17 de enero de 2011

SOBRE EL "PACTO GLOBAL DE CCOO...CARGARSE DE SINRAZÓN


Miguel Romero. anticapitalistas.org  
Desde comienzos de semana, se nos viene machacando con el señuelo del “pacto social” o “pacto global” como medio para lograr
“una salida justa y equilibrada de la crisis”. Suena parecido a la “gran coalición” en forma de gobierno PSOE-PP que algunos tertulianos proponen desde hace unos años para marear la perdiz, que es finalmente su oficio y su beneficio. La novedad, y la gravedad, del asunto es que ahora el principal valedor del “pacto global” sea el secretario general de CC OO y, lo que es peor, que esta política haya obtenido un apoyo prácticamente unánime en el Consejo Confederal (158 votos a favor, 1 en contra y 15 abstenciones).
Todo lo que se ha estado haciendo, y sobre todo no haciendo, desde el 29-S por parte de los sindicatos mayoritarios está debilitando las posibilidades abiertas por la huelga general para la reconstrucción del tejido sindical militante y de las capacidades de movilización y resistencia social a medio plazo, necesarias para hacer frente con posibilidades de éxito a la crisis capitalista.
Por ejemplo, no se ha respondido con fuerza  y convicción a la campaña político-mediática que condenaba a la huelga como un “fracaso”, con el fin de obstaculizar futuras movilizaciones. No se ha hecho nada para revitalizar los sectores en los que la huelga no alcanzó sus objetivos (banca, administración pública, sanidad…). No se ha creado opinión pública crítica de las reformas del Gobierno, capaz de comprender las trampas del viejo cuento sobre “los sacrificios de hoy son la prosperidad de mañana” e identificada con alternativas justas, aunque no se puedan conseguir inmediatamente. En fin, por no hacer la lista interminable, no se ha organizado un plan sostenido de acciones y movilización, que mantuviera activa a la gente que se movilizó el 29-S y animara a quien no lo hizo a reactivarse.
Tareas como éstas, razonables y posibles, han sido sustituidas por una actitud pasiva, que cedió toda la alternativa al gobierno, y que convirtió en el gran acontecimiento “social” del último trimestre el nombramiento del nuevo ministro de Trabajo.

Desde entonces, ha ido creciendo una calculada ambigüedad en la posición de CC OO y UGT ante las “reformas” del Gobierno (no retirada la “reforma laboral” sino de sus “aspectos más negativos”; no rechazo global de la reforma de las pensiones sino de la “línea roja” de los 67 años…) y unas advertencias de “movilización si no hay acuerdo” dichas cada vez con la boca más chica, salvo las calenturas programadas de los discursos al final de las manifestaciones. Manifestaciones, por cierto, convocadas muy tardíamente, con bastante flojera, con un lema absurdo (“En defensa del Estado social”: ¿dónde está aquí y ahora ese “Estado social”? ¿No saben que éste es uno de los países de la Unión Europea con menor gasto social y con una fiscalidad más injusta? Se trata de cambiar radicalmente esta situación, no de defender entelequias). Así no es de extrañar que los resultados de las manifestaciones del 18 de diciembre fueran, en general, malos. Y da la impresión de que, en una espiral negativa, esos malos resultados se han convertido en argumento, no para corregir errores y buscar las condiciones para que las movilizaciones futuras sean fuertes, sino para abandonar la vía de la movilización.

A la vuelta de las fiestas navideñas hemos entrado en una pendiente de despropósitos que nos están aproximando a una derrota cuyas consecuencias son duras hasta de imaginar.
Veamos un ejemplo. El secretario de Comunicación de CC OO Fernando Lezcano declaraba el pasado 9 de agosto: "El movimiento sindical debe combatir la dictadura de los mercados y defender el valor de la democracia". Pero el 11 de enero se despachaba diciendo: “CC OO aboga por ensayar la posibilidad de un acuerdo global, mas allá de la reforma de las pensiones, que daría más tranquilidad a la sociedad para afrontar la crisis y enviaría un mensaje más nítido a los mercados". ¿Qué pasa? ¿Han cambiado los mercados entre agosto y enero? ¿Ha cambiado Lezcano? ¿Qué historia es ésta de que el portavoz del mayor sindicato del país hable como un consultor de inversiones en Bolsa? Eso es lo que ha cambiado: desde la apertura de la negociación con el gobierno, CC OO y UGT no se dirigen a la gente trabajadora: hablan para los que mandan, para los poderes políticos, económicos y mediáticos.

Veamos otro ejemplo: a la hora de definir los perfiles del “pacto global” algunos periodistas han recordado a Toxo los Pactos de la Moncloa y éste no parece sentirse incómodo con la analogía. ¿No recuerda Toxo las consecuencias sociales y políticas de los Pactos de la Moncloa, instrumento clave de la Transición? Seguro que hay gente en su equipo que puede recordárselas. Nadie puede albergar ahora la menor duda de que los perdedores de entonces fueron las clases trabajadoras. Los sindicatos que apoyaron los pactos sufrieron una auténtica sangría en su afiliación, a la vez que  recibían elogios entusiastas de los poderes establecidos por su “sentido de la responsabilidad”. El “mensaje nítido” que envió el movimiento obrero a “los mercados” de entonces es que dejaba de luchar. Así nos fue.

¿Y ahora? Es muy improbable que llegue a existir algo parecido a los Pactos de la Moncloa, entre otras cosas, porque hoy no hacen falta instrumentos de ese calibre para desorganizar al movimiento obrero.
Los “mercados” pueden conseguir sus objetivos por procedimientos más simples, que además en este país les vienen funcionando muy bien desde hace años, tipo “diálogo social”. En eso parece que estamos.
Desde el comienzo de la negociación gobierno-sindicatos, ha caído sobre éstos una formidable presión política y mediática para empujarles  a evitar, por encima de todo, la convocatoria de una nueva huelga general y a buscar unos cuantos retales de cambios menores en las “reformas”, para tapar las vergüenzas de un acuerdo que ratifique básicamente la política gubernamental.
Es verdad que no existe una presión social potente en sentido contrario, que esté exigiendo a los sindicatos una defensa con firmeza de los objetivos básicos del 29-S, al menos. Pero, aunque sólo fuera por sentido de la autodefensa, los sindicatos deberían estar contribuyendo a que esa presión se cree y, en primer lugar, manteniendo en pie la convocatoria de una nueva huelga general si esos objetivos no se obtienen lo cual es hoy una certeza.
Pero están actuando al revés: Méndez habla de “aparcar las movilizaciones”; Toxo envía la HG a improbables calendas griegas. Ambos ensalzan la “flexibilidad” que estaría mostrando el Gobierno. ¿Flexibilidad del gobierno? Lo que se conoce es un cambio irrisorio en la reglamentación de la reforma laboral (no se podrá recurrir al despido barato por pérdidas… si son “meramente coyunturales”) y un calendario de aplicación del retraso en la edad de jubilación a los 67 años que, al menos hasta ayer, Toxo consideraba “disparatado”.

Es tan obvio que no habría ni que escribirlo: el gobierno está comprometido hasta el tuétano en su programa de “reformas”, no hará el menor cambio sustancial en él en una mesa de negociaciones y sólo podrían obtenerse esos cambios mediante un cambio de relación de fuerzas resultado de una movilización social sostenida a medio plazo.
“Aparcar” la Huelga General porque ahora tocaría, como dice Toxo, “elevar la mirada y ampliar el perímetro de las materias a negociar” es, por decirlo de un modo suave, una insensatez. En una situación de debilidad como la que están exhibiendo los sindicatos en la mesa de negociaciones, cuanto más se amplíe “el perímetro”, mayor será el riesgo de recibir compensaciones minúsculas a cambio de cesiones sustanciales. Y cuanto más “eleven” la mirada, mayor será el riesgo de que se caigan de bruces. En realidad, ese es el problema: los sindicatos están “elevando la mirada” y sólo se dirigen a quienes están arriba, o sea, las elites políticas y económicas y, por supuesto, los “mercados”. Por el contrario, tendrían que “bajar la mirada” y dirigirla hacia las víctimas de la crisis, que serían también las víctimas del “pacto global”.

Hay quien piensa que estamos solamente ante “maniobras tácticas” y que CC OO y UGT estarían buscando “cargarse de razón” ante la sociedad para convocar una nueva huelga general. Si así fuera, están consiguiendo justamente el objetivo contrario: se están cargando de sinrazón, especialmente hacia la gente que se partió el alma por sacar adelante la huelga general, confiando en que se iniciaba por fin una etapa de reconstrucción de la moral y de la fuerza social de la izquierda.

¿Es posible aún una rectificación? Pudiera ser: si CC OO y UGT se tomaran en serio incluso su “programa mínimo” de cambios respecto a las reformas, no habría acuerdo. Aún en ese caso, costaría trabajo recuperar la confianza perdida en estos días de desatinos.
No hay razones para confiar en que mantengan los arrestos necesarios para levantarse de la mesa de negociaciones, pero quizás no consigan ni esos mínimos resquicios que están buscando desesperadamente para poder no ya aparcar, sino mandar al desguace a la huelga general. En cualquier caso, si se decidieran, aún de mala gana a convocarla, sería una buena noticia. En los días que quedan hasta el 25 de enero, habría que intentar que se expresara una oposición, y una indignación, social, que efectivamente existe, frente a todo lo que representa el “pacto global” y se reclamara desde la calle una rectificación urgente a CC OO y UGT.

Dice John Berger que “pensar estratégicamente implica que uno se imagine en los zapatos del enemigo”. Parece que el Gobierno, y los mercados, conocen muy bien los zapatos de CC OO y UGT. Pero lamentablemente CC OO y UGT no piensan estratégicamente, ni siquiera saben identificar al enemigo.

Miguel Romero es editor de VIENTO SUR y militante de Izquierda Anticapitalista

ASÍ, SEGURO QUE NO. FRENTE AL PACTO CON LAS ÉLITES QUE PROPONEN CCOO Y UGT, FRAGUAR UN GRAN ACUERDO DE LA IZQUIERDA SINDICAL, SOCIAL Y POLÍTICA


Izquierda Anticapitalista
ASÍ, SEGURO QUE NO. FRENTE AL PACTO CON LAS ÉLITES QUE PROPONEN CCOO Y UGT, FRAGUAR UN GRAN ACUERDO DE LA IZQUIERDA SINDICAL, SOCIAL Y POLÍTICA
Desde la Huelga General del 29-S  hemos asistido a grandes movilizaciones contra las políticas neoliberales en Francia, Grecia, Portugal y en menor escala en Irlanda y Reino Unido. A pesar de no haber logrado frenar las agresiones, han demostrado el rechazo social a estas políticas, así como la voluntad de amplios sectores de las clases trabajadoras y de jóvenes de movilizarse contra ellas. En estas protestas, fundamentalmente en Francia donde han sido prolongadas en el tiempo, se han acumulado las fuerzas necesarias para resistir  los ataques de unos enemigos que no van a cejar en su empeño hasta quedarse con todo. También han puesto en pie marcos de unidad de acción de todos los sindicatos y han incorporado a otros sectores (parados, estudiantes). Este combate es de largo aliento y no valen movilizaciones de un solo día, sino planes de movilización sostenidos en el tiempo que incluyan Huelgas Generales, paros sectoriales, manifestaciones, etc.
Esta es la tarea fundamental que tiene por delante  toda la izquierda social, sindical y política aquí. Y por eso es aún más incomprensible la actitud de los sindicatos mayoritarios en su búsqueda desesperada de un “pacto global” con el Gobierno la patronal e, incluso, con el PP. Las direcciones sindicales  de CCOO y UGT  han retomado de forma lamentable  una negociación que no va a conducir a ninguna conquista por parte de los trabajadores, más aún utilizando argumentos inaceptables y desmovilizadores como los de “dar tranquilidad a los mercados”, como ha manifestado el portavoz de CCOO Fernando Lezcano y el propio Toxo. El anuncio que hicieron en diciembre de una nueva Huelga a finales de enero o la prevista movilización estatal para el 22 de este mes han quedado olvidados en esta estrategia suicida emprendida por las direcciones sindicales, que esperamos tenga expresiones de rechazo firme entre las bases sindicales .En este sentido, el resultado de la votación en el Consejo Confederal de CCOO es muy decepcionante, no solo por el alto número de apoyos a la propuesta pactista de Toxo ( 154 a favor, 15 abstenciones y 2 votos en contra), sino porque el sector crítico ni siquiera votó contra la misma , salvo dos honrosas excepciones. La patronal y el gobierno sí tienen una estrategia clara frente a esta desorientación dramática de los sindicatos.  ZP anunció hace unos días delante, una vez más, de toda la elite empresarial que habrá reformas en cualquier caso, consensuadas o no. CCOO y UGT están perdiendo un tiempo precioso y  están desorientando a los y las trabajadoras, que en condiciones durísimas sacaron adelante la Huelga General del 29-S cuyos réditos ahora están siendo tirados por la borda. La crisis ha venido para quedarse y sólo de movilizaciones masivas saldrán los cambios posibles en las correlaciones de fuerza que puedan dar una salida de izquierdas a la crisis. De la mesa de negociación sólo van a salir derrotas. ¿A quién se dirigen las direcciones sindicales con estas declaraciones? . Ni a sus propios militantes, delegados y afiliados, ni mucho menos a los sectores más golpeados por la crisis. Las bases sindicales deben presionar a la dirección de CCOO para salir de la mesa de negociación de inmediato y pedirle que cite a todos los sindicatos alternativos y movimientos sociales para preparar otra huelga general cuanto antes y un plan sostenido de movilizaciones. De esta forma, desde Izquierda Anticapitalista creemos que es necesario levantar un gran acuerdo, pero con los y las de abajo y sus organizaciones sociales, sindicales y políticas, para defender un programa mínimo contra la dictadura de los mercados y por nuestro derecho a vivir dignamente  dentro de un plan de lucha, al que se puedan adherir entidades y personas, y que diseñe un calendario de actividades de todo tipo, que incluyan manifestaciones para presionar por otra Huelga General.
En este contexto, el papel de los sindicatos alternativos, de los movimientos sociales y de las plataformas locales que se crearon al calor de la convocatoria del 29-S va a ser fundamental, así como mantener una orientación unitaria hacia las bases de CCOO y UGT que rechacen la orientación suicida de sus direcciones.
Seguimos insistiendo: No hay nada que negociar. Es la hora de luchar

14 de enero de 2010

14 de enero de 2011

MANIFESTACIÓN EN SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DE VENEZUELA. MADRID. SÁBADO 15 DE ENERO.12 HORAS


 ¡BASTA DE AGRESIONES IMPERIALISTAS CONTRA VENEZUELA!
¡SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS QUE LUCHAN CONTRA LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA!


La campaña de calumnias y acoso contra la Revolución Bolivariana de Venezuela se enmarca en el intento del imperialismo de asfixiar a todos los pueblos latinoamericanos que tratan de cuestionar su hegemonía e intentan crear modelos diferentes al capitalismo que condena a decenas de millones de trabajadores al paro en los países capitalistas; es responsable del hambre en el mundo por su voracidad y provoca guerras para asegurarse el control de las materias primas (petróleo, gas, agua) en cualquier lugar del planeta bajo la excusa de la lucha internacional contra el terrorismo.
Los ataques contra la Revolución Bolivariana no se pueden ver de forma aislada. Ningún gobierno del imperialismo norteamericano ha tolerado jamás procesos soberanos y socialistas en lo que considera su patio trasero, intentando derrocarlos por todos los medios. Así el golpe de estado, del año pasado, en Honduras; el intento de golpe de estado este año en Ecuador o los intentos desestabilizadores en Bolivia. Todos estos países pertenecen al ALBA, Alternativa Bolivariana para Las Américas, que ha creado un nuevo modelo de relaciones entre los pueblos y estados basadas en el respeto mutuo y en la igualdad entre sus miembros.
Estos ataques contra los procesos de cambio en América Latina forman parte, además, de una criminalización permanente de cualquier movimiento político y social que plantee y luche por una transformación social real.
Para esta campaña de difamación y de criminalización, el imperialismo y sus secuaces se sirven de unos documentos aportados por el gobierno de Colombia, encontrados supuestamente en el ordenador de Raúl Reyes, dirigente de las FARC asesinado por el ejército colombiano en 2008, aunque numerosas organizaciones internacionales, como la INTERPOL, y de Derechos Humanos, han denunciado la manipulación de los archivos del susodicho ordenador y la nulidad por tanto de las presuntas pruebas obtenidas del mismo por parte del ejecutivo colombiano. Además, se apoyan en las ‘declaraciones’ de dos supuestos desmovilizados de las FARC que afirmaron haber estado entrenándose en Venezuela. Otro de los pilares de la acusación es la declaración de dos supuestos miembros de ETA, obtenidas en las dependencias de la Guardia Civil, en las que también decían haber recibido formación militar en Venezuela. Al ser presentados ante el juez, denunciaron que tales declaraciones fueron obtenidas bajo tortura.
Es decir, no existe ninguna base real ni legal para las acusaciones contra la Revolución Bolivariana.
Los únicos delitos de la Revolución Bolivariana son intentar crear en su país una sociedad justa y querer cambiar las estructuras capitalistas del Estado para crear una sociedad socialista en la que haya justicia social. Desde sus primeros pasos, la Revolución Bolivariana ha proporcionado al pueblo venezolano importantísimas conquistas sociales de las que anteriormente carecía por completo, se ha erradicado el analfabetismo en Venezuela, se ha organizado a la población en comités en los que tienen la posibilidad de influir en la política de su país más allá de las elecciones y se están eliminando las desigualdades sociales ofreciendo oportunidades a los más desfavorecidos, es decir a la mayoría de la población y, por otro lado, se está integrando a los países latinoamericanos alrededor del ALBA para hacer frente a la política de dominación del imperialismo norteamericano y europeo .
La defensa de la Revolución Bolivariana es también la defensa de nuestros derechos en el estado español, pues los ataques de la reacción no sólo tienen por objeto deslegitimarla, presentándola como un proyecto fallido para las masas, sino - a la vez - extrapolar esa lógica propagandística para transmitir a los trabajadores y trabajadoras de este país la idea de que la construcción de otro tipo de sociedad tendría unos resultados catastróficos. Se trata, por tanto, de un nuevo ataque del capitalismo contra la clase trabajadora, en un momento en el que – debido a la profunda crisis del mismo – el capital está intentando el desmantelamiento de las conquistas sociales que esta clase ha conseguido tras siglos de dura y en no pocas veces sangrienta lucha contra el capital. Por eso hoy, más que nunca, es necesario que alcemos nuestra voz contra los ataques imperialistas a la Revolución Bolivariana.


¡Solidaridad con la Revolución Bolivariana de Venezuela!
¡Por la soberanía de los Pueblos y el Socialismo!
¡Abajo el Imperialismo!
MOVIMIENTO DE SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Madrid a 06 de Diciembre de 2010 Los ataques a la Revolución Bolivariana no son gratuitos ni tienen como finalidad defender una democracia que los capitalistas secuestran impunemente cuando conviene a sus intereses, como ya sucedió en Honduras, y que en Venezuela goza de mejor salud que nunca. Las calumnias contra el gobierno venezolano tienen como fin desprestigiarlo frente a los ojos de las clases trabajadoras de todo el mundo, pues constituye un ejemplo de que la organización social, política y económica no tiene porqué estar basada en los privilegios escandalosos de unos cuantos, basados en la explotación de unos seres humanos por otros, el sistema capitalista, que condena a la mayoría de seres humanos al paro y la miseria como ya se está comprobando en el propio primer mundo desarrollado. Como ilustración de lo que puede conseguir un sistema económico solidario aquí tenemos algunos casos de conquistas sociales ganadas por el pueblo venezolano, en dura lucha contra la oligarquía y sus portavoces mediáticos, desde el triunfo revolucionario.

Desarrollo Humano
En 1998 el Índice Nacional de Desarrollo Humano de Venezuela se ubicaba en 0,6917. Gracias a las políticas sociales y a la s Misiones implementadas desde la llegada del Gobierno Bolivariano, en el año 2007 dicho índice se ha incrementado en un 27,7%, llegando a ubicarse en 0,8836. Según el Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela, en 1998 la pobreza en nuestro país era del 43,9% y la pobreza extrema alcanzaba el 17,1%. En 2006, la pobreza se había reducido al 30,4% y la pobreza extrema a 9,1%. Estos últimos índices de pobreza extrema siguen descendiendo de manera vertiginosa y ya para el cierre del primer trimestre de 2007 la pobreza extrema se ubicaba en 7,6%.
El Derecho a la Salud y la atención sanitaria…
Entre los grandes logros del Sistema Nacional de Salud venezolano está la construcción de 135 Centros de Rehabilitación Integral, 123 Salas de Rehabilitación Integral y 9 Centros de Alta Tecnología. La tasa de mortalidad infantil por cada mil disminuyó del 21,4% en 1998 a 13,8% en 2007. Un informe de estrategia de cooperación de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud revela que hoy los hombres venezolanos viven 79,5 años y las mujeres 83,7 años, más que el resto del continente, e incluso, que en países desarrollados. En promedio, se vive 30 años más que en 1950, cuando la expectativa de vida era de 52,6 años para hombres y 53,3 para mujeres.
…unidos a la solidaridad internacionalista con los más desfavorecidos de América latina.
En principio se atendieron sólo pacientes venezolanos, pero en la actualidad está extendida por varios países de América Latina. Hasta mayo de 2006 el número de venezolanos operados fue de 14.976; el número de extranjeros operados llegó a 2.994, para un total de 17.970 personas atendidas por esta Misión. Más recientemente, el Gobierno venezolano decidió abrirle las puertas de la salud a más de 300 ciudadanos salvadoreños, chilenos y dominicanos, quienes han sido intervenidos por diversas anomalías visuales en la ciudad de Maracaibo. Gracias a esta Misión, fruto de la solidaridad entre los pueblos, miles de niños, jóvenes y adultos han podido recuperar su visión y serán muchos miles más en los años por venir, pues la peta es operar en un lapso de 10 años a más de 6 millones de pacientes con problemas oftalmológicos en América Latina.
La educación también es un derecho irrenunciable
El 28 de Octubre de 2005 la UNESCO declaró a Venezuela libre de analfabetismo.
1.482.543 de alfabetizados en toda Venezuela.
Se alfabetizaron 76.369 indígenas en 26 idiomas aborígenes.
Justo el día en que se conmemoraban 236 años del nacimiento de Simón Rodríguez (maestro del El Libertador Simón Bolívar), 28 de octubre de 2005 , la República Bolivariana de Venezuela, tras dos años de aplicación de la Misión Robinson, era declarada: Territorio Libre de Analfabetismo.
La Misión “Robinson”, por ser un seudónimo (Samuel Robinson) utilizado por el maestro de Bolívar una vez expulsado de Venezuela. Ahora, la revolución bolivariana se apoyó en el método cubano “Yo si puedo” y un par de años más tarde, liquidó una pesada carga del pueblo venezolano y abrió las puertas del conocimiento a los excluidos los cuales sumaban cerca de millón y medio de personas. La República Bolivariana de Venezuela, con el 0,10% de analfabetismo supera la meta exigida por la UNESCO, la cual es del 4 % para la declaración de un territorio libre de analfabetismo.
Todo esto junto con el mayor periodo de crecimiento económico vivido por Venezuela en toda su historia.

LA RELEVANCIA EUROPEA DE LA "VÍA MARCHIONNE" PARA LA CONTRARREFORMA LABORAL


Nota previa del editor de este blog: Este texto puede ser leído en clave italiana o extendido a nuestro espacio europeo y, particularmente, nacional. Y ahora yo me pregunto ingenuamente: ¿Existe alguna relación entre la voluntad de acabar con la negociación colectiva de los convenios laborales en Italia y en el resto de la UE con el entreguismo de CCOO y su comparsa, UGT, en estos reeditados Pactos de la Moncloa que ahora se perpetran contra la clase trabajadora? ¿Es el miedo a perder la representatividad social y la negociación de los convenios, es decir de la supervivencia del modelo sindical de concertación, lo que explica la actitud negociadora de CCOO y UGT? ¿Es casual que la revista “Sin Permiso” haya publicado este artículo? ¿Será la postura de un sector de la izquierda alternativa tan calculada como la de IU mientras se perpetra otra infamia por parte del sindicalismo mayoritario contra los trabajadores? De momento, en una y en otra, el silencio resulta atronador. ¿Entre lo viejo y caduco y lo nuevo, que necesita nacer, debe haber siempre tanta sutileza y medias tintas? Sinceramente, en la extrapolación española que puedo hacer, no me ha hecho feliz este artículo que comparto con vosotros. Os sugiero su lectura, por larga que os parezca.

Álvaro Rein / sinpermiso.info
“Fuera de Italia, la ofensiva radical de Marchionne contra el sindicalismo de clase es seguida desde hace tiempo con entusiasmo y minuciosa atención por los más destacados medios de información del capitalismo global como el Financial Times o The Economist. Es natural que sea así. La clase social a la que sirven estos medios tiene la suficiente visión como para comprender perfectamente que las luchas de clase que se están dando a nivel nacional, y que superficialmente pueden aparecer desconectadas entre sí, en realidad forman parte de una lucha global por reconfigurar las relaciones de clase. Ellos saben lo que anda en juego. ¿Lo sabemos nosotros?”
“Los derechos están basados ante todo en deberes. Estamos acostumbrados a exigir solo derechos y no nos acordamos nunca de nuestros deberes. Desde un punto de vista ético y moral, creo que la jerarquía entre estos dos conceptos es importante. Cuando se habla de derechos en este país, se esta creando una confusión enorme. Seamos sinceros; los derechos deben de estar basados ante todo en deberes” – Sergio Marchionne, gerente de FIAT
El capitalismo siempre ha salido de sus crisis con cambios substanciales, reconfiguradores de las relaciones de fuerza entre la clase trabajadora y el capital, cambios que, por lo general, han resultado favorables al segundo. A medida que el mercado mundial va recuperándose de esta última “gran recesión”, nada ejemplifica mejor esta tendencia histórica que los ataques radicales contra el marco existente de negociación colectiva que se vienen produciendo estos últimos meses en los diversos países del viejo continente europeo.
En España todo el mundo está al corriente de lo que se prepara con la reforma del marco de negociación colectiva propuesto por el gobierno “socialista”. Pero quizá sea menos conocida la reciente imposición por parte del triunvirato Comisión Europea-FMI-BCE de una reforma radical del marco de negociación colectiva en Grecia -permitiendo la adhesión prácticamente voluntaria de las empresas, frente a la obligatoriedad anterior, a los convenios colectivos-, como parte de las condiciones para que su gobierno socialdemócrata pueda seguir disfrutando de la ayuda financiera de sus vecinos de la UE.


En Italia...modelo FIAT-Marchionne‟ y la ofensiva contra el marco de negociación colectiva
En Italia, el ataque frontal contra el marco de negociación colectiva no viene liderado por un gobierno, sino por Sergio Marchionne, el director italo-canadiense que dirige simultáneamente la FIAT y la Chrysler. El año pasado, Marchionne condicionó los nuevos planes de inversión en las fabricas FIAT de Mirafiore (Turín) y Pomigliano (Nápoles) a la firma de dos convenios laborales de empresa distintos al margen del convenio nacional del metal italiano. Un ataque en toda regla contra el actual marco de negociación colectiva italiano por parte de la principal empresa del país que, como afirmó entusiasta el ministro de trabajo de Berlusconi, promete “crear escuela”. Si la ofensiva de Marchionne tiene éxito, muchos analistas consideran inevitable que la ruptura con los convenios nacionales por parte de las empresas se extienda, o que los convenios nacionales se “flexibilicen”, o que se vacíen hasta tal punto de contenido, que dejen de tener sentido.
El plan de Marchionne tiene otro objetivo no menos importante: marginar de una vez por todas a los “rojos” de la FIOM -federación del metal de la CGIL-, que desde hace tiempo es el sindicato de clase que más molestias le causa a la patronal italiana.
Nadie podría haber expresado mejor los sentimientos de la patronal sobre lo que hoy representa la FIOM que Giampaolo Galli, el director general de la Cofindustria (la asociación de la patronal italiana). En una entrevista del 30 diciembre en el diario de la Cofindustria Il Sole 24 Ore, Galli dice: “Sí; la FIOM representa un problema que hace daño a las empresas y a los trabajadores (…) En el sector del metal, y sobretodo en las grandes empresas, la FIOM opone una fuerte resistencia a la innovación y a la competitividad”. Todavía mas directo se mostró el vicepresidente de la Cofindustria, Alberto Bombassei, cuando en una entrevista del mismo 30 de diciembre en La Repubblica declaraba: “La FIOM tiene comportamientos extremistas. No saben lo que significa el trabajo. No han trabajado nunca. Estos señores viven en otra época”. Lo que no les conviene explicar a los señores de la patronal es por qué si la FIOM hace tanto daño a los trabajadores y si sus dirigentes viven totalmente desconectados del sentir de estos, es hoy la FIOM, con sus más de 363.000 afiliados, el sindicato del metal con más afiliados de Italia -más afiliados que la suma de los tres siguientes mayores sindicatos de metal- y por qué, además, desde 2009 ha empezado a crecer de nuevo en numero de afiliaciones después de cinco años de declive.


El plan Marchione, el sindicalismo corporativo de impronta norteamericana y el sindicalismo de clase europeo
Pero antes de adentrarme en las consecuencias colaterales para la política y el sindicalismo de clase en Italia del plan Marchionne, es necesario describir algo más el contexto. Hace aproximadamente un año, Marchionne anunció un ambicioso plan de futuro para las operaciones de producción de automóviles de la FIAT en Italia, que bautizó como el plan “Fabrica Italia”. El plan consiste en transformar la producción italiana, hasta ahora orientada principalmente al mercado interior nacional, en una plataforma flexible de exportación hacia el mercado exterior y, en particular, hacia el mercado norteamericano, gracias a una alianza con la Chrysler. La visión del proyecto “Fabrica Italia” es que la FIAT duplique la actual producción anual de vehículos en Italia, hasta llegar a los 1.4 millones de vehículos en 2014, de los cuales 1 millón serían producidos para la exportación.
Marchionne prometió que si los trabajadores italianos -a los que tildó de “improductivos”- mostraban disposición a cambiar su “ética de trabajo” y a seguirle en su visión de “Fabrica Italia”, “concedería” a cambio a las plantas Italianas de la FIAT la producción de nuevos modelos de automóviles, con inversiones de hasta 20.000 millones de euros a medio plazo, que garantizarían el futuro del empleo en todo el sector.
Para poner su visión en marcha, Marchionne condicionó la concesión de la producción del nuevo FIAT Panda a la fabrica de Pomigliano (que llevaría aparejados 700 millones de euros en nuevas inversiones) y de los nuevos modelos de Jeep y Alfa Romeo a la fabrica de Mirafiori (1,000 millones de euros en nuevas inversiones) a una reforma radical de las condiciones de trabajo y de las relaciones laborales en las dos fábricas.
Marchionne pretende crear dos nuevas empresas (“newcos”), con participación de la FIAT y la Chrysler, en las fábricas de Mirafiori (5.500 trabajadores) y Pomigliano (4.600 trabajadores), desvinculándolas de la Cofindustria. Al constituirse fuera de la Cofindustria, las dos “newcos” no estarán obligadas a aceptar el convenio nacional del metal italiano, firmado entre la Confindustria y las principales centrales sindicales del país, lo que les deja las manos libres para desarrollar convenios de empresa propios y crear su propio marco de representación sindical de empresa.
Al constituirse fuera de la Cofindustria, las dos “newcos” también se sitúan fuera del acuerdo de 1993 entre la Confindustria y las principales centrales sindicales del pais que regula el marco de representación sindical en las empresas. Este marco, conocido como RSU (Representación Sindical Unitaria), se basa en la elección de un comité de delegados sindicales por parte de los trabajadores de cada empresa, que es el único que tiene derecho de negociar los convenios de empresa y representar a los trabajadores. Los delegados en la RSU son elegidos proporcionalmente de acuerdo al número de votos obtenidos en la empresa, pero la tercera parte de los delegados lo son, también de manera proporcional, entre las candidaturas de los sindicatos firmantes del convenio nacional del sector.
El sistema RSU “molesta” a Marchionne - o hace la fábrica “ingobernable”, según afirma-, por dos razones fundamentales. Primero, porque le obliga a negociar también con sindicatos que no firmen sus convenios de empresa. Segundo, porque concede a los sindicatos que no son parte de sus convenios de empresa una libertad “ilimitada” de agitar a los trabajadores dentro de las fábricas contra los acuerdos.
Al sacar a sus dos “newcos” de la Cofindustria, la FIAT pretende sustituir el sistema de RSU por su interpretación del viejo sistema de representación sindical contenido en el Estatuto de los Trabajadores italiano, llamado RSA (Representación Sindical en las Empresas, de acuerdo con sus siglas en italiano). Según la interpretación de Marchionne, este sistema concede el derecho de representar a los trabajadores exclusivamente a los sindicatos que hayan firmado un convenio con la empresa.


Votar para no votar nunca más
El modelo de relaciones laborales que Marchionne tiene en mente está en parte basado en el acuerdo que firmó con la United Auto Workers Union (UAW) en las fábricas de Chrysler de EE UU, cuando la empresa norteamericana salió de la bancarrota y FIAT adquirió el control sobre ella, tras obtener el 20% de sus acciones en julio del 2010.
En las plantas de Chrysler de EE UU el sistema de representación sindical implica que el sindicato con más votos adquiere automáticamente el monopolio de representación de los trabajadores ante la empresa. Esto significa que a Marchionne le basta negociar los contratos con un solo sindicato, la UAW, y que, después de firmarlos, tiene garantizado que todos los trabajadores los tienen que aceptar, a menos que quieran sufrir medidas disciplinarias. Nada ejemplifica mejor el sindicalismo de empresa en el que ha degenerado hoy la UAW que la definición que da este sindicato de cual es su principal objetivo:
“En el marco de la competencia global, la única vía que garantiza la seguridad del empleo es fabricar los productos de mejor calidad y ofrecer los mejores servicios al mejor precio para el consumidor. Para promover el éxito de nuestros empleadores, la UAW esta comprometida con la innovación, la flexibilidad, la producción eficazmente ajustada, los niveles más altos de calidad mundial y la reducción continua de costes. A través del trabajo en equipo y la solución imaginativa de los problemas, construimos nuestra relación con los empleadores sobre la base del respeto, objetivos compartidos y la vivencia de una misión común"
A cambio de sacar a Chrysler de su concurso de acreedores y de prometer proteger los niveles de empleo en sus fábricas, Marchionne consiguió que la UAW se comprometiese a no hacer huelgas hasta el 2015 y que aceptase reducciones radicales en las condiciones salariales (de hasta 50% para los nuevos empleados) y de trabajo. El acuerdo entre Marchionne y la UAW fue sometido a referéndum entre los trabajadores y obtuvo el 80% de votos a favor.
Aunque en Italia Marchionne se encontró también con sindicatos que aspiraban a jugar el mismo papel corporativo que la UAW, el gran problema es la existencia de un sindicato de clase como la FIOM, que por su peso y afiliación tiene la capacidad potencial de dinamitar cualquier intento de cooptación de los sindicatos mas colaboracionistas. Frente al “problema FIOM”, Marchionne simplemente ha decidido adoptar una estrategia para aislarla y expulsarla de sus fábricas.
Marchionne comenzó a llevar a la práctica esta estrategia firmando un acuerdo el 15 de junio con los sindicatos CISL, UIL, FISMIC y UGL en la fábrica FIAT de Pomigliano [1]. Los sindicatos firmantes de este acuerdo básicamente se comprometen a aceptar la creación de una “newco” en la fábrica, con un convenio de empresa desvinculado del convenio nacional del metal, a cambio de recibir 700 millones de euros en inversiones y arrebatarle la producción del nuevo FIAT Panda a la fábrica polaca de Tychy de la FIAT. Los firmantes también aceptaban sustituir el sistema de RSU por el de RSA. La FIOM y COBAS se negaron a firmar.
El 22 de junio la FIAT trató de legitimar el acuerdo, organizando un referéndum entre los trabajadores de Pomigliano en el que se les preguntaba si estaban dispuestos a abandonar “voluntariamente” el convenio nacional y adherirse individualmente a un nuevo convenio de empresa, a cambio de garantizar las nuevas inversiones y el futuro de sus puestos de trabajo.
He aquí un ejemplo inmejorable del significado del concepto de “libertad” en la economía de “mercado”, por el cual el trabajador es “libre” de escoger entre la pérdida de su puesto de trabajo o un acuerdo con el patrón que rebaja sus derechos. Para el “mercado”, los trabajadores son también “libres” para vender su libertad, ya que aceptando el nuevo acuerdo los trabajadores se negaban a sí mismos el derecho de protestar o ir a la huelga en contra de lo aceptado en tales condiciones y renunciaban al derecho de volver a poder elegir democráticamente a sus representantes bajo el sistema RSU. Se vota para no votar nunca más, como dijo el secretario de la FIOM, Maurizio Landini.
A pesar de que el 62% de los trabajadores votaron a favor del plan de Marchionne en su referéndum, este puso el grito en el cielo a los pocos días, ya que esperaba que al menos el 80% de los trabajadores hubiesen votado SÍ, como había sucedido en EEUU en la Chrysler. El 62% era una mayoría demasiado exigua para garantizar la paz social que exigía Marchionne antes de comprometer millones en inversiones. Durante algunos días, los dirigentes de los sindicatos firmantes se echaron a temblar, temiendo que, a pesar de su total flexibilidad en punto a renunciar a los derechos adquiridos de los trabajadores, Marchionne finalmente decidiese no cumplir con su parte del acuerdo.
Pero Marchionne finalmente optó por seguir adelante con el plan, y no solo eso, sino que decidió aplicar el modelo Pomigliano a la fabrica FIAT de Mirafiori, donde se decía que esta vez se conformaría con que un mero 51% de los trabajadores de Turín votasen a favor en un futuro referéndum. Contra aquellos que habían insistido en que Pomigliano era un caso “especial” e “irrepetible”, la FIOM siempre mantuvo que Pomigliano era solo el comienzo de un nuevo modelo, que se extendería como un reguero de pólvora.

El 23 de diciembre del 2010, la FIAT de Mirafiori firmó otra vez un acuerdo con la CISL, UIL, FISMIC y UGL que rompía con el acuerdo nacional de la industria del metal Italiana, excluyendo una vez más al sindicalismo “rojo” representado por la FIOM [2].
En respuesta a semejante agresión, el 29 de diciembre el Comité Central de la FIOM votó a favor de declarar una huelga general el 28 de enero en todo el sector del metal en Italia contra los acuerdos de Marchionne y hacer campaña activa en favor del NO en el referéndum “à la Pomigliano” que FIAT planea celebrar en la fábrica de Mirafiori entre el 18-20 de enero. La FIOM ha declarado formalmente que, aunque venza el SÍ en el referéndum de Mirafiori, no se sentirá vinculada al mismo. Para la FIOM es y será ilegitimo, porque hay derechos irrenunciables que no pueden estar a disposición de la patronal, por muchos referenda que organice ésta. Estas propuestas de acción de la dirección de la FIOM obtuvieron 102 votos a favor y ninguno en contra en el Comité Central, aunque hubo 29 abstenciones por parte de la minoría opositora liderada por Fausto Durante, con la que simpatiza la actual secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso. La minoría de Durante está a favor de hacer campaña por el NO en el referéndum en Mirafiori, pero defiende que si ganase el SÍ, la FIOM debería aceptar el resultado para poder entrar de nuevo en los órganos de representación de la empresa y, así, no abandonar el deber de representar a los trabajadores, sean cuales sean las circunstancias.
La repuesta sindical a los planes de Marchionne ha profundizado aun más la división existente entre las tres principales centrales sindicales del pais. El presidente de la FIOM, Chremaschi, ha llegado a afirmar que los secretarios generales de la CISL y la UIL son la vergüenza del sindicalismo italiano y varios otros dirigentes del la FIOM han tachado a los sindicatos firmantes del acuerdo de Marchionne de sindicatos amarillos. El numero dos de la CISL ha replicado diciendo que Cremaschi instiga a la “violencia” y hace “terrorismo” con sus declaraciones.
Para comprender el alcance de los acuerdos cocinados por Marchionne es util separar el contenido del convenio firmado con la FIAT en dos grandes partes. La primera de estas se refiere a cambios en las condiciones de trabajo en si y la segunda se refiere a lo que a los patronos les gusta llamar cambios en la “gobernabilidad” de la fabrica, o cambios en el marco de la representación-libertad sindical y de libertad de huelga de los trabajadores.
Como explicaré más adelante, la izquierda política y sindical italiana más moderada ha centrado sus criticas por lo general en los cambios que conciernen a la gobernabilidad, y en muchos casos, han aceptado de buen grado los cambios en las condiciones de trabajo. En su mentalidad reformista y burocrática no hay problemas con el contenido de lo que se persigue, pero sí con las formas, como si los dos aspectos pudiesen separarse.
Pero antes de entrar en el debate político que ha suscitado el acuerdo dentro de la izquierda italiana, quisiera referirme al contenido concreto de las dos partes del acuerdo y tratar de ponerlo en su contexto.
El acuerdo Marchionne: qué significa “flexibilidad en el trabajo”
El objetivo principal de los cambios en las condiciones de trabajo que establece el acuerdo es básicamente aumentar la “flexibilidad” y la intensidad de los horarios de trabajo, más que reducir los costes salariales absolutos de producción. Lo cierto es que, en la práctica, los salarios de los trabajadores probablemente aumentarán debido al mayor recurso a las horas extras y a los turnos nocturnos en las nuevas modalidades de trabajo.
Como es sabido, los costes salariales en general no son la principal preocupación de la patronal del automóvil desde hace ya bastante tiempo. El automóvil es una industria caracterizada por altísimos niveles de productividad, intensiva en capital, materiales intermedios e I+D, con un exceso de capacidad productiva instalada considerable, donde la estimación típica es que los costes salariales representan entorno al 15-20% del coste total de producción. El hecho de que el primer productor automovilístico de Europa sea Alemania, donde se produce el 36% de los automóviles del continente, y donde los trabajadores del automóvil gozan de los salarios mas elevados, evidencia esta característica del sector [3].
La productividad del sector es tal, que un aumento en el uso de la capacidad productiva instalada enseguida reduce el peso relativo de los costes labores en relación con el de los costes totales y la facturación. Las cifras que suele dar la prensa, comparando el número de automóviles producidos al año con el número de trabajadores para establecer que los trabajadores son más o menos productivos, son totalmente engañosas. La productividad así medida depende totalmente de los modelos específicos que la empresa le ha asignado producir a cada fábrica y el consiguiente nivel de utilización de la capacidad instalada. Para los patrones, más importante que los costes laborales del automóvil es la capacidad que tienen de intensificar al máximo el uso de los distintos factores de producción cuando los pedidos aumentan o, dicho de otra manera, tener la fabrica trabajando 24 horas al dia al máximo de capacidad y al ritmo más veloz posible para poder rentabilizar los enormes costos fijos de producción.
Sin embargo, las máquinas no trabajan sin los trabajadores; de aquí la necesidad de total subordinación del tiempo de estos últimos a los cambiantes imperativos de la producción de la empresa (lo que la patronal llama “flexibilidad”), lo que constituye el objetivo prioritario de los patrones. En la planta de Mirafiori, por ejemplo, actualmente existe una sola modalidad de horario laboral que consiste en dos turnos de día de ocho horas cada uno, con una duración de cinco días a la semana (modalidad conocida como el 2x5).
El nuevo acuerdo del 23 de diciembre pretende añadir tres modalidades de trabajo nuevas. Dos de estas modalidades están compuestas de tres turnos diarios de ocho horas cada uno y, en ambos casos, uno de los tres turnos es de noche. Bajo la modalidad de los tres turnos diarios que se solapan durante el día, la fábrica está más o menos trabajando las 24 horas del día en los períodos de máxima demanda. En una de estas dos nuevas modalidades, los tres turnos diarios se realizan durante cinco días a la semana, y en la otra, durante seis días. La última de las tres modalidades nuevas establece dos turnos diarios de diez horas, cada uno durante seis días a la semana. El acuerdo detalla que los directivos de la fábrica podrán pasar de una a otra de estas cuatro modalidades de trabajo con un mero preaviso de 15 días a los trabajadores.
Para rematar, el nuevo acuerdo extiende el número máximo de horas extras que la patronal puede exigir a cada trabajador de 40 a 120 horas anuales, con la posibilidad de añadir otras 80 horas extras con el consentimiento de los sindicatos que hayan firmado el acuerdo y que, por lo tanto, tengan derecho a representar a los trabajadores.
Los 40 minutos de la pausa a que actualmente tienen derecho los trabajadores de Mirafiori, como parte de su jornada laboral diaria básica de ocho horas, serán reducidos a 30 minutos a cambio de un aumento salarial bruto mensual de 45 euros al mes. El patrón obviamente le saca mucho más valor durante esos 10 minutos extra al trabajador que el aumento que le paga por ello.
El acuerdo de Mirafiori también pretende reducir las tasas de absentismo laboral, aumentando las penalizaciones sobre los tabajadores que recurran “excesivamente” a las bajas por enfermedad, aunque estén justificadas por un médico. Es decir, en ocasiones serán los patrones y no el médico los que decidan si un trabajador esta capacitado para trabajar a pesar de estar enfermo.
Los cambios referentes al absentismo laboral encajan perfectamente con las demás modificaciones que persiguen aumentar la intensidad del trabajo, ya que los patronos - que no son tontos- anticipan que si exprimen aun más las vidas de sus trabajadores van a aumentar las probabilidades de que estos caigan enfermos o simplemente traten de salvaguardar algo de tiempo para recuperarse de la insufrible intensidad de su trabajo por turnos. Para contrarrestar este efecto indeseable de la imposición de su llamada “flexibilidad” horaria sobre los trabajadores, la empresa, lejos de aflojar alguna que otra tuerca, escoge apretarlas todas aún más.
Como sabe todo trabajador que haya sufrido en sus carnes un régimen laboral de turnos intensivos, el absentismo laboral, justificado o no por enfermedad, es una de las pocas válvulas de escape que tienen los trabajadores ocasionalmente cuando la intensidad de su trabajo se hace insoportable. A menudo, los patrones más pragmáticos lo toleran, precisamente porque saben que no conviene empujar al trabajador hasta límites insufribles cuando el trabajo es particularmente intenso. Los patrones saben que las válvulas de escape pueden también serles útiles para “gobernar” mejor sus centros de trabajo y, en ocasiones, escogen hacer la vista gorda, reservándose también la libertad de cerrarle esta válvula al trabajador e invocar el castigo disciplinario cuando le convenga a él por otras razones.
A la nueva FIAT multinacional de Marchionne, con sus métodos “científicos”de explotación del trabajo, todas estas consideraciones le tienen sin cuidado. Los trabajadores existen precisamente para llevarlos hasta el limite de sus fuerzas y desahacerse de ellos lo más rápidamente posible cuando sus vidas dejen de resultarle “rentables” a la empresa. En la FIAT, la tasa de absentismo es actualmente del 8%, y Marchionne pretende reducirla hasta el 6% en 2011, hasta el 4% en el 2012 y hasta el 3.5% en el 2013. Obviamente reducir las tasas de absentismo a esta velocidad, aumentando al mismo tiempo la intensidad del trabajo, solo puede conseguirse a base de aumentar la presión disciplinaria sobre los trabajadores de manera brutal.


El acuerdo Marchionne: qué significa “gobernabilidad de las fábricas”
Como dicho, la segunda parte del acuerdo de Mirafiori concierne a la mejora de la “gobernabilidad” de la fábrica, dado que el aumento de la intensidad del trabajo naturalmente también lleva a los patrones a anticipar un importante aumento del descontento de sus trabajadores. Aquí la idea fuerte directriz de Marchionne sobre la gestión de este predecible aumento del descontento no pasa por hacer concesiones en otras áreas a fin de mitigarlo, sino que se centra básicamente en la forma de aumentar la represión dentro de la fábrica de quienquiera que ose recurrir a la protesta abierta contra el nuevo régimen laboral.
Lo que más temen Marchionne y los sindicatos que han firmado su acuerdo es que, conforme se aplique el nuevo sistema de trabajo, quede suelto un sindicato como la FIOM dentro de la fábrica que capitalice y pueda ofrecerle una plataforma de protesta al descontento que inevitablemente crecerá entre la plantilla con las nuevas prácticas laborales. De aquí que algunos de los sindicatos firmatarios insistan en que es imprescindible encontrar alguna forma de cooptar también a la FIOM o hacerla aceptar de una u otra manera el nuevo acuerdo.
En cualquier caso, cada trabajador individual de Mirafiori quedará vinculado a través de su contrato individual al nuevo acuerdo laboral de Marchionne, de modo que si cualquiera de ellos decide hacer huelga para protestar contra las condiciones de trabajo contenidas en el acuerdo, podrá ser despedido por infringir su contrato. Los sindicatos que no hayan firmado el acuerdo de Marchionne (es decir, la FIOM) no tendrán derecho a representantes ante la empresa. El sistema de elección de delegados de empresa queda sustituido por otro por el que solo los sindicatos que apoyen el acuerdo de Marchionne podrán nombrar delegados de empresa de manera paritaria. Si alguno de los sindicatos firmantes decide protestar contra el acuerdo en algún momento, según las condiciones de éste la FIAT puede negarle el derecho de convocar asambleas de fábrica, no reconocer las horas sindicales de sus delegados y dejar de recoger la cuota de afiliación de sus miembros a través de la nómina de los trabajadores afiliados.


La reacción de la izquierda italiana
Nada refleja mejor el estado actual de la izquierda italiana que la reacción de sus distintos componentes ante la ofensiva de Marchionne. Los dirigentes del principal partido de oposición, el Partido Democratico (PD), han hecho una vez más honor al carácter e ideología invertebrados de su partido expresando al menos cuatro posiciones políticas distintas sobre el tema.
Las distintas posiciones del PD sobre este tema en realidad son un reflejo de la inconsistente amalgama de ideologías e intereses contrapuestos que nutren a este partido. Lejos de reflejar una visión política de la realidad social, elaborada de manera independiente, las distintas posiciones de sus dirigentes no son más que ecos de las distintas posiciones ya expresadas por los verdaderos actores del conflicto social. Dicho de otra manera, los dirigentes del PD no han hecho más que plagiar las distintas declaraciones sobre el conflicto hechas ya por la Cofindustria, Marchionne, la direccion de la CGIL, CISL, UIL, FIOM, etc.
El ex-primer ministro y ex-comunista Massimo D´Alema, por ejemplo, ha pedido el voto a favor del acuerdo de Marchionne en el referéndum de Mirafiori del 18-20 de enero, ya que aunque no considere oportuno excluir a los sindicatos que se opongan al acuerdo de los órganos de representación sindical, las condiciones de trabajo que estipula el acuerdo sí le parecen positivas.
Otro ex-comunista y ex-ministro, Piero Fassino, candidato del PD a la alcaldía de Turín (donde está la fábrica de Mirafiori), también ha pedido el voto a favor de Marchionne en el referéndum. El ex-secretario general de la CGIL, Sergio Cofferati, hoy eurodiputado del PD (que como el mismo se apura en declarar, no es precisamente un “radical” ni un “rojo”), sin embargo ha apoyado la posición de la FIOM y se ha adherido a la recién creada asociación “Trabajo y Libertad”, junto a Bertinotti, Rossanda, Mario Tronti y otras personalidades de izquierda, para promover los intereses de la clase trabajadora contra la deriva autoritaria del capitalismo.
Entre los partidos de izquierdas que abiertamente apoyan las posiciones de la FIOM se encuentran la Italia de los Valores (IdV) del ex-juez Di Pietro, que declara directamente, por ejemplo, que Mirafiori ha vuelto a la época del fascismo con el acuerdo de Marchionne. El partido Socialismo y Libertad (SeL), del popular gobernador de la región de Puglia, Nichi Vendola -partido formado a partir de la escisión del sector “bertinottiano” de Refundación Comunista-, también se ha convertido en portavoz de la lucha de la FIOM. Vendola, cuya estrategia política se basa en proponerse todos los días al electorado de izquierdas como candidato alternativo a la direccion del PD para liderar un frente amplio de la izquierda italiana, ha declarado que el apoyo a la FIOM contra Marchionne debe de ser uno de los ejes irrenunciables sobre los que construir cualquier frente electoral de la izquierda italiana contra Berlusconi.
Los hoy extraparlamentarios partidos de la Refundación Comunista, el Partido de los Comunistas Italianos y los Verdes también hacen campaña abierta a favor de la FIOM aunque desde su última debacle electoral estas fuerzas han quedado considerablemente marginadas en la vida política italiana.


A modo de conclusión: la absoluta centralidad hoy del conflicto capital/trabajo
Para aquellos en la izquierda que desde hace tiempo hablan de la pérdida de la centralidad de la clase obrera industrial, el conflicto actual de la FIAT no puede sino romperle todos los esquemas. Si la clase obrera industrial en los países avanzados ha muerto, si ha dejado de ser relevante y por lo tanto solo falta que la izquierda se despida de ella (como pronosticaba Andre Gorz en su famoso libro de los años 80), ¿cómo es posible que el conflicto de un puñado de obreros en dos fábricas italianas esté monopolizando el debate político del país de esta manera y haya ya obligado a todas las fuerzas políticas a definirse en referencia a él? ¿No será más cierto el supuesto contrario? ¿No será que ha llegado la hora de que sea la clase trabajadora y sus sindicatos de clase los que se despidan de las fuerzas políticas de la izquierda mayoritaria, porque éstas han dejado de representar, siquiera remotamente, sus intereses en el debate político y ante la sociedad? Una pregunta no menos relevante para España que para Italia, ya que en los dos países la patronal desde hace tiempo cuenta con los dos partidos mayoritarios de derechas e „izquierdas‟ para representarles.
Fuera de Italia, la ofensiva radical de Marchionne contra el sindicalismo de clase es seguida desde hace tiempo con entusiasmo y minuciosa atención por los más destacados medios de información del capitalismo global como el Financial Times o The Economist. Es natural que sea así. La clase social a la que sirven estos medios tiene la suficiente visión como para comprender perfectamente que las luchas de clase que se están dando a nivel nacional, y que superficialmente pueden aparecer desconectadas entre sí, en realidad forman parte de una lucha global por reconfigurar las relaciones de clase. Ellos saben lo que anda en juego. ¿Lo sabemos nosotros?
NOTAS:
[1] La CISL, que es la segunda fuerza sindical en Italia después de la CGIL, es el viejo sindicato demócrata-cristiano. La UIL que es la tercera fuerza sindical en Italia, es el viejo sindicato socialista. La FISMIC es el viejo sindicato de empresa de la FIAT, y UGL es el heredero del antiguo sindicato fascista.
[2] El diario Liberazione publicó el 28 de diciembre que en la fábrica de FIAT-Mirafiori, la FIOM obtuvo en las últimas elecciones al RSU el 22% de los votos, situándose como el segundo sindicato con mayor representación, por detrás de la CISL (25%), pero por delante del FISMIC (19%), UIL (13%), la UGL (13%) y COBAS (7%). [3] Un trabajador medio de la planta emblemática de Volkswagen en Würzburg, por ejemplo, recibe un salario neto mensual de 1,700 euros o 500 euros más al mes que su homólogo en la FIAT de Mirafiori.
*Álvaro Rein es un analista económico que colabora regularmente con Sin Permiso en temas relacionados con política financiera e industrial europea, la Unión Europea y China.
9 de enero de 2011

12 de enero de 2011

LA REVUELTA DEL PAN

Por Marat
Dicen los textos evangélicos que un tal Jesús partió el pan y lo repartió entre sus 12 amigos. En su compartir expresó el derecho elemental del entre todos y para todos.


El pan es uno de los productos con mayor carga simbólica para la Humanidad. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” dice el Génesis.


“La conquista del pan”es una de las obras más emblemáticas del anarcocomunista ruso Piotr Kropotkin


“El pan nuestro de cada día” es el que comparten los cristianos sentados a la mesa y es parte de la oración mas conocida de su religión.


En el Islam el pan está plagado de significados: es acto de caridad, posee una liturgia sobre su elaboración y está muy presente en los libros de historia islámica: “Glorificado Sea El Muy Agradecido –uno de los nombres de Al·lâh-, que me agradeció aquellos dos trozos de pan” (1).


El pan va unido, en las esperanzas de la Humanidad, a la idea de justicia y, más concretamente, de justicia social. En la lucha por lograrlo y en la reivindicación de su reparto se expresan los anhelos de emancipación de los desheredados de la tierra.


En las reivindicaciones obreras del siglo XIX y de gran parte del XX la consigna “pan trabajo y libertad” surgía de millones de gargantas de los 5 continentes. El joven Javier Verdejo murió acribillado por un Guardia Civil cuando pintaba estas palabras en un muro de su tierra andaluza, el 14 de Agosto de 1976. Tenía sólo 19 años, casi un niño.


Cuando el capitalismo establece su política de precios tiene muy en cuenta lo que representa, dentro de su estructura de consumo, el peso de los alimentos dentro de la misma. No es casual. La consecuencia de no hacerlo serían enormes riesgos de desestabilización social y política para el sistema. En las protestas obreras creadas en las colas para pedir pan y leche se fraguó la revolución soviética. Pronto la lucha decidida de los revolucionarios llevó a que "la consigna '¡Pan!'" -escribió Trotsky-, "fue (ra) desplazada u oscurecida por las consignas más fuertes: '¡Abajo la autocracia!' y '¡Abajo la guerra!'". Esa es una lección de Historia que el capitalismo parece haber olvidado ya pero que el alza brutal de los precios de los alimentos a nivel mundial se encargará de recordarles.


En su informe de Enero de 2011 la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) dice en su epígrafe “sistema alimentario vulnerable”: “Existe un consenso creciente de que el sistema alimentario mundial se hace más vulnerable y de que es más susceptible a los episodios extremos de volatilidad de precios. Dado que los mercados están cada vez más integrados en la economía mundial, las perturbaciones en el escenario internacional pueden producirse y propagarse a los mercados nacionales de forma mucho más rápida que antes.” (2)


Después de señalar acríticamente a los “caprichos del tiempo” -como si el cambio climático, que ya se expresa con todo su dramatismo en continentes como Australia, por citar sólo un ejemplo, no tuviera un responsable en el modelo de desarrollo capitalista- como causa primera de “la creciente vulnerabilidad de los precios agrícolas”, el informe apunta: “las empresas financieras están invirtiendo cada vez más en mercados derivados de productos básicos en su cartera de riesgos, ya que los beneficios de este sector parecen no estar relacionados con los de otros activos. Si bien generalmente no se considera a esta “financiarización de los productos básicos” como el origen de las fluctuaciones de los precios, los datos sugieren que las transacciones en el mercado de futuros han podido aumentar la volatilidad a corto plazo.” (3)


Tenemos pues, un cambio climático, provocado por la locura desarrollista del capitalismo, y al que la FAO prefiere aludir eufemísticamente como los “caprichos del tiempo” y una práctica especulativa criminal que monetariza los productos agrícolas, buscando el beneficio a corto plazo y elevando artificialmente los precios de los alimentos básicos.


Lo que en cualquier sociedad mínimamente racional, justa y construida en base a valores humanistas sería constitutivo de un delito de lesa humanidad es hoy, como tantas veces en el pasado, un lucro “legítimo” para unos pocos y escasez y hambre para muchos.


Pero junto a ambos factores, encarecedores del precio de los productos agrícolas, actúa también el desplazamiento de una parte de la producción de dichos productos desde su destino alimentario al energético. Los biocombustibles fueron en buena medida a principios de 2007 responsables del brusco ascenso del maíz, y de su producto más popular en Méjico, las tortitas, la base de la alimentación de la población (4). La expansión actual de esta forma combinada de energía, en detrimento de los cultivos destinados a la alimentación humana y animal, aporta otro motivo más del presente ascenso de los precios agrícolas destinados a la alimentación humana.


La volatilidad de los tipos de cambio, provocada por la debilidad del dólar, y su guerra con el yuan y el euro está afectando también negativamente a unos precios, que se ven afectados por las distorsiones monetarias.


Esta crisis alimentaria, cuyo dramático efecto más visible serán las hambrunas que golpearán prioritariamente al tercer mundo, y que tendrán su efecto depresor en las economías de las familias y los trabajadores del primer mundo y de los países emergentes, se entremezcla con la crisis sistémica del capitalismo, a través de las políticas monetarias y del refugio de una parte del dinero especulativo en los mercados derivados de productos básicos, los agrícolas entre ellos. Junto a ambas crisis, el cambio climático, un tercer gran desafío no sólo para la Humanidad sino para el propio sistema depredador del capitalismo, aparece en la maraña del ovillo económico presente.


En el vértice de los tres fenómenos –crisis sistémica del capitalismo, cambio climático y crisis alimentaria, con su jinete apocalíptico del hambre- la revuelta por el pan acabará adquiriendo un matiz político, no sólo en el tercer mundo, cuyas consignas se vayan radicalizando insurreccionalmente hacia demandas de justicia, igualdad y revolución social.


Frente a otras crisis alimentarias como las conocidas en periodos anteriores en países africanos, la novedad de la revuelta del pan en Argelia y Túnez se encuentra en el modo en que las crisis se entrelazan y en la responsabilidad nunca tan palmaria como ahora del sistema capitalista.


Esta vez no será posible escamotear la culpa del sistema económico mundial bajo la irracionalidad del capricho de los dioses, el clima o la naturaleza. Toda la obscena causa del hambre en el mundo, de los desastres ecológicos y de la crisis capitalista que azota a los trabajadores y los sectores más desposeídos del mundo, aparece ahora señalada por el dedo acusador de una realidad que no es posible secuestrar ni esconder.


Las poblaciones de Argelia y Túnez se rebelan sabiendo que han de dirigir su ira contra las instituciones a las que más cercanamente pueden señalar como responsables de su creciente miseria: el poder político, entrelazado con las oligarquías de sus países. No son los únicos culpables, obviamente, pero otros reos de su rabia se encuentran mucho más lejos, les resultan más inalcanzables y son más difusos a sus ojos.


Con todo, ello supone un indudable salto cualitativo en la conciencia de las realidades políticas, económicas y sociales de las poblaciones de estos países.


Túnez y Argelia son hoy la vanguardia de la lucha por el pan, símbolo de todos los alimentos y productos necesarios para el sustento del ser humano. Soportan de un modo especialmente agudo el embate del alza de los precios alimentarios, y lo hacen dentro de sociedades con gobiernos corruptos y antidemocráticos.


Pero los efectos de la distorsión de los precios ya se están haciendo notar también en el primer y el segundo mundos. Rusia, tercer exportador mundial de trigo ha perdido en 2010 una cuarta parte de sus cosechas provocada por la ola de calor soportada en el pasado verano, acompañada de una terrible sequía.


Ello ha favorecido una actitud a la vez “cautelosa” por parte de las autoridades políticas rusas destinada a cancelar sus exportaciones cerealísticas y especuladora entre diversos países productores de cereales, centrada en acumular producto para compensar, mediante el alza de los precios, las pérdidas originadas por una menor producción global mundial.


Un efecto no colateral sino directa y perversamente vinculado con el fenómeno de la escasez alimentaria y las subidas de los precios de estos productos ha sido “la propuesta de la Comisión Europea – a los ministros europeos de Agricultura- de que sean los Estados miembros los que decidan sobre el cultivo de organismos genéticamente modificados en su territorio” a finales de septiembre de 2010 (5)


Los organismos genéticamente modificados (OGM), conocidos popularmente como transgénicos, son el caballo de Troya de las grandes corporaciones multinacionales para crear la más absoluta dependencia agrícola de sus siniestros manejos.


El ejemplo de la ayuda envenenada de Monsanto (gran marca de referencia de los transgénicos) a Haití, regalándole semillas tras su desastre, semillas que no se autoreproducen porque son estériles para tal fin, es la muestra más palpable del modo en que las manos sucias de estos creadores de frankensteins vegetales manipulan el precio de los productos agrícolas, al crear una dependencia permanente de las siembras a la compra de sus semillas, empobrecen a los agricultores y conspiran contra el derecho a unos alimentos sanos a la Humanidad.


Esto es lo que algunos ex hippies, hoy ejecutivos liberales, seguidores de la filosofía new agee, expresan bajo la idea de que en el idioma chino crisis tiene dos significados: el primero y más obvio y el de oportunidad. Oportunidad de hacer un inmenso negocio con la dependencia y el hambre de los más débiles.


Pero las revueltas que se extienden con creciente fuerza por Argelia, y sobre todo por Túnez, pronto tendrán su continuidad en otros países. Frente a la semilla estéril de los Monsanto y los especuladores que juegan con el precio de los productos agrícolas en este capitalismo de casino hay una semilla germinal que las subidas de precios agrícolas en 2007, 2008 y 2010 están haciendo crecer: la de las revueltas del pan.










NOTAS:
(1) http://www.arabespanol.org/islam/allah/3.htm
(2)http://www.fao.org/economic/espolicybriefs/briefsdetail/es/?no_cache=1&uid=48900
(3) Idem anterior
(4) http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=43574
(5) http://es.euronews.net/2010/09/27/cultivo-de-ogm-una-decision-nacional-o-europea/















POR UN COMUNISMO INTEMPESTIVO: DANIEL BENSAID


Por un comunismo intempestivo: Daniel Bensaïd
Cargado por anticapitalistas. - Las últimas noticias en video.

ENTREVISTA A MICHAEL HUDSON: "EUROPA: LOS INTERESES FINANCIEROS DICTAN LA POLÍTICA SOBERANA"


Michael Hudson | Sin Permiso


Lo que el sector financiero busca es que los políticos se allanen a chupar dinero de los trabajadores y de la producción industrial para pagar a los banqueros. Eso dañará la formación de capital y hará disminuir los niveles de vida.
Los bancos falsearon el valor real de sus balanzas contables, y por lo tanto, su haber en las actuales circunstancias del mercado. Ahora que han cogido el dinero y se han largado, exigen a la economía "real" que pague las pérdidas derivadas de sus malos préstamos. Lo desapoderado de su exigencia llevó a la mismísima Angela Merkel a preguntarse en voz alta por qué deberían los gobiernos –es decir, los contribuyentes— pagar el pato de unos préstamos malos y de unas prácticas financieras corruptas.
¡Menuda jugada, si los banqueros pueden salirse con la suya! Por mi parte, me alegra que al menos Alemania se oponga a la propuesta de la UE de doblar sus fondos de rescate.

Usted ha escrito que "Letonia se ha convertido en un experimento en el que lo que anda en juego es hasta qué punto pueden rebajarse los niveles de vida, hasta qué punto puede ser fiscalmente exprimida una economía al mismo tiempo que se retiran la asistencia social pública, y todo ello a favor de una clase cleptocrática situada en la cúspide". Cree usted que se busca lo mismo en Grecia, en Irlanda, en España y en otros PIIGS que podrían perder el control de sus asuntos fiscales a manos de la UE y del FMI?
Los bancos extranjeros están conminando a Grecia: "¿Por qué no hacéis como Letonia y sacrificáis vuestra economía para nuestro beneficio?" La realidad es que pagar a los acreedores en esas condiciones es como pagar tributo a una potencia que te ha conquistado militarmente.
Afortunadamente, el mundo del trabajo organizado es mucho menos pasivo en Europa que en Letonia. Las economías postsoviéticas tienen poca tradición sindical, y la política es, por mucho, de naturaleza étnica. Gracias a la opresiva era estalinista, que sustituyó con rusos para a los profesionales locales de clase media en los 50, los neoliberales ahora dominantes han sido capaces de dirigir la frustración de los votantes sobre todo contra los rusófobos, desviando la atención sobre lo que constituye el régimen más hostil a los trabajadores y más favorable a los propietarios de toda su historia.
El resto de Europa tiene ahora ante sus ojos la pésima política fiscal y financiera de Letonia y de los países bálticos como lección viva sobre lo que hay que evitar. Cuando la burbuja neoliberal estalló, Letonia recibió préstamos de la UE y del FMI en unas condiciones que la obligan a tal austeridad, que la economía se ha desplomado más de un 20%, mientras crece el desempleo y la fiscalidad plana sobre salarios y remuneraciones del trabajo es ya superior al 68%. Más del 12% de la población trabaja ya en el extranjero. Repatrían el dinero que pueden para que sus familias consigan sobrevivir.
Lejos, pues, de ser un modelo a imitar, Letonia muestra los yerros de la política neoliberal, cuya adopción exigen los banqueros a otros países. No es un rescate de la economía, sino una estrategia económica que amenaza con la depauperación de las economías.

¿Cómo explica usted el papel del FMI en la crisis de la deuda europea? ¿Es que la UE carece de la pericia técnica para afrontar asuntos de deuda soberana, como algunos han sugerido, o es porque el FMI es un socio aventajado del capital financiero multinacional?
Lo que pasa por "pericia técnica" es de todo punto político, y en ningún caso objetivo o neutral. En manos de los neoliberales, la "pericia financiera" significa calcular de qué volumen de excedente fiscalmente imponible, de qué cantidad de ingreso personal disponible, de qué porción de ingresos rentistas y beneficios empresariales puede apropiarse el sector financiero.
Los peritos y expertos de verdad seguirían el consejo que John Maynard Keynes dio en los años 20 del siglo pasado en relación con las reparaciones alemanas y las deudas interaliadas. Es mejor anular las malas deudas que tratar de pagar a los acreedores a costa de reducir la formación de capital, deprimir los niveles de vida y encoger el gasto público en educación, asistencia sanitaria y otras infraestructuras básicas. Un gobierno sabio sometería al sector financiero, a fin de promover el crecimiento económico, estimular la formación de capital y elevar los niveles de vida.
La política del "Consenso de Washington" practicada por la UE y el FMI fue aplicada por las dictaduras militares del Tercer Mundo en los 60, los 70 y los 80 a punta de fusil, pero Europa es libre para elegir. Seguir el consejo de los "expertos", como hicieron presta y dócilmente Islandia e Irlanda, termina en un ejercicio de despojo de activos y en la substitución del estado democrático y social por una oligarquía financiera extractiva.

¿Está en el interés de Alemania expulsar de la eurozona a los países fiscalmente débiles?
¿Qué es realmente Alemania? ¿Sus bancos? ¿Sus exportadores industriales? ¿Los trabajadores alemanes? Los políticos al servicio del lobby bancario adoptan la siguiente posición: 
'Alemania ha producido grandes compositores, físicos y químicos, así como grandes clasicistas e investigadores del mundo antiguo. Pero nuestro banqueros son crédulos. Fueron lo bastante estúpidos como para confiar en los saqueadores de la banca islandesa, en los especuladores irlandeses y en los vendedores norteamericanos de hipotecas basura. Así que han perdido un montón de dinero. Y nos han pedido que os exijamos a vosotros, griegos, irlandeses, etc., que paguéis impuestos hasta la muerte y que destruyáis vuestras economías para que ellos no tengan que pagar por su ingenuidad arrostrando todos los costes de su carísima educación en la experiencia del real funcionamiento del presente mundo de tiburones financieros.'
No se puede culpar a los banqueros por intentarlo. Pero los otros países deberían descubrirles el juego. Alemania estaría mejor servida ayudando a los países a recuperarse de los cuentos de hadas neoliberales y a adoptar políticas fiscales y financieras más progresivas. De otro modo, los banqueros terminarán haciendo en casa lo que ahora tratan de hacer al resto de Europa.

¿Le ve usted una salida a la crisis europea de deuda soberana?
El problema económico no está causado por la deuda soberana, sino por los préstamos bancarios, las prácticas financieras fraudulentas y la desregulación bancaria neoliberal. Los saqueadores vikingos de Islandia, la banca Anglo-Irlandesa en Irlanda y otros bancos extranjeros buscan evitar sus pérdidas con exigencias financieras que son en gran parte ficticias, pues rebasan con mucho la capacidad de pago de las economías endeudadas. La 'crisis' puede resolverse haciendo que los bancos deprecien sus títulos de acreedores, rebajándolos a valoraciones mas realistas como lo que son, títulos "basura". No hay necesidad de destruir a las economías sometiéndolas a un proceso de despojo financiero de activos.
En tales casos, siempre hay que atenerse a un principio básico: las deudas que no pueden ser pagadas, no serán pagadas. La cuestión es: ¿de qué forma dejarán de ser pagadas? Tal como están las cosas, se exige a los países que se sometan a un desahucio masivo, no sólo a la confiscación de sus hogares, sino de su entera política nacional.
En este sentido, la crisis soberana es una crisis de la propia soberanía: ¿quién controlará la economía, su filosofía fiscal t su gasto público? ¿Las autoridades democráticamente elegidas actuando conforme al interés público, o una intrusa oligarquía financiera?  La UE se equivocó al pedir a los gobiernos que secundaran sus consejos –y sus presiones— y confiaran en bandidos financieros y desregularan la supervisión bancaria. El Banco Central Europeo debería  reembolsar a los gobiernos víctimas por los rescates que han sido pagados. Ese reembolso podría hacerse por la vía de una política fiscal progresiva y con la creación de un banco central que ayudara a financiar a los gobiernos.
El objetivo genuino de una economía nacional es la promoción de la formación de capital y la elevación de los niveles de vida del conjunto de la población, no de una angosta clase financiera instalada en la cúspide de la pirámide. Así pues, me parece que hay dos grandes políticas para salir de este lío.
Primero: hay que volver a desplazar la carga fiscal sobre la renta de la tierra y de los recursos y sobre las ganancias financieras y de capital. Eso prevendrá la formación de otra burbuja inmobiliaria hinchada mediante deuda apalancada. Al mantener bajos los precios de la vivienda, ahorrará a los trabajadores el tener que pagar un volumen equivalente en impuestos al ingreso. Los impuestos bajo sobre los bienes raíces (por debajo del 1% hasta hace poco) no han ahorrado dinero a los propietarios de vivienda en Letonia. Los impuestos bajos sobre la propiedad simplemente han dejado más renta de ingreso como colateral para los bancos, colateral que estos han capitalizado con grandes préstamos inmobiliarios.
Segundo: hay que desprivatizar los servicios básicos y los monopolios naturales para salvar a Europa de unos rentistas dispuestos a convertirla en una economía de peajes. Europa necesita un banco central que pueda hacer lo que se supone que hacen los bancos centrales: crear dinero para financiar los déficits públicos. Pero el Banco Central Europeo y el artículo 123 de la Constitución Europea enmendado por el Tratado de Lisboa prohíbe que el banco central preste a los gobiernos. Eso obliga a los gobiernos europeos a aumentar los impuestos para pagar intereses a los bancos, intereses que se limitan remunerar la creación por éstos de crédito electrónico: ¡una actividad que un banco central de verdad podría hacer tranquilamente desde sus pantallas de ordenador!
La banca pública no es necesariamente inflacionista. Financia lo que requiere el crecimiento de las economías: la inversión en infraestructura y formación de capital, a fin de aumentar la productividad y minimizar el coste de la actividad económica.
Lo que termina siendo inflacionista es el préstamo de la banca comercial. Hincha improductivamente los precios de los activos. Los bancos prestan contra el colateral de los bienes raíces y otros activos ya existentes y contra acciones y bonos ya emitidos. Eso es crédito improductivo, no creación real de riqueza. La única manera de mantener solvente ese gasto improductivo de deuda pasa por hinchar todavía más los precios de los activos: por desgravar fiscalmente los activos, a fin de que dejar libre un mayor ingreso para poder pagar a los bancos unas deudas de crecimiento exponencial.
Y no tiene por qué ser así. Los últimos 30 años de polarización financiera son reversibles. La alternativa a eso es sucumbir a la austeridad neoliberal.
Traducción para www.sinpermiso.info: Ventureta Vinyavella
En un artículo suyo reciente, "Esquemas de ricos y codiciosos", cita usted los rescates en Europa entre esos esquemas. ¿Cuáles son los yerros capitales de esos rescates? ¿A favor de quién se han concebido?