz, daña a la economía alemana más aún si cabe que a las de sus vecinos. Hasta desde la estricta perspectiva de la economía nacional anda la política de austeridad de Merkel completamente errada.
Todo el debate muestra que las potencias rectoras de la zona euro no saben hacia dónde quieren o pueden conducir a Europa. Objétese lo que se quiera a los gobiernos estadounidense y chino, lo cierto es que esos gobiernos practican una política económica con visión planetaria sin olvidar los propios intereses nacionales. Las elites alemanas –el Banco Central, las asociaciones patronales, la malhadada coalición negri-gualda [democristiana/liberal;T.]— se llena la boca con Europa, pero practica una política económica gazmoña y provinciana, ni siquiera nacional. A día de hoy, ni siquiera han llegado a comprender que con el euro el mundo se ha convertido en otra cosa. Las cuitas de nuestros vecinos son ahora nuestras propias cuitas.

Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.
 
Traducción para  www.sinpermiso.info: Àngel Ferrero
 

21 de diciembre de 2010

¿DOBLE RECESIÓN EN EE.UU.?


Germán Gorraiz López
La euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras los resultados de los llamados "test de estrés" de las entidades financieras llevadas a cabo por la Administración USA y el goteo de datos económicos negativos inferiores a las más pesimistas previsiones, habrían ayudado a la sobreponderación de los brotes verdes de la economía (aumento estimado del 3% del PIB para 2010 y notable mejora de resultados de la Banca y Wall Strett).
Se habría así producido un cambio en las expectativas del mercado, existiendo ahora la convicción de que las políticas de rescate financiero (Programa de Apoyo para activos con problemas, TARP) llevado a cabo por las Administraciones y las sucesivas bajadas de tipos de interés de la Fed habrían aliviado los problemas de liquidez de las entidades financieras, pero no impedirán que los bancos se sigan descapitalizando y necesiten más inyecciones de capital, debido a la existencia de emisiones del sector inmobiliario (cédulas hipotecarias) y de activos tóxicos (hipotecas subprime) que deberán ser comprados por los bad banks ( bancos malos) o continuar con el goteo de nacionalizaciones bancarias, prácticas que en ambos casos suponen una pérdida de la libre competitividad .
Ello unido al incesante aumento de la Deuda externa contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado con el hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos meses (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener financiación exterior), la ralentización de las exportaciones debido a la fortaleza del dólar frente al euro conjugados con la crisis de deuda que se vive en la Unión Europea podría agudizar el riesgo evidente de Double Dip en la economía de EEUU.
Dudas de la Fed sobre la recuperación económica: Las autoridades de la Reserva Federal expresaron una mayor cautela sobre la economía estadounidense, lo que sugiere que las tasas de interés de corto plazo podrían permanecer en un mínimo histórico hasta el próximo año para apoyar el crecimiento y mantuvo la banda para la tasa interbancaria federal en el rango de entre cero y el 0,25% y dibujó un escenario más pesimista de las futuras condiciones financieras y el mantenimiento de escenarios de baja inflación debido al todavía insuficiente aumento del consumo interno (un 3,6%) y a que la adopción de medidas extraordinarias como implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria no se trasladaron a una presión sobre los precios en Estados Unidos, debido a la capacidad ociosa de las empresas y la resistencia a prestar del sistema financiero.
Severo estancamiento del mercado inmobiliario: El sector bancario de EE.UU. podría soportar pérdidas de hasta 250.000 millones $ por inmuebles comerciales en esta crisis y más de 700 bancos podrían quebrar debido a su exposición a los bienes raíces comerciales, con la aparición de un stock de 2 millones de viviendas que no encontrarán comprador hasta el 2012. Por ello, las entidades bancarias intentarán mediante subastas, la creación de sociedades de gestión de activos inmobiliarios y la aplicación de medidas agresivas, dar salida a los pisos embargados que acumularán en sus carteras (considerados bienes ilíquidos), lo que originará drásticas caídas de los precios de los inmuebles que rondarán el 60% respecto al 2007 ( precios artificialmente revalorizados debido a la especulación inmobiliaria de la última década.).
Así, la aparente reactivación del mercado inmobiliario estadounidense en el primer trimestre del 2010 habría sido sólo un espejismo provocado por los estímulos fiscales, pues el departamento de Comercio informó que la venta de las viviendas nuevas en ese país cayeron 32,7% en mayo, (el mayor descenso mensual registrado desde 1963), por lo que comparado con el alza del 15% registrada en abril, es fiel reflejo de la tendencia que marcará el resto del 2010 y además, las ejecuciones hipotecarias se han disparado y alcanzan niveles récord (durante la primera mitad de año, nada menos que 1,65 millones de viviendas recibieron en EEUU notificaciones de embargo) y el 10% de los propietarios de vivienda dejaron de pagar al menos una de sus cuotas durante el primer cuatrimestre de 2010 .
Tras el inesperado batacazo de la ventas, el miedo al W (Double dip) o recaída en la recesión podría terminar apoderándose de los parquets mundiales con caídas generalizadas que fruto de la psicosis y aunado con el elevado endeudamiento de las empresas podrían terminar por producir un nuevo crash bursátil que tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras (1.41 millones de americanos lo hicieron en 2009, un 32% más que en 2008).
Incremento de las tasas de paro: El empleo en Estados Unidos se incrementó mucho menos de lo esperado en noviembre y la tasa de desocupación trepó a un máximo de siete meses del 9,8 por ciento, golpeando las esperanzas de una recuperación económica creíble.
Además, según el presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Ben Bernanke " el mercado laboral, a pesar de la mejora iniciada este año, necesitará un tiempo "significativo" para recuperar los 8,5 millones de empleos perdidos en 2008 y 2009" y podría finalizar el año en tasas cercanas al 10%, aunado con unos previsibles incrementos del déficit Público hasta los 1.6 billones de $ ( 9% del PIB) y de la Deuda Externa hasta los 12,5 Billones de $ para el 2.010, (el 90% del PIB), una cifra histórica sobrepasada sólo durante la 2ª Guerra Mundial.
Finalmente, como consecuencia del seguro descenso de los ingresos de los Estados y del bestial incremento de las prestaciones de Desempleo (8 millones de parados sin cobertura de desempleo), no sería descartable en varios estados la aparición de agujeros financieros (en diciembre el estado de New York habría entrado en déficit por primera vez en la historia reciente al sufrir un déficit de 600 millones de dólares), la declaración de bancarrota de los organismos federales y a la progresiva desaparición de las clases medias.
En consecuencia, asistiríamos a una severa agudización de la fractura social del país que obligaría a amplias capas de la población a depender de los subsidios sociales.(el programa de Cupones para Desempleados estaría alcanzando cifras récord con cerca de 37 millones de personas inscritas en comparación a los 29,4 millones que reciban esta ayuda mensual en el 2008), lo que unido a la drástica reducción de los subsidios sociales, al renacer de sentimientos xenófobos en los Estados Sureños y las soflamas incendiarias de líderes religiosos como Jeremías Wright podrían terminar por reeditar los violentos disturbios raciales del verano de 1.963.
Fuente: Alainet