10 de julio de 2012

EE.UU. VA CAMINO DE LA PEOR RECESIÓN DE SU HISTORIA

Redacción Insurgente

El virus de la crisis soberana europea ha terminado por contagiar a la economía mundial.

A ambos lados del planeta, tanto el paciente estadounidense como el asiático no han podido evitar mostrar ya signos de agotamiento en áreas clave como la actividad manufacturera, que comienza a contraerse tras varios años de saludable crecimiento.

Un estigma que en el caso de Estados Unidos podría provocar una muerte súbita si el Congreso y la Casa Blanca no resuelven la oleada de recortes fiscales automáticos que se avecinan a finales de este año. Un hecho que caería como una losa no sólo para el producto interior bruto del país sino también arrastraría consigo al resto del mundo.

Hasta ahora, la economía norteamericana ha mostrado señales de alivio y sus fundamentos eran más saludables que los del resto de sus homólogos occidentales. No debemos obviar datos positivos como que la actividad de la construcción ha mejorado y el precio de la gasolina ha caído casi 60 centavos por galón desde principios de abril hasta principios de julio, algo que ha incrementado el poder adquisitivo de los estadounidenses en un 0,5%.

Sin embargo, el ISM manufacturero, que mide la actividad de sus fábricas, se sumó durante el mes de junio a muchos índices similares en otros países del mundo que mostraron una lectura por debajo del umbral de los 50 puntos, algo que marca el comienzo de una contracción.

El debilitamiento va más allá del área de las manufacturas y eso es preocupante. El sector de servicios mantuvo su marca por encima del punto de equilibrio en junio, pero registró su peor registro desde enero de 2010. En estas circunstancias, los bancos centrales de todo el mundo han recortado los tipos de interés y en el caso de la Reserva Federal de EEUU, donde los tipos ya mantienen niveles excepcionalmente bajos, se han ampliado las medidas de flexibilización no convencionales. Dicho esto, todavía no está claro cuán efectiva será la medicina monetaria, que lleva implantándose a este lado del Atlántico durante los últimos cuatro años.

De momento, el mercado laboral no termina de sanar. Es cierto que en junio la tasa de paro se mantuvo estable en el 8,2% pero la creación de puestos de trabajo, un total de 80.000 empleos, quedó muy por debajo de lo esperado por el mercado. En los últimos cinco años, el patrimonio de las familias estadounidenses se ha desplomado un 35%, según datos del censo de EEUU, desde los 102.844 dólares hasta los 66.740 dólares. Además, en el segundo trimestre del año, la confianza de los consumidores cayó hasta los 87 puntos, por debajo de los 100 que marca la barrera con el optimismo, de acuerdo con un estudio elaborado por Nielsen.

El acantilado fiscal
"Esperamos que el crecimiento continúe su desaceleración gradual a medida que la economía sufre tres ataques distintos: el ajuste fiscal, una recesión en Europa y un shock por la incertidumbre política síntoma de las elecciones presidenciales", explica Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch.

Desde el banco pronostican que el conocido como "acantilado fiscal" al que se enfrenta la mayor economía del mundo a finales de este año, cuando expiren de forma automática una remesa de recortes de impuestos y otros incentivos fiscales, aumentarán "las posibilidades de una posible recesión".

La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) proyecta que si el Capitolio no pone remedio a esta situación, algo que podría suceder dada la proximidad de las elecciones presidenciales, la política fiscal de EEUU experimentaría un ajuste por valor del 5,4% del PIB del país. Precisamente, el Fondo Monetario Internacional advertía esta semana en su revisión económica al mayor donante de la institución que si no pone remedio a dicha situación, los tambores de la recesión comenzarán a sonar en 2013.

De hecho, los expertos del Fondo estimaron que una consolidación fiscal de alrededor del 4% del PIB en 2013 "podría reducir el crecimiento anual muy por debajo del 1%", algo que resultaría en una contracción de la mayor economía del mundo el próximo año.

Además de esto, hemos visto como las empresas han reducido drásticamente sus previsiones para el año. Desde Pall, Nucor, Ryder Systems, Procter & Gamble, Cardinal Health, Texas Instruments, Starbucks, Autodesk, FedEx, Jabil Circuit, Bed, Bath & Beyond hasta Adobe Systems.

Buena parte de ellas son indicadores de la marcha económica del país. Y no debemos olvidar que las empresas sólo rebajan sus previsiones si las cosas van a empeorar mucho.

¿Depresión a la vista?
En términos generales, estamos recibiendo muchas señales de que la economía de EEUU se dirige hacia una segunda recesión que corre el riesgo de convertirse en una depresión. De hecho, el economista Nouriel Roubini indicó que "ya no quedan conejos en la chistera" después de que a la Reserva Federal se le hayan acabado las balas.


De momento, el FMI estima que la mayor economía del mundo crecerá un 2% este año y un 2,% el que viene aunque ayer la directora de la institución, Christine Lagarde advirtió que "el panorama económico mundial es preocupante en Europa, Estados Unidos y los grandes mercados emergentes", de ahí que el Fondo pueda rebajar sus previsiones de crecimiento el próximo 16 de julio cuando presente sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés).

Desde la consultora IHS Global Insight han incrementado las probabilidades de una recesión en EEUU hasta el 25% y rebajado las previsiones de crecimiento hasta el 2 por ciento en 2012 y 2013, respectivamente. "La crisis de la Eurozona podría empeorar, sobre todo si las noticias sobre el crecimiento siguen siendo malas", justificó Nigel Gault, su economista jefe, a la hora de describir los fantasmas que sobrevuelan la economía de EEUU. "En Asia, la desaceleración en China podría intensificarse. Y la amenaza de los precios del petróleo fruto de las tensiones con Irán no han desaparecido", añadía al mismo tiempo que señaló que el acantilado fiscal, podría provocar que la economía estadounidense se contrajera un 0,3% en 2013.

En estas circunstancias es evidente que Ben Bernanke y sus chicos en la Reserva Federal podrían salir de nuevo al rescate de la economía con una nueva ronda de estímulo cuantitativo. "Asumimos que la Fed implantará una tercera ronda de por valor 500.000 millones de dólares en 2013", asegura Gault. Por su parte, Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch, determina que el próximo QE3 llegará el próximo verano.

5 millones de empleos
Desde el fin de la última recesión económica, EEUU sigue sin recuperar cerca de cinco millones de empleos perdidos durante el periodo de contracción. El pasado mes de junio sólo se crearon 80.000 puestos de trabajo, por debajo de los 100.000 que esperaba el mercado y la tasa de paro se mantuvo estancada en el 8,2%.


El segundo trimestre de 2012 marca el peor resultado en la creación de empleo trimestral de los últimos dos años, con un total de 75.000 nuevos puestos de trabajo frente a los 226.000 creados entre enero y marzo de este año.

Según Alan Krueger, presidente del Consejo Económico de la Casa Blanca, "las cifras son volátiles y las estimaciones de empleo pueden ser objeto de una revisión sustancial" justificó. Sin embargo señaló que "no hay soluciones rápidas" a los problemas que enfrenta la economía de EEUU, que se cocieron a fuego lento durante más de una década

7 de julio de 2012

EL MERCADO RETA AL BCE Y DISPARA DE NUEVO LA TENSIÓN SOBRE LA DEUDA

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Se intuye el final de vida del euro y de la UE. Uno y otro tienen sus destinos unidos.

Se equivocan quienes, desde las izquierdas, saluden alborozados esta muerte anunciada. Coincidir con los objetivos del capitalismo globalizado descontrolado, que ha pulverizado el poder de actuación de los Estados y las estructuras supranacionales, no parece la posición política más correcta.

Lo que en su día se llamó la doctrina Sinatra (“my way”) para la liquidación de las economías y Estados del llamado “socialismo real” se reedita hoy para una de las megaestructuras más grandes del mundo: la UE.

Aquello iba más lejos que los intereses del Imperialismo como esto va más allá de los objetivos cortoplacistas de USA y el dólar, de los BRICS o de cualquier otra potencia emergente. En una economía mundializada en la que los Estados han dejado de ser reguladores del capital, el desembridamiento de éste, señala el inicio de la ley de la selva más cruenta. El capitalismo siempre fue eso pero ahora y, en el futuro próximo, de modo hasta el presente desconocido.

Si la UE no logró organizar y controlar los excesos sistémicos de su modelo económico, la desagregación de su conglomerado en la vuelta a la Europa de las naciones será la peor noticia que podamos imaginarnos los trabajadores.

Los Estados, infinitamente más débiles que agrupados, sufrirán a los 4 jinetes del Apocalipsis moderno:
1) Ultraproteccionismo de cada país, que traerá mayor debilitamiento de las economías nacionales y mayores sacrificios de sus clases trabajadoras, empantanadas en el patriotismo. Se incrementarán las tendencias hacia los Estados fallidos, que ya se han visto en décadas anteriores en países del Tercer Mundo e incluso en algunos emergentes. El liberalismo económico será su gran agresor.
2) Mayor aceleración de las tendencias xenófobas, racistas, antiinmgrantes y fascistas dentro de cada Estado.
3) Ataques a las monedas nacionales recuperadas de un modo infinitamente más virulento del que hemos conocido hasta ahora con el euro, con el consiguiente incremento del paro, las medidas salvajes anticrisis (hay muchas más de las que podamos imaginarnos)
4) La vuelta de la guerra a Europa, anunciada con la fraticida desmembración de la antigua Yugoslavia, como salida a la crisis sistémica; del mismo modo que el fracasado keynesianismo implantado tras el crack del 29 de pasado siglo dejó paso a la II Guerra Mundial.

Personalmente soy muy pesimista respecto al escenario que se abre en la Vieja Europa. Alguno quizá sienta la tentación del contra peor mejor por aquello de creer que acerca a la maduración de las condiciones objetivas para la explosión de las contradicciones de clase. Yo no pienso de ese modo.

Si las circunstancias hubieran sido otras para las fuerzas revolucionarias o simplemente progresistas hubiera sido posible plantear aquel escenario tan mencionado en un pasado ya añejo de una Europa de los trabajadores y no de los mercaderes. Pero los dados parecen ya echados.

La apisonadora capitalista es posible porque las izquierdas están desarmadas. Las mayoritarias y sus candidatos “anticapitalistas” y pseudorevolucionarios, que sueñan con heredar su espacio, no están por dar un salto hacia el proceso insurreccional. La rabia y la ira sociales de las clases populares y de los trabajadores sólo demandan la populista guillotina contra los políticos, no contra los capitalistas, los que de verdad deciden sobre nuestras vidas. Ese es el camino hacia la demagogia y el fascismo. Las izquierdas revolucionarias aún están en la incubadora y está por ver si ésta puede sacarlas adelante a tiempo. El tiempo se nos agota a los trabajadores. Mientras nosotros caminamos con muletas, el capital lo hace a velocidad sideral. Esa es nuestra tragedia.

Fernando Martínez. Cinco Días.

El BCE lanzó el mensaje el jueves de que no actuará como bombero de emergencia para rebajar la tensión permanente en que vive la deuda soberana europea. El mercado ha recogido el guante y, ante la inacción de Draghi, vuelve a tensar la cuerda y a dirigir a la zona euro de nuevo hacia el filo del abismo. La jornada del viernes fue de vértigo. Si las pérdidas se concentraron el jueves en mercados como el español o el italiano, los números rojos se extendieron el viernes a todo el parqué. El Ibex cerró la última sesión de la semana con una caída del 3,1% y acumula un retroceso del 6,66% en tres días. En la semana cae un 5,11%. Se pone así fin a una racha de cuatro semanas consecutivas al alza. El selectivo cerró en 6.738,9 puntos y regresa a niveles de finales de junio.

Entre rumores de una inminente rebaja de la calificación de la solvencia de España hasta bono basura por parte de Moody's, la prima de riesgo volvió a escalar hasta niveles peligrosos, al llegar a 562 puntos. La rentabilidad exigida al bono español a 10 años franqueó la barrera del 7%, que hace saltar las alarmas en la entidad central, pero luego se moderó, aunque no demasiado, pues se quedó en el 6,95%.

Pero el castigo no se quedó ahí. Los principales índices bursátiles de la zona euro sufrieron el viernes retrocesos claramente superiores al 1%. Así, el Dax de Fráncfort cayó un 1,92%; el Cac de París cayó un 1,88%; el Footsie Mib de Milán, un 2,53%, y el Euro Stoxx, un 2,15%.
En la deuda, la huida hacia la calidad o los valores refugio fue evidente. La rentabilidad exigida al bono alemán descendió hasta niveles del 1,32%. Desde el comienzo de la crisis, Alemania se está financiando a niveles irrisorios. Las tasas de interés negativas -es decir, no es el Tesoro alemán el que paga al bonista, sino al revés- son frecuentes en los plazos más cortos de la deuda germana. No sorprende, pues, que la canciller Angela Merkel disfrute de los niveles de popularidad más elevados desde 2009.

Pero no fue solo Alemania. También descendió el rendimiento exigido a los países de la zona euro considerados fuera de peligro, como es el caso de Francia, Bélgica, Holanda, Austria o Finlandia, cuyo Gobierno ha lanzado el órdago de que abandonará el euro si el proyecto de los eurobonos sale adelante.

Mientras tanto, los países en el alero vieron cómo la financiación se les volvía a complicar: los bonos portugueses a 10 años remuneraron en el secundario un 10,2%, después haber llegado a caer en los últimos días por debajo del 10%; Italia volvió a superar el 6% y se situó en el 6,03%; Irlanda, señalada por el propio presidente del BCE, Mario Draghi, como el alumno aplicado de Europa, alcanzó niveles del 6,3%.

Dilema para Draghi
El BCE se resiste a intervenir en los mercados. Draghi insistió en la rueda de prensa del jueves que la tarea del BCE es vigilar la estabilidad de los precios -establecida como un objetivo de inflación del 2%- y no rescatar a países en problemas. Ese es, precisamente, el desafío al que deben responder los Gobiernos. Este es un mensaje que el presidente del BCE repite desde que asumió el mando de la entidad en noviembre pasado. La autoridad central ha empleado 210.500 millones en el programa de compra de deuda pública, creado en mayo de 2010 para romper la presión del mercado sobre los países periféricos. Este programa lleva cuatro meses sin hacer ninguna compra y la intención del banco central es no volver a reactivarlo y dejar que sea el nuevo fondo de rescate europeo, el MEDE, el que asuma esa función. Sin embargo, cada vez hay más probabilidades de que el BCE tenga que acudir al rescate. El mercado le está poniendo a prueba.


Al poco de estrenarse, Draghi ordenó la intervención inmediata para salvar a España e Italia del abismo. Sucedió el pasado 10 de noviembre. Entonces, la prima de riesgo española estaba en un nivel considerado intolerable, que ahora se vería como un alivio: 425 puntos. Desde el primer consejo de gobierno de Draghi, el 3 de noviembre, el spread soberano de España con Alemania ha crecido 200 puntos, más de un 50%. Entre medias, se ha inyectado un billón de euros a la banca europea, se han realizado operaciones conjuntas con otros bancos centrales para inundar de liquidez al sistema, se ha abierto la mano con los colaterales que el BCE acepta para dar financiación y los tipos de interés han viajado del 1,5% al 0,75%. Nada de esto ha servido para reactivar el interbancario ni para normalizar los mercados.

En medio de la fuerte presión, la UE sigue avanzando a su ritmo particular. Las condiciones de la ayuda financiera a España se cerrarán este lunes pero lo que cada vez queda más claro es que la ayuda directa a la banca tendrá que esperar a un largo proceso y llegará tarde para España. Será el Estado, a través del FROB, quien tenga que asumir el impacto de la capitalización, incrementando así la carga de la deuda pública para el país (ahora en el 72,1% del PIB), lo que tendrá repercusiones inevitables en la prima de riesgo.