15 de noviembre de 2015

ATENTADO CRIMINAL DE PARÍS E IDIOTIZACIÓN DE CIERTA "IZQUIERDA"

Por Marat

Esa idiotización, junto con las prácticas de renuncia permanente de sus aparatos, es la que me hace sentirme más y más alejado cada día de ese mundo que se reivindica tal. 

Tranquilos, no me he hecho de Podemos ni de Ciudadanos. Quienes me conocen saben de qué pie cojeo. Estoy absolutamente convencido de que la derecha existe y opera -¡vaya si opera!-, lo que no creo es que exista ya la izquierda, salvo la sistémica, que sólo en campaña alude a algún término de sus raíces, entreverada de todo un neolenguaje que no proviene de su cosecha sino de la del liberalismo más o menos declarado: ciudadanos (de tanto llamarles, les hicieron partido), bien común, pobres y ricos (escondiendo el origen de la riqueza y de la pobreza en la explotación y en la propiedad privada de los medios de producción), etc., etc.

Sencillamente, como comunista, creo que ese magma en descomposición que se autodenomina izquierda cada vez tiene menos que ver conmigo. Creo firmemente que los mundos de lo que aún se llama la izquierda y los de los comunistas, que buscamos la reconstrucción del discurso emancipador en toda su necesaria radicalidad. se van separando irremediable y necesariamente.

Si algo ha caracterizado al pensamiento marxista ha sido el intento de explicar mediante el método y el análisis la realidad para transformarla. Cuando no ha sido así, cuando el discurso y el análisis se han “despistado” por ciertos derroteros, se ha caído en la estupidez, en la reducción al absurdo, o directamente en el disparate más ridículo.

Y hablo de pensamiento marxista porque a la altura casi del 2016 y de una crisis capitalista que, lejos de superarse, vuelve sobre sí misma con renovados bríos -esperemos nuevas vueltas de tuerca en Europa; muy pronto-, no veo que pueda existir otra posición crítica de raíz contra el capital que la que contemple acabar con este sistema de dominación, explotación y locura para construir una sociedad socialista. Y eso, quiéranlo o no, pasa por el marxismo.

Desafortunadamente, dos fenómenos históricos -la ausencia de extraordinarios pensadores marxistas, tras Marx, Engels, Rosa Luxemburgo y Lenin y el alejamiento del horizonte de la ola revolucionaria tras la revolución sandinista, que coincidiría con la contrarrevolución ultraliberal mundial- traerían por mucho tiempo un largo período de sequía intelectual y de acción en el campo marxista, golpeado duramente después por el fin del experimento soviético.

A partir de ahí, toda una involución política habría de sucederse en lo que se ha llamado “la izquierda”. La socialdemocracia se hizo social-liberal, los comunistas se convirtieron en socialdemócratas (perdón, eurocomunistas), renunciando en Europa a ser tales y hablando de sí mismos como “la izquierda” (PIE, Die Linke, IU y demás congéneres). Para ellos, el Estado dejó de tener una naturaleza de clase y pasaron a contemplarlo como un aparato neutral, la lucha de clases se quedó en sindicalismo de concertación, mesa y mantel con la patronal y buena parte de los trotskistas se apuntaron al cumbayá antiglobalización y comeflores.

No quiero juzgar estos hechos desde términos simplistas como traición o engaño. No niego que estos existan pero es una simpleza de mentes perezosas explicar la historia sólo en base a estos argumentos. Lo que sucedió es que faltó nervio en el pensamiento, que se fue refugiando cada vez más en la academia, y en pensadores de menguante talla en cada generación, sobraron kilos de grasa y aburguesamiento en las “aristocracias obreras”, se desconectó teoría de una praxis enormemente difícil y el capitalismo ganó la batalla ideológica a través de un modelo de “libertad e igualdad” referenciados en el acceso al consumo de masas de las clases trabajadoras.

Ahí es cuando la izquierda definitivamente se jodió. Para cuando quiso reaccionar a la llegada de una crisis capitalista, incapaz de distinguir el culo de las témporas, acabo por meterse en toda una serie de fregados ajenos a su pensamiento: que si el crudivorismo, que si el animalismo, que si el “especismo” y otros tontismos que les compró a los neopijos de clase media, que la transversalidad y el inclusivismo con esa pequeña y mediana burguesías que también explotan a la clase trabajadora, a la que incluyeron en su rollo del 99% atacado por un único 1% de capitalistas (el INE da bastantes más pero ellos les llamarían “compis”), que si “no es una crisis, es una estafa”, con la que deducimos que si no hubiera habido estafa en una crisis que SI existe, el capitalismo sería guay para esta gente, que sí...tanta basura ideológica.

En el fondo no es otra cosa que la caída de esas izquierdas en los reaccionarios brazos de la postmodernidad. Dentro del pensamiento postmoderno, la creación permanente de teorías conspirativas para explicar la realidad de las grandes cuestiones económicas, sociales, políticas es un rasgo distintivo.

En esto sí que la cosa es transversal, el conspiracionismo es una visión de los fenómenos que afectan a lo colectivo al que son muy aficionados tanto un sector de las “izquierdas” moñas, new age y amantes del sándalo -básicamente las que se identificaban con el 15Mayismo del “No es una crisis, es una estafa”-, como las aparentemente más hard.

Entre los primeros tenemos a los que buscan símbolos de los Illuminati en los billetes de dólar, los obsesionados con las oscuras y secretas -¡¡¡¡uuuuuuuuuuhhhh!!!- reuniones del Club Bilderberg, tan del gusto de Iker Jiménez, el calvito exaltado Enrique de Vicente y el chiflado profeta de los chemtrails, Rafapal. Como si no existieran ya los G-20, los G-8, las Cumbres de Davos y 100 reuniones capitalistas mundiales más, bastante públicas y publicadas y como si el capitalismo temiera la reacción de la población mundial ante cualquiera de los designios a los que pueda condenar a la humanidad, cuando es sabido que ésta se traga una trirreme romana con los galeotes en pie y los remos, con su paletada de mierda en ellos, en punta.

A estas alturas, con la indiferencia, el individualismo, el egoísmo y el narcisismo de cada sujeto, unidos al aborregamiento colectivo, producto de la sobreexposición informativa/performativa tanto de los medios de embrutecimiento colectivo como de los de cada chalado que cree tener algo que decir, apenas son necesarias las conspiraciones. No digo que no las haya, las he denunciado cuando he creído que así era pero no son ni tantas ni tan delirantes. Hoy basta con desinformar o mentir al estilo del borracho y anormal hijo de George Bush senior: “De acuerdo con las resoluciones 678 y 687, ambas aún vigentes, Estados Unidos y nuestros aliados estamos autorizados parar utilizar la fuerza y despojar a Irak de armas de destrucción masiva”.

Distingamos entre una conspiración y una mentira porque, si no lo hacemos, hasta lo del “Luis sé fuerte” acabará por parecernos una conspiración contra Marianico.

Tenemos también a otros más hard en su crítica al imperialismo desde la conspiranoia, lo que consigue el efecto de desactivar aquella cuando más necesario es su ejercicio contra esta forma criminal de dominación sobre los pueblos y sus clases populares.

Aún colean afirmaciones de que el 11-S fue un autoatentado (ni el mago David Coperfield habría logrado un efecto de desaparición tan descomunal), que si las torres cayeron así o asao, que si los aviones, que si...Tras la anterior, vino la insinuación, afirmación en muchos casos, de que lo de Charlie Hebdo también lo fue, ahora algunos insinúan y afirman que el atentado del pasado viernes 13 en París también lo era. Y todo porque unen una acción a una reacción y porque ha aparecido el pasaporte de uno de los terroristas. Pero de las 3 que acabo de citar sólo hubo reacción directa tras el atentado de las Torres Gemelas, con la invasión de Afganistán, porque después del atentado de Charlie Hebdo no hubo reacción directa ni inmediata sino que los países imperialistas (USA, la propia Francia, sus títeres de Arabia Saudí, Israel y Turquía) han seguido entrenando y alimentando a la bestia islamofascista, sí islamofascista, con todas sus letras, de Al Nusra y del Daesh (ISIS). Incluso los supuestos bombardeos de países de la OTAN, con USA al frente, contra los terroristas han sido de rechifla. Lo han reconocido hasta muchos de sus voceros mediáticos, aunque disfrazándolo en un cuestionamiento de su eficacia. Ha sido tan evidente que no han hecho nada que la simple intervención de Rusia sólo por aire ha cambiado el curso de la guerra en Siria.

Y está por ver que puedan plantearse dividir el país o derribar al legítimo gobierno sirio, con una intervención que pudiera venir “justificada” por ese supuesto autoatentado en Francia cuando dicho gobierno cuenta con el apoyo de Rusia y de Irán. En esa situación Estados Unidos y la OTAN podrían enfrentarse a una III G.M. cuyas consecuencias serían ser terribles también para sus propios Estados. ¿O nos hemos olvidado ya de las armas nucleares? ¿Alguien cree de verdad, sensatamente, que en la locura de enfrentamiento entre Rusia y USA, sus presidentes serían capaces de renunciar al armamento nuclear? ¿Son ustedes conscientes de lo que significaría una escalada de tal calibre en la que Rusia contaría con el apoyo de China? ¿De verdad creen que por muy criminal que sea el imperialismo USA es tan estúpido de correr el riesgo de ser destruido? Francia, Estados Unidos y muy probablemente la OTAN incrementarán su intervención en Siria pero sin colisionar militarmente con Rusia, sino muy probablemente teniendo que coordinarse, por mucho que no quieran, con ésta. De hecho, el atentado de Daesh refuerza la posición rusa en ayuda del gobierno sirio porque evidencia que es el único que hasta ahora les ha combatido y demuestra a gran parte de las opiniones públicas del mundo que USA y la OTAN no han hecho nada para combatirles, aunque la mayoría ignore que les han armado y financiado.

En cualquier caso, esto no debe hacernos olvidar una cuestión que desde cierta posición de “izquierda” conspiracionista se ignora. Hoy Rusia juegue un papel de progreso, y hay que decirlo con claridad y sin rodeo alguno, en apoyo del pueblo sirio y de su gobierno contra el terrorismo criminal. Pero lo que se dirime en el tablero de Oriente Medio son también las contradicciones interimperialistas porque no hay sólo un imperialismo (el de USA y sus adláteres de la OTAN) sino también el de Rusia (un país capitalista dirigido por una oligarquía económica), que busca proteger sus fronteras orientales del islamismo más fanático, incrementar su influencia en esa zona de Asia y asegurar su salida al Mar Negro a través del puerto de Tartus. Les recomiendo a quienes mis afirmaciones les hayan escandalizado que lean la posición del Partido Comunista de Grecia (KKE) al respecto.

¿Saben ustedes lo que significa su afirmación de que todo es conspiración del imperialismo? Una postura absolutamente reaccionaria porque supone afirmar que el capitalismo lo controla todo, que no puede ser golpeado más que por sí mismo y desde dentro. Es reificar (tómese la expresión en términos marxistas) el poder del Estado capitalista hasta límites insospechados. Desde luego repudio el terrorismo como instrumento de acción que golpea sobre inocentes, a menos que neguemos tal condición a los parisinos porque muchos hipócritas se la niegan al sufrido pueblo sirio, pero de eso a pretender que el capitalismo y el imperialismo han cerrado todas las salidas es un absurdo, y un acto de enamoramiento tácito de su fuerza.

Lo que ha ocurrido simplemente, y con todo el respeto y afecto hacia las víctimas, es que los monstruos del Daesh conocían bien el país sobre el que atentaban, porque “Marsellesas” saliendo del campo de fútbol aparte, saben que los franceses son un pueblo que sostiene con dificultad su heroísmo, como demostró su lamentable papel durante la ocupación nazi en la II G.M. Han golpeado a los más débiles en su psicología colectiva como pueblo, de entre aquellos que alardeaban de bombardearlos (mucho daño no les habían hecho hasta el momento), sabiendo que serían mucho más impresionables que los británicos, por nombrar otro país europeo. Y de paso, han demostrado que aún mantienen una alta capacidad de atentar con una precisión propia de profesionales.

No quiero cerrar este texto sin referirme a la segunda cuestión de lo que entiendo como idiotización de la “izquierda” en el contexto de los gravísimos atentados de París.

El discurso del “cuidado con la islamofobia” y de negar que la religión tenga un peso concreto, desde luego no el principal, en mi opinión, en los conflictos del terrorismo yihadista es tan estúpido como afirmar que el yihadismo y lo que los sectores más radicalizados del mismo entienden por yihad no tiene sus raíces en la religión islámica o que son falsos islamistas o yihadistas.

No, no señores, no se trata de islamofobia sino de reconocer el componente identitario y cultural que para muchos jóvenes de países europeos, hijos de inmigrantes que viven en barrios marginales, desarraigados, sin salidas profesionales de futuro, con choques culturales entre la comunidad de origen de sus padres y la de su nacimiento, representan determinadas corrientes del islam que dan salida a su rabia y a su frustración, que les fanatizan y que les llevan a situar al otro, al que no pertenece a su identidad, como alguien que merece morir. ¿Acaso no se parece ese odio al otro a lo que en su día practicaron los cristianos en las cruzadas, acaso no es lo que practica el sionismo y sus ramas más radicales con los jóvenes palestinos? ¿Acaso USA no tiene en sus monedas, en sus billetes y hasta en su himno nacional la expresión “in god we trust” (en dios confiamos)? ¿Acaso los ejércitos no tienen a sus clérigos que bendicen a sus soldados para que maten mejor? ¿Acaso la iglesia católica española no se puso de lado de los sublevados contra un gobierno legítimo? ¿Acaso Pio XI no bendijo los cañones italianos que partían para la guerra de Abisinia, tras considerar a Mussolini como “un hombre de la Providencia”? ¿Es que lo que vale para condenar unos fundamentalismos no ha de valer para otros? ¿Hay un “opio del pueblo” mejor que otro? Aclárenmelo, señores de cierta “izquierda” porque yo de ese no quiero tomar, ni del de la Biblia, ni del de la Torá, ni del de El Corán.

Hoy el mundo sufre una involución fanática, anticientífica, iluminista en palabras de Adorno, se medievaliza rápidamente en lo moral mientras en lo científico se deshumaniza a marchas forzadas. Volvemos al pensamiento mágico, a la superstición religiosa, a la intolerancia con el que no comulga con las estupideces criminales de los clérigos, me da igual de la religión que sean.

Sí, se que me dirán que hay versiones del islamismo tolerantes pero ninguna religión que afirme que hay un dios por encima del ser humano me parece otra cosa que barbarie, la misma barbarie que enseña en las escuelas o en las sinagogas o en las madrasas que el hombre viene del barro, que sostiene teorías creacionistas o la más moderna del diseño inteligente. Y no, no soy un anticlerical, aunque a alguno se lo parezca. Me limito a ser un ateo que exige que la religión no salga de las iglesias, deje de invadir aspectos de la vida colectiva y que el Estado sea laico, no meramente aconfesional.

En definitiva, que el atentado ha sido realizado por aquellos que han sido armados por los países imperialistas de la OTAN, por la satrapía criminal de Arabia Saudí y, a partes similares, por los Estados semiteocráticos de Israel y de Turquía. Pero los jóvenes fanatizados del Daesh y de Al Nusra martirizan y aceptan el martirio en nombre de su dios, más o menos como vienen haciendo o hicieron los que tienen otros idolillos inventados.

Señores de la “izquierda”, émulos de Roger Garaudy, el intelectual marxista que primero se convirtió al catolicismo y luego se hizo islamista, dejen de hacer el canelo, abandonen su pereza intelectual y pregúntense qué hacer para que las ideas laicas, de progreso, de avance social y de revolución emancipadora del ser humano no continúen retrocediendo y los hombres, mujeres y jóvenes encuentren una esperanza humanista, sin dioses ni ridículos fetiches que les alienan y esclavizan. Para empezar, dejen de involucionar ustedes mismos hacia la defensa de la reacción bajo la disculpa de no satanizar al islam porque mundo árabe no tiene porque ser lo mismo que musulmán. De hecho, en otras épocas no lo ha sido. Vuelvan a sus principios laicos y dejen de decir tonterías. No sea que acaben por comportarse como los imperialistas que combatieron a los gobiernos laicos y progresistas del mundo árabe como parte de su lucha contra el comunismo. Por paradoja también se hace el imbécil.

¿O es que a algunos se les ha olvidado ya la relación entre la base material (infraestructura) sobre la que se edifican las sociedades y las ideologías (superestructura) que las justifican?

Creo que muchos necesitan un curso acelerado de marxismo porque, lo que hasta ahora conocen de él, no es ni siquiera el de Groucho sino el más desbocado de Harpo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese:

"Basta de mentiras y pasteleos contra los derechos del pueblo sirio": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/11/basta-de-mentiras-y-pasteleos-contra.html

14 de noviembre de 2015

CRÓNICA DE LA REUNIÓN DE ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA DEL 31-O

Espacio de Encuentro Comunista. encuentrocomunista.wordpress.com

10 minutos después de la hora prevista (10:00 de la mañana) comenzaba el pasado sábado 31 de Octubre la reunión de organización del Espacio de Encuentro Comunista (EEC).

30 minutos antes, a pesar de las dificultades de localización del lugar de la reunión, y de que los temas organizativos son siempre más áridos que los puramente ideológicos o “políticos”, se concentraban ya grupos de comunistas de distintas edades, una buena parte de ellos muy jóvenes -y como pudimos comprobar después- notablemente formados en lo político.

Muchos venían de fuera de Madrid; de lugares tan dispares como Burgos o Almería, por citar sólo dos ejemplos.

Una buena parte de los asistentes, según pudimos comprobar por las caras, no habían asistido a la primera reunión del ECC pero, como supimos posteriormente, eran personas que nos habían hecho llegar su voluntad de asistir a esta y que conocían sobradamente tanto lo tratado en la primera convocatoria como el documento preparado para la segunda asamblea. En palabras de algunos de ellos, su asistencia en esta ocasión se debió a que sentían que íbamos en serio.

Esta vez la presencia de militantes de organizaciones comunistas fue aún más diversa, si bien ha seguido predominando el segmento de comunistas “independientes” de partido, lo que es indicativo de hasta qué punto el EEC es una necesidad para que se organicen todos esos comunistas que aún no han encontrado su lugar pero que tampoco han renunciado a sus ideas ni a la pelea.

Veníamos de una reunión anterior, la del 26 de Septiembre, en la que muchos comunistas afirmamos nuestra voluntad de encontrarnos, trabajar juntos por encima de la pertenencia o no a partidos marxistas concretos, de debatir, elaborar y hacernos presentes en las luchas de nuestra clase, llevando nuestras posiciones a ella con el fin de elevar los niveles de los conflictos y de la conciencia de los trabajadores acerca de su papel histórico y de la necesidad de derribar el capitalismo para construir una sociedad socialista.

Traíamos a esta segunda asamblea un mandato de la anterior: empezar a trabajar en el plano teórico y de las propuestas revolucionarias y crear una estructura organizativa provisional que nos permitiese, meses más tarde, ir hacia un tercer encuentro en el que se hubiesen desarrollado distintos EECs territoriales, se debatiesen los documentos elaborados colectivamente y surgiese una coordinación más estable para la expansión del movimiento comunista y las ideas comunistas en el Estado español.

Al acto el Grupo Promotor del EEC llegó dimitido, con el fin de que fuera la asamblea plenaria la que asumiese, si así lo estimaba, los pasos que aquél llevó a la misma. Éste era el compromiso del encuentro anterior y la decisión más democrática y pertinente.

La reunión comenzó con una evaluación del desarrollo de la jornada anterior, la del 26-S. Aunque inicialmente costó arrancar las primeras peticiones de palabra, dado que el recuerdo un mes más tarde no era tan fresco como el primer día y porque una parte de los participantes en esta segunda no habían asistido a la misma, luego se fueron sucediendo con fluidez.

A partir de ahí hemos de reseñar una elevada participación y nivel político en el debate y un alto grado de compromiso personal y colectivo con las tareas a las que el colectivo se comprometió en la reunión.

Es importante también señalar el sano ambiente de camaradería y el espíritu constructivo en el que se desarrolló, de principio a fin, todo el encuentro.

La valoración del primer encuentro fue marcadamente positiva al ser calificado de necesario, útil y tendente a abrir vías de superación de la división de los comunistas y su debilidad organizativa y política actual.

Surgieron en ese contexto interrogantes del tipo cómo influir con nuestras propuestas y actividad en la clase trabajadora

Hubo también intervenciones que resaltaban la necesidad de romper con la atonía social y con las dudas hacia una nueva iniciativa como ésta o la importancia de las formas en el modo de presentarnos ante nuestra clase de un modo distinto al electoralismo frustrante que se ha ido imponiendo en los últimos tiempos.

Un camarada apuntó que si el partido comunista perfecto existiese no hubiera tenido que nacer una iniciativa de agrupamiento de las tareas de los comunistas como la del EEC porque no existirán los problemas que justifican su nacimiento.

Se señaló también que la idea de incluir dentro del EEC no sólo a los comunistas con partido sino a los que no lo tienen era muy positiva porque era un modo de abrir un canal que posibilitase su participación que de otro modo no se daría.

Algunas intervenciones indicaron un tanto críticamente que percibían demasiada prisa en incorporarse a las luchas sociales y de clase antes de profundizar durante mucho más tiempo en cómo hacerlo y con que contenidos teóricos y políticos, demandando un más claro deslinde de la ideología comunista en el momento presente de lo que hoy se entiende como las ideas de izquierda.

Algún participante expuso en ese sentido que defender a la clase trabajadora en sus reivindicaciones inmediatas (frente a situaciones como el paro, los salarios de miseria o la precariedad en el empleo) tenía el riesgo de que nos situásemos en una posición de correctores de las lacras del capitalismo. A ello otro camarada respondió que, al igual que expuso Rosa Luxemburgo en “Reforma o Revolución”, es en el marco de las necesidades inmediatas de nuestra clase donde los comunistas debemos intervenir para elevar no sólo la conciencia de clase y la reivindicación más allá de lo asumible por el sistema sino para plantear un horizonte político de las luchas con carácter anticapitalista y socialista, pero sin por ello obviar el hecho de que los comunistas debemos defender también a los trabajadores en aquellas necesidades que afectan a sus condiciones de vida.

Para algún interviniente ya sólo con la palabra “encuentro” se justificaba la primera y la segunda convocatorias y la idea en sí misma porque la creía indispensable. Señaló la necesidad, como objetivo del EEC, de rescatar el significado de expresiones como lucha de clases o revolución cuando el poder de la ideología dominante y del reformismo se había encargado de tratar de vaciarlas de significado, especialmente en un mundo de banalidades y simplificaciones del discurso hasta el punto de impedir pensar a las personas. Añadió también lo encomiable de un grupo como el EEC que nace sin plantearse ser un partido sino con el objetivo de estimular el pensamiento y la elaboración de teoría comunista útil para para los organizados bajo la forma partido y otros que no lo están.

Otra de las intervenciones señaló su valoración globalmente positiva del primer encuentro comunista, entre otras razones por la calidad de las opiniones que en él se escucharon, si bien señaló su diferencia con una de ellas que había remarcado que el capital nos había ganado por goleada. Para este participante ello no era cierto más que en la capacidad del capitalismo de imponerse en la práctica porque, en su opinión, esto no lo había logrado ni en lo ideológico ni en los presupuestos morales que consideraba muy superiores en el caso de los comunistas.

Por contra, hubo quien señaló que también en lo ideológico se había producido esa derrota porque el capital había sido capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y de crear hegemonía, algo que los comunistas no habíamos logrado. Sobre esa base, el primer encuentro comunista había tenido la virtud de reconocer este hecho y de plantear la necesidad del rearme ideológico que permitiese ir hacia un frente único de trabajadores, capaz de elevar su conciencia. El desafío para él era a partir de ahora construir proyecto político, aunque no de forma partidaria pero siempre ideológica y de lucha: crear política comunista.

A ello respondió otro integrante de la reunión señalando que en esa derrota había una parte de responsabilidad de los propios comunistas que, en unos casos se habían cerrado sobre sí mismos de modo sectario y que, en otros, de tanto vestirse de lagarteranas habían acabado por ser lagarteranas. Por eso, ante una iniciativa que afirma la existencia de clases sociales y la lucha de clases, que levanta de nuevos las banderas y que dice lo que tiene que decir y no lo que piensa que a la gente le va a gustar, su opinión no podía ser más positiva, razón por la que señaló su apoyo pleno. Afirmó también que, cuando se fueran desarrollando los proyectos ciudadanistas, la clase trabajadora comprendería que ese no es el camino. Apuntó a que ésta podría ser la oportunidad de que los comunistas nos hagamos oír ante la debacle ideológica de una izquierda que ha dejado de serlo.

Alguien señaló algo extraño, por inusual, tal que el grupo promotor iniciase el proceso del EEC para luego dimitir y dar la soberanía a la asamblea. Para él eso era algo “maravilloso” porque no lo había encontrado antes en otros grupos políticos. Lanzó dos preguntas al grupo promotor: ¿cómo resolver el problema de las distintas corrientes comunistas? ¿en el grupo promotor hay distintas sensibilidades o una sola? Desde la mesa y desde los participantes se le respondió a la primera que centrando en lo que nos une y aparcando de momento lo que nos separa para poder avanzar y a la segunda se le señaló que la pluralidad del grupo promotor era muy grande pero que a todos nos unía ser marxistas, comunistas, estar por el derribo del capitalismo, la dictadura del proletariado y el socialismo.



En la segunda parte de la reunión se abordó la propuesta organizativa, política y programática -entendida esta última como propuesta de programa político para la clase trabajadora, no como programa electoral, cuestión ésta en la que el EEC no se siente apelado- Se trataba de avanzar en el desarrollo de las tres cuestiones mencionadas hacia la tercera asamblea del EEC que habría de celebrarse en el mes de febrero de 2016.

En este sentido, junto a la parte más de elaboración política y programática, se señaló desde la mesa de la asamblea que, dimitido en ésta el grupo promotor del Espacio de Encuentro Comunista, habría que elegir a un equipo que provisionalmente facilitase el desarrollo de los mencionados objetivos y la labor organizativa, potenciando así mismo el desarrollo de territorial (en distintas zonas del Estado) y sectorial (empresas, sectores;…) del EEC.

Dicho equipo no tendría tareas propiamente de dirección política sino de facilitar, coordinar e impulsar de forma técnica las labores del EEC hacia el tercer encuentro.

El grupo promotor propuso que, tras el debate sobre propuesta de grupos de trabajo de elaboración política, se eligiese una Comisión técnica provisional de 15 personas, de las que aquél sólo llevaba una lista de 5, debiendo la asamblea nombrar a los 10 restantes, si no revocaba a ninguno de los 5 sugeridos inicialmente.

Uno de los asistentes preguntó si era posible presentar nombres alternativos a la lista de 5 sugeridos por el dimitido grupo promotor, a lo que se respondió que por supuesto podía hacerse.

El elemento teórico-programático y de desarrollo organizativo se basaría en la elaboración de borradores que permitiesen discutir sus contenidos en la posterior tercera asamblea del EEC. Dichos borradores debieran estar completados y enviados a la nueva dirección provisional, con fecha límite de 15 de Diciembre, que la segunda asamblea nombrase para avanzar hasta la tercera.

Se explicó entonces que la propuesta traída al encuentro era que los borradores se estructurasen en 6 áreas temáticas cuya elaboración surgiese de sus grupos correspondientes a partir de quienes se integrasen voluntariamente, desde la asamblea, en los mismos. Estos grupos y áreas temáticas, siempre que fueran aprobados por la asamblea como organizadores de los los contenidos políticos, programáticos y organizativos, serían los siguientes:

  • Grupo de trabajo programático-político
  • Grupo de trabajo de organización
  • Grupo de trabajo de formación
  • Grupo de trabajo de Movimiento Obrero
  • Grupo de trabajo de mujer
  • Grupo de trabajo de internacionalismo y antiimperialismo

Desde la mesa se propuso que dichos grupos de elaboración teórico-política tuviesen una composición no menor de 5 personas (para que hubiese capacidad de trabajo suficiente sobre los mismos) y no mucho mayor de 7, para que fuesen ágiles y operativos.

En el caso en el que los grupos de trabajo tuviesen dificultades de elaboración política, la Comisión técnica provisional del EEC podría colaborar con los mismos en dicha tarea, siendo estos completamente autónomos. La comisión técnica mantendría un contacto con los grupos para conocer ritmos y evolución del trabajo.

Mientras tanto el EEC debiera irse desarrollando por territorios y sectores.

Se abrió entonces una ronda de intervenciones de los participantes destinada a aclarar dudas y valorar de forma genérica la propuesta organizativa, antes de entrar en profundidad a considerar la misma.

Se preguntó por parte de un participante si en la propuesta del área de Movimiento Obrero era posible incluir el trabajo de barrios. En este sentido se aclaro que cada grupo debiera tener entidad propia para incluir dentro del mismo las cuestiones que considerase oportunas, siempre que tuviesen una cierta coherencia que justificase la inclusión de las mismas.

Se aclaró igualmente desde la mesa que, dado que el grupo promotor que había elaborado el documento para el debate político-organizativo no estaba legitimado por una elección previa del mismo, sino que había surgido de una iniciativa de un grupo de comunistas, no iba a hacer una defensa cerrada de aquél sino que lo sometía a consideración de la asamblea.

Hubo quién planteó que el grupo de trabajo de Formación debiera integrarse con otros conceptos, pasando a llamarse “Formación, Cultura y Comunicación”, ya que consideraba que la formación política no se entendería sin aquellas perspectivas que fomenten unos valores capaces de apostar por la transformación social. A esto se le respondió desde la sala que tal propuesta corría el riesgo de desdibujar el valor de la formación marxista, perdiendo esta entidad e introduciendo teorías y autores ajenos a este pensamiento y que incluso podían chocar con él, lo que no le parecía una buena orientación para la necesaria recuperar de los rasgos de identidad comunistas. De ahí que la mayoría entendiese que Formación debía tener una entidad propia y diferenciada de todo lo demás.

Esta idea fue reforzada aludiendo a que los comunistas tenemos grandes deficiencias de formación política, algo fundamental para ser vanguardia e intervenir políticamente dentro de nuestra clase.

Otro asistente señaló que la importancia de la formación política de los comunistas era decisiva para que en nuestra propaganda plasmásemos bien los contenidos de lo que defendemos a la hora de dirigirnos a la clase trabajadora.

Se dieron en algunas intervenciones ciertas tendencias a sugerir la creación de comisiones de trabajo que escapaban a la idea de globalizar los contenidos de desarrollo teórico-político-programático, lo que podría dificultar la articulación de un conjunto de cuestiones mediante una visión más general.

Así se plantearon cuestiones como la necesidad de crear comisiones de trabajo elaborativo sobre energía, industria y medio ambiente, memoria histórica (memoria democrática) o Europa y TTIP. No obstante, aunque finalmente no se aprobó por los asistentes su estructuración como áreas temáticas, sí que se recogieron como cuestiones a tratar dentro de las mismas.

Para un asistente la propuesta de las 6 áreas de trabajo elaborativo eran demasiado “clásicas” y apegadas a la cultura tradicional del movimiento comunista y sus organizaciones por lo que consideraba que podían perderse elementos de análisis e investigación de la nueva realidad como el marco actual del capitalismo, las contradicciones dentro de la clase trabajadora, la realidad social española y su entronque con la realidad europea, las dificultades para analizar la realidad actual, etc.

Se dio en el debate una cierta confusión de lo que era una división en grupos temáticos de elaboración política con lo que es una estructuración de la organización comunista para la intervención política. Este aspecto fue aclarado con posterioridad desde mesa y sala al señalar que los 6 grupos eran una mera parcelación del análisis teórico -con la excepción del grupo de programa-política que integraba un análisis global- para la elaboración política y no para la acción; aunque ésta habría de surgir necesariamente de la dialéctica entre teoría y praxis.

Del mismo modo, se detectó la la pérdida o ausencia de cultura organizativa en algunas intervenciones al plantearse la necesidad de un debate teórico no organizado ni estructurado para que no se perdiese el espíritu inicial de la primera jornada del EEC de Septiembre. Es evidente que un planteamiento de este tipo adolecería del riesgo de entrar en un debate en bucle del tipo del que ya se vivió en las plazas hace algún tiempo.

Desde la sala algunos intervinientes señalaron que sin parcelación de la realidad para analizarla no sería posible un rigor teórico y se correría el riesgo de caer en una especie de club de debates. Se apuntó también que lo importante no era que la denominación de las áreas fuera más o menos clásica sino que fuesen capaces de integrar todas las cuestiones que los comunistas han de tratar hoy, del nivel y riqueza del propio análisis y de los contenidos expuestos en ellas. En cualquier caso, el carácter integral, se adujo, estaría presente en la elaboración del área de Programa-política, la cuál ha de tener clara una visión de conjunto de los desafíos teórico-políticos que el EEC debiera acometer.

Fueran las 6 áreas propuestas u otras las áreas temáticas de análisis y elaboración política, se consideró necesario por la mayor parte de los participantes que tanto lo que sigue siendo válido en la propuesta comunista como lo que ha de cambiar debe hacerse de manera organizada, por lo que ello exigía la existencia de grupos de trabajo con categorías concretas.

Un camarada propuso en ese sentido que las áreas temáticas fuesen consideradas como punto de arranque que en la posterior asamblea, al debatir de sus contenidos, se evaluase si eran válidas o no, si necesitaban o no un reenfoque.

Hubo quien señaló que por muy clásicas que parecieran áreas como movimiento obrero o mujer eran inevitables porque resultaba fundamental definir una posición política a partir de la que los comunistas pudiéramos intervenir.

Otro asistente sugirió dar un voto de confianza a la estructura del debate-elaboración en las 6 áreas propuestas y que volcásemos el esfuerzo en repensar el contenido de las mismas, dado que los errores de distintas organizaciones comunistas llevaban a la necesidad de que gran parte del trabajo y del modo de pensarlo debiera empezar casi de nuevo, sin olvidar las enseñanzas útiles que traíamos del pasado.

Surgieron entre los asistentes algunas reflexiones que excedían a la estructura planteada en grupos de trabajo pero que de algún modo debieran ser recogidos en algún lugar de los mismos; cuestiones talles como
  • El modo de intervenir en los movimientos de masas. Algo que exige trabajar cuestiones como conciencia, capacidad de acción independiente y criterios propios, formación, ideas, dirección, vanguardia, ser actores de la historia, globalizar y elevar el nivel de conflicto y de orientación de las luchas parciales,…
  • Se recordó desde la sala que nuestra elaboración teórica debe ir destinada a la lucha y la transformación social.
  • El cambio de valores dentro de las organizaciones comunistas, el abandono del sectarismo, la superioridad y cerrazón de algunos dirigentes, la necesidad de ser abierto y unitario con otros comunistas y el rechazo al institucionalismo burgués en el que algunas organizaciones han caído.
  • La necesidad de que en una etapa posterior se fuese abriendo paso, más allá de la formación, la investigación y el análisis que nos permitiera elevar la capacidad de propuesta política.
Terminado el debate sobre las áreas, desde la mesa se lanzaron las siguientes propuestas:
  • Incorporar dentro de las 6 áreas temáticas, si no surgía una propuesta formal de sustitución de las mismas, o eliminación de alguna de ellas, las cuestiones planteadas por los camaradas.
  • Aceptar los plazos de presentación (15 de Enero) de los borradores de las áreas temáticas propuestas
  • Conformar las comisiones de elaboración política correspondientes a las áreas temáticas a partir de la inclusión de los camaradas asistentes en las mismas y organizarse mínimamente cada área/comisión para poder empezar a trabajar.
  • Convocar la siguiente asamblea para finales de febrero en la cuál serían discutidas las elaboraciones políticas realizadas por las áreas temáticas.
Las propuestas de la mesa fueron aceptadas por consenso general de la sala.

De forma inmediata se pasó a la constitución de los grupos de trabajo para la elaboración política, aspecto en el que debemos reseñar que el grado de incorporación de los asistentes fue muy elevado.

Posteriormente se propuso la incorporación de camaradas a la comisión de coordinación de tareas hasta el tercer encuentro.

Dado que la comisión gestora no tenía más que 5 nombres propuestos sobre un total de 15 se acepto la primera parte (inclusión de los 5 nombres) y se pasó rápidamente a la incorporación a la comisión de coordinación de todos aquellos que quisieron incorporarse a la misma.

La reunión se dio por finalizada a las 2 de la tarde en un clima de alto nivel de satisfacción, trabajo colectivo y compromiso militante con las tareas que el EEC había aprobado.

Debemos señalar que tanto en las comisiones de elaboración política como en la de coordinación de tareas la incorporación de militantes de partidos comunistas con la de militantes comunistas sin partido se produjo de un modo natural y solidario, de acuerdo al espíritu que ha animado al Espacio de Encuentro Comunista desde el primer momento de llamamiento al mismo.

Ahora queda en manos de los comunistas del EEC avanzar hacia el desarrollo de ideas, la cooperación en el trabajo de coordinación y elaboración política, la extensión de núcleos del mismo por el territorio del Estado español y los sectores productivos y la preparación de un buen tercer encuentro. El desafío continúa y las ganas de combate también.