16 de diciembre de 2011

VÍNCULOS ENTRE LOS BANCOS Y EL NEGOCIO DE ARMAS

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
No es mi intención hacer apología de la Iglesia Católica a través de una de sus muchas caretas, como es el conglomerado pacifista y “antiglobalización” de Justicia y Paz. A él están conectados grupúsculos con aroma a secta como el partido SAIN, autoproclamado como “socialista autogestionario” y, en realidad, lugar al que desviar políticamente a personas con voluntad progresista pero alta ignorancia política.

Tampoco lo es dar resonancia a ese discurso de las bancas éticas que el autor del artículo pretende cuando el banquero que considero más ético merece el destino de Luís Joseph Alexandre, Conde de Laborde, guillotinado durante la Revolución Francesa. En cuanto a la ética de la Banca Ética les recordaré la convocatoria pública de clientes y 'accionistas' de Triodos Bank ante el caso O´Belén (http://www.otromadrid.org/articulo/13585/convocatoria-publica-clientes-accionistas-triodos/)

Así todo, creo que todo lo que deslegitime al capitalismo debe ser dado a conocer, así como su carácter belicista.





Jordi Calvo. Kaosenlared.net

Las empresas del sector armamentístico no son una excepción en la economía actual y necesitan del apoyo financiero de los bancos y cajas para poder desarrollar su negocio y realizar nuevas inversiones.
El nivel de endeudamiento de alguna de estas empresas ronda fácilmente el 100%. Son empresas, por tanto, dependientes del apoyo del sector financiero, sin el que no podrían mantener su ritmo de producción y de crecimiento actual.

La financiación de las empresas de armas se realiza a través de cinco principales mecanismos: la financiación de las exportaciones, la concesión de créditos, la emisión de bonos y pagarés, la gestión e intermediación en fondos de inversión en los que existen participaciones de empresas armamentísticas y la participación accionarial directa o indirecta.
Por lo que se refiere a la financiación de las exportaciones, encontramos poca información. Pero cuando hemos tenido acceso a ella, como es el caso de la financiación de las exportaciones de armas italianas, que en un informe anual de su ministerio de economía nos dice el nombre de la entidad financiera que ha financiado ventas de armas italianas al exterior, hemos encontrado que el BBVA y el Santander aparecían como financiadores de exportaciones de armamento. Si tuviéramos un informe en España sobre quién financia a las exportaciones de armamento españolas, de buen seguro que encontraríamos a los dos principales bancos españoles y muchos otros que por falta de transparencia no pueden ser identificados.
En relación a los créditos concedidos, son conocidos los datos que analizamos desde hace varios años en las campañas BBVA sin armas y Banco Santander sin armas (promovidas por el Centro Delàs de estudios por la Paz de Justícia i Pau, Setem y el ODG), que muestran que el BBVA ha dado en los últimos años, al menos 861,4 millones de euros y el Santander 705 a empresas de armas del ámbito del Pentágono de EEUU, es decir, aquellas que hacen gran parte de las armas que hoy se están utilizando en Afganistán o Irak. Otro crédito del que tuvimos noticia es el concedido por Caixa Catalunya, BBVA, Banesto (propiedad del grupo del Banco Santander) y otras 15 entidades de las que desconocemos el nombre, al grupo Maxamcorp Holding SL, propietaria del 100% de Explosivos Alaveses S.A (Expal) una de las empresas de armas con menos escrúpulos del Estado español, que ha fabricado –hasta que se lo han prohibido por ley– minas antipersonal y bombas de racimo, armas que causan y han causado miles víctimas civiles. Para finalizar con algunos de los créditos más llamativos a empresas de armas españolas, gracias a la campaña Banca Limpia de Setem, sabemos que a Instalaza, la empresa que le vendió bombas de racimo a Gadafi meses antes de ser prohibidas en España (y que Humans Right Watch demostró que fueron utilizadas contra los rebeldes en el reciente conflicto armado libio), le concedieron préstamos por un valor cercano a los 12 millones de euros, entidades financieras como el Deutsche Bank, Cajalón, Caja España, CAM, Bankinter, Barclays Bank, Ibercaja, Banco Popular, Banco Sabadell o La Caixa.
Destacan también el BBVA y el Santander como los bancos españoles que han emitido bonos y pagarés de algunas de las empresas de armamento más controvertido del mundo, tal y como puede comprobarse en el informe “Negocios sucios, bancos españoles que financian armas” de la campaña Banca Limpia. De este informe se extrae que, por lo que respecta a los fondos de inversión, debemos prestar especial atención a cincuenta fondos del Banco Santander y del BBVA directamente relacionados con el negocio de las armas, de los que se facilitan sus nombres exactos.
Las vinculaciones accionariales entre las entidades financieras y las empresas de armamento son de gran relevancia por dos aspectos fundamentales. Primero, porque la posesión de acciones supone tener parte de la propiedad y, por tanto, capacidad de decisión, en las empresas de armamento.
Segundo, porque al comprar y mantener acciones de una empresa estamos ayudando a su financiación ya que, por ejemplo, es una práctica habitual la captación de fondos por parte de las empresas mediante ampliaciones de capital. Según los datos que pueden consultarse en la web del Centro Delàs, identificamos que prácticamente todos los grupos bancarios españoles, surgidos de las recientes fusiones, tienen participaciones en el sector militar. Si en el aspecto de concesión de créditos destacaban el BBVA y el Santander, en las participaciones accionariales en las empresas de armas españolas tenemos en un puesto destacado a Banca Cívica (no confundir con Banca ética), Bankia, Liberbank, Banco Mare Nostrum y el Barclays Bank. Este último aparece siempre en un puesto destacado en todos los informes consultados sobre la financiación en el sector armamentístico.
Aunque la mayor parte de las empresas de las que los bancos españoles tienen cierto control, están dedicadas al ámbito tecnológico y electrónico de la guerra (tan necesaria para hacer la guerra como las bombas y las balas), también podemos encontrar participaciones indirectas a través de Indra en Inmize, fabricante de misiles, de Caja Madrid (Bankia), Barclays Bank o Cajastur (Liberbank).
En este marco, se está extendiendo cada vez con más fuerza la RSC (Responsabilidad Social Corporativa), de la que hacen gala muchas de las entidades financieras aquí señaladas como financiadoras del negocio armamentístico. Muchas de ellas ofrecen, al tiempo que invierten en armas, fondos tildados de solidarios o socialmente responsables. Incluso La Caixa y el BBVA dicen tener una política propia de control de sus relaciones con el sector armamentístico. De nuestro análisis de estas políticas y de los departamentos de RSC podemos concluir que son insuficientes y que tienen tan solo el objetivo de maquillar una imagen cada vez más deteriorada de los bancos en la opinión pública española. Los departamentos de RSC de los bancos son reactivos, solo responden a las denuncias que con dificultades pueden hacerse desde la sociedad civil. La RSC de estos bancos es mero marketing social. Identifica el nuevo nicho de mercado que conforman consumidores y consumidoras conscientes e intenta que el banco en cuestión sea atractivo a los ojos de este mercado en crecimiento. Porque si sus intenciones fuesen sinceras, no financiarían la producción armamentística, un sector del que no hay que explicar los devastadores efectos que tiene sobre las personas, algo socialmente muy poco responsable. El BBVA apoya a través de diversos productos financieros a empresas de armas que producen bombas, explosivos, misiles, armas nucleares y de uranio empobrecido, entre otros.



El BBVA tiene acciones en fondos de inversión de empresas de armas controvertidas por un valor de 26,45 millones de euros.
- El BBVA ha emitido bonos y acciones de empresas de armas controvertidas por un valor total de 78 millones de dólares y 104, 2 millones de euros.
- El BBVA ha concedido créditos a empresas de armas controvertidas por un total de 861,4 millones de euros.

Fuente: www.bbvasinarmas.org

El Banco Santander apoya a través de diversos productos financieros a empresas de armas que producen bombas, explosivos, misiles, armas nucleares y de uranio empobrecido, entre otros.
- El Banco Santander tiene acciones en fondos de inversión de empresas de armas controvertidas por un valor de 96,72 millones de euros
- El Banco Santander ha emitido bonos de empresas de armas controvertidas por un total 154 millones de euros.
- El Banco Santander ha dado créditos a empresas de armas controvertidas por un valor de 705 millones de euros

15 de diciembre de 2011

EUROPA DA TUMBOS POR UN PELIGROSO CALLEJÓN SIN SALIDA

Larry Elliot. Sin Permiso/The Guardian

Europa camina sonámbula hacia una prolongada depresión. La perspectiva de que 2012 sea testigo de la fractura de la eurozona es real. Los mercados financieros ya están empezando a desechar lo que parece el ultimísimo intento, bien que más sofisticado, de seguir dando largas. Gran Bretaña se ha aislado en los márgenes de la Unión Europea, tal vez el cambio más significativo de una cumbre que definitivamente no significa un antes y un después en la crisis de la moneda única. Pero al menos los intereses de la City de Londres han quedado defendidos. Por ahora.
En resumen, la cumbre que se suponía iba a salvar la unión monetaria ha estado bastante cerca del desastre. En los prolegómenos de las conversaciones, los mercados esperaban un final feliz a la saga de la deuda: un acuerdo que preparase el terreno para que el Banco Central Europeo acudiera al rescate de Italia y España, asediadas por los patrulleros de los bonos. Lo que han conseguido, en cambio, es un cisma político, reformas sin perfilar y una absoluta carencia de pensamiento económico novedoso.
Los mercados, francamente, fueron siempre optimistas de un modo absurdo respecto al resultado de la cumbre, pero aun así, ésta podía haber tenido resultados positivos. Tres cosas hacían falta para que fuese un éxito: debía darse una estrategia de crecimiento que fuera más allá de las invocaciones a una austeridad todavía mayor y a reformas estructurales a largo plazo; era preciso un verdadero compromiso por parte de los estados miembros de poner sus finanzas públicas en orden, y el BCE tenía que mostrar su buena disposición a hacer lo que fuera necesario para rebajar el interés de los bonos en la atribulada periferia del área del euro.
No se ha conseguido ni uno de esos objetivos. Lo que hacía falta era una hoja de ruta de una situación que amenaza a Europa con uno y acaso dos años de crisis. En cambio, lo que tenemos es un anteproyecto para evitar la próxima crisis, suponiendo que la unión monetaria sobreviva hasta entonces.
El pacto fiscal es ferozmente deflacionario en su concepción. Europa va a contar con su propia norma de presupuesto equilibrado, tan cara a los conservadores fiscales norteamericanos, que impedirá que los países rebasen el 0,5% de déficit presupuestario en el PIB una vez tenido en cuenta el estado del ciclo económico. Esto les da cierto margen de maniobra para mantener un déficit presupuestarios en recesión, pero no tanto, porque no se permitirá que el déficit se disparen por encima del 3% del PIB, sin que importe lo duras que lleguen a ser las condiciones. Se trata de un techo puramente arbitrario y está muy por debajo del déficit real de buen número de países de la eurozona.
Hay más, sin embargo. Los países se verán obligados mantener sus niveles de deuda por debajo del 60% del PIB, y el plan estriba en que reduzcan anualmente su deuda bruta en una vigésima parte de la diferencia entre el nivel real de deuda nacional y el límite del 60%. Tal como apunta James Nixon, de Société Générale, puede que ésta demuestre ser la más draconiana de todas las nuevas normas.
Estos frenos restringirían gravemente la libertad de acción de cada país a la hora de gestionar medidas políticas fiscales independientes, que es, para empezar, la razón por las que las propuso Angela Merkel. La idea de Berlín es que la moneda única andaría bastante mejor si todo el mundo siguiera las mismas reglas, reglas alemanas.
La pregunta del millón es si todos los países acatarán lo que equivale a una versión endurecida del pacto de estabilidad y crecimiento ya existente, cuando no lo han hecho en el pasado. Algunos de los países más pequeños, como Finlandia, ya han expresado sus reservas respecto al mecanismo propuesto para desencadenar las sanciones contra aquellos países que se estime han violado las normas, mientras que Nicolas Sarkozy no muestra grandes deseos de tener que esperar a la aprobación de Merkel para promulgar el presupuesto francés. Habrá mucho regateo antes de concluir un acuerdo y los
mercados estarán inevitablemente muy en alerta ante cualquier signo de recaída.
Por último, está el papel del BCE. Adelantándose a la cumbre, su nuevo presidente, Mario Draghi, afirmó que si los participantes pusieran en orden la casa fiscal europea, se darían después "otros elementos". Se suponía que esto significaba que el BCE ampliaría su balance para comprar cantidades sin límite de bonos italianos y españoles, reflejando los programas de ajuste cuantitativo del Banco de Inglaterra y la Reserva Federal norteamericana. Draghi declaró el jueves, empero, que no era eso lo que tenía pensado.
¿A qué lleva todo esto? No es el gran bazuka que los mercados esperaban y que nunca tuvo probabilidades de existir. Merkel quiere mantener unido el euro, pero no está preparada para adoptar acciones que cree dañarían de modo fundamental la economía alemana. La compra sin límite de bonos por parte del BCE parece incluirse en esa categoría.
Tenemos lo que Steen Jakobsen, economista jefe del banco Saxo Bank, llama "prolongar y fingir": el "gran plan" todavía no está a punto, pero ya se ha establecido una fecha límite en marzo para entregar uno.
Para ese entonces, la eurozona habrá entrado en recesión e italianos y españoles andarán intentando elevar el espeso tope de 500.000 millones de euros para financiar sus deudas.
Los países de la periferia de la eurozona se enfrentan a una elección binaria: o se vuelven más como Alemania o intentan abandonar la moneda única de la forma más ordenada y digna posible.
Jakobsen ha declarado: "Preveo una "reunión de cardenales" en 2012, entendiendo por ello que tras un notable bajón del mercado de valores, la UE clausurará el mercado de bonos durante una semana o dos y resolverá quién está dentro, a qué precio y cual es la pérdida".
Europa esta ya a las puertas de una desagradable doble recesión, pero no lo dudemos, cerrar los mercados para un cónclave de cardenales podría señalar un absoluto desastre.
David Cameron le habrá ahorrado a la City de Londres una tasa sobre las transacciones financieras, pero el resto del país quedará devastado. En ese momento la cumbre aparecerá bajo su verdadera luz: otro bandazo más para Europa en un callejón sin salida y una victoria pírrica para Gran Bretaña.


Larry Elliott dirige la sección de economía del diario británico The Guardian y es coautor, junto a Dan Atkinson, de The Gods That Failed: How the Financial Elite Have Gambled Away Our Futures (Vintage) [Divinidades fallidas: Cómo la élite financiera se ha jugado nuestro futuro].