5 de diciembre de 2015

20-D, CUANDO YA NADA SE ESPERA

Por Marat
Déjenme que les transmita mi estado de ánimo, si a ustedes no les parece mal.

Como dijo hace muchos años, y ya nadie quiere recordar, Gabriel Celaya “estamos tocando el fondo” pero no para empezar a emerger como él esperaba sino para quedarnos en el légamo profundo de nuestra propia realidad como nación.

No tengo fuerzas ni me queda inteligencia para expresar mi sentimiento de vacío.

La mentira del supermercado publicitario de marcas electorales es parte de la basura que usted gustosamente comprará eligiendo entre lo supuestamente viejo y lo pretendidamente nuevo porque tampoco es cosa de situarle ante la sencilla posibilidad de mandarles a todos ellos al carajo y abstenerse el próximo día 20. En su mente de pequeño hombrecito sólo puede caber la posibilidad de elegir entre A o B, entre la canallada y la mentira, entre los viejos y los nuevos títeres del capital.

¿Cómo expresarle a usted, ciudadano desclasado de una clase media que se va yendo a pique, sin que usted quiera aceptar que debe darse cuenta de que su enemigo es este podrido sistema económico, que le van a vender de nuevo él timo del tocomocho sea por la vía de lo “viejo” o de eso que dicen que es-ya no es “nuevo “- que es lo emergente.

A usted, tonto a las 3 de una falsa clase media, que se cree no ser trabajador porque gana más que la mayoría de los trabajadores no le han dicho que cuando se vaya al paro descubrirá a que clase pertenece.

No voy a decirle lo que debe hacer, primero porque no me simpatiza ni su mentalidad de “a ver qué me cae y cómo se arregla lo mio” ni mucho menos su clase social, tan enemiga de la mía en objetivos, valores y modos de ver el mundo. Métase su yate cutre de muy pocos metros de eslora donde le quepa.

A mí me importa mi clase social. La clase que sufre al empezar la mañana, la que se desplaza dos horas para ir a su trabajo, la que ni siquiera me mira en el metro al volver cada noche agotada y dormitando; la clase que no consigue una beca de comedor o de guardería por falta de contactos, la clase que ya ha perdido, si tuvo alguna vez, el derecho a la cobertura del paro, la clase que nunca tuvo ese derecho, la clase que no llega a fin de mes, la clase con trabajos de dos días o de unas horas; la vieja clase obrera que peleó y mucho pero ya veremos si llega a ser pensionista, la clase de los jóvenes con o sin preparación que no alcanzarán la posibilidad de llegar a ser clase de ningún tipo, la clase obrera que vivió tiempos mejores y cada vez los ve peores. Los que visten de chino no por modernez ni tontería sino como única opción. Los que compran allí los reyes de sus hijos. Las caras de hombres y mujeres inmigrantes de lejanas latitudes que me encuentro en el metro cuando vuelven tarde, siempre demasiado tarde, de trabajar, agotados, pensativos, adormecidos,...

Esa es mi gente. De ahí vengo. Me han dejado claro hace tiempo que ya no puedo salir de ese territorio ni quiero hacerlo. Así me va. No me quejo. La elección fue libre.

Sé que de nuevo volverán a engañarnos. A ofrecernos antiausteridad que ni pueden ni saben ni combatirán.

Sé que los sinvergüenzas que trabajan para nuestros amos, nuestros queridos empresarios, van a contarnos que debemos elegir entre lo ya conocido y lo que está por conocer.

Sé que unos y otros, los viejos y los nuevos son nuestros enemigos de clase porque en su idilio con el sistema capitalista, si capitalista, todos ellos comparten ya unos condiciones muy superiores a las nuestras.

Les voy a contar lo que me parece lo nuevo, partiendo de que lo llamado viejo es fusilable.

Dicen que para que los perros se hagan amigos antes tienen que olerse el culo. Estos dos ya lo han hecho y se han reconocido como dos filibusteros unidos por la misma y vacía ambición de encumbrar personalmente sus egos, desplazando la “vieja política” por la “emergente”. Una y otra son igualmente asquerosas: el show político del marketing capitalista en el supermercado de marcas electorales. Si hubiéramos puesto las imágenes de Rajoy y Sánchez comprobaríamos que el chalaneo puede cambiar en su puesta en escena pero no en su significado.


Esto es lo que muchos de ustedes llaman democracia -les faltá añadir la coletilla de “burguesa” pero sospecho que no es un término que suelan usar. Prefieren el de clase media- Yo lo llamo el privilegio de votar -elegir es otra cosa y ya lo han hecho por ustedes quienes, de verdad, tienen el poder, que no son los medios sino los capitales de sus consejos de administración- al que te pondrá a mirar hacia Morón. Relajen sus esfínteres.

Mientras tanto, y con sumo cariño a los jóvenes clowns “emergentes”, les dedico esta canción:

Yo, no necesito conversar
porque adivino que ya sabes como soy
tu me has conocido siempre.
Tu, cuando me miras puedes ver
dentro de mi lo que ni yo puedo entender
yo te he conocido siempre.
Amigos para siempre
Means you´ll always be my friend
Amis per sempre
Means a love that will never end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre”


Y sí, algunos, muy pocos , en general casi nadie, piden ver y escuchar a un joven -es el valor supremo de estas elecciones, ser joven, así no hay pasado- que antes estaba enamorado de una coleta sin ideología y si la campaña durase un mes más lo mismo llegaba a socialdemócrata.


En puridad de democracia burguesa debiera ser obligación que el joven Garzón pudiera acudir a a debates a cuatro (PP, PSOE, IU/UP, UpyD) puesto que son los partidos salientes y la lógica dice que eso son hechos objetivos y no unas encuestas a cada cuál más manipuladas en función de qué fracción del capital muestre intereses concretos en unos u otros partidos o combinaciones postelectorales.

Otra cosa distinta es que interese lo que pueda decir, lo que de antemano no debiera ser presupuesto -a mí personalmente me interesa exactamente nada- por quienes tienen el poder de formar la opinión. Creo que IU cumplió ya su ciclo de partido sistémico y el sistema ha decidido que ahora tocan los postmodernos Podemos y Ciudadanos, esos engendros que nos han llevado a descubrir que las clases sociales ya no existen y que lo que hay es “gente” (amorfa, y también “municipal y espesa”, que diría Unamuno) y mucho ciudadano, ciudadanos por un tubo, tantos que hasta dan para un partido.

Al ver en el día de puertas abiertas del Congreso la imagen del fatuo Pablo Iglesias sentado en el escaño del Presidente del Gobierno me vino a la mente la imagen de otro friki, mucho más entrañable él porque en su vanidosa arrogancia deja ver su lado vulnerable: Sheldon Cooper, de “The Big Bang Theory”, una serie norteamericana inteligente -ya ven que no odio todo lo que viene de allí- en la que un grupo de científicos casi cuarentones demuestran tener la madurez mental de un adolescente, uno de los males de nuestra sociedad actual. Sheldon Cooper, en lugar de mear en su territorio, lo marca con sus nalgas en el sofá del salón del piso compartido. La diferencia es que Sheldon impone por los hechos la ocupación de su asiento. Iglesias nunca estará más cerca de alcanzar el asiento anhelado que el día en el que se sentó como un escolar de 8 años en el sillón del Presidente del Gobierno. En lo que le espera en el próximo ciclo del parlamentarismo burgués será, con suerte, utillero (como en el fútbol) o monosabio (como en los toros) de un gobierno del PSOE, aunque eso no dependerá ni de él ni del PSOE sino de lo que hagan y a quien apoyen los nuevos mercachifles del politiquerío: Ciudadanos.

Cuando los mesetarios acudimos a la política local vamos viendo como la señora Carmena, a través de una táctica de gestos (el resto empieza a ser de ladrillo) va avanzando en zafiedad para darse la mano en “urbanidad” con su antecesora la señora Botella.


La realidad es que cuando se conjuga la falta de inteligencia con el pijoprogresismo y la sujeción a la dictadura de la LOEPSF (Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera) nacida del reformado artículo 135 de la Constitución se acaban haciendo estas chorradas y se descubre el carácter burgués de quienes juegan a entretener y adormecer con sus patéticas payasadas a las clases oprimidas por el capital.

Y al final, nunca caen lejos ciertas actuaciones políticas de determinadas posiciones de clase. Si el caso de Carmena es evidente muestra de cómo la pequeña burguesía arropa su futuro, lo ruin se alcanza cuando quien iba en el pasado de incendiario (virtual) de no se sabe muy bien qué acaba escondiendo, por “descuido” una cuenta con una interesante cantidad pero, al fin y al cabo, expresiva de cómo esconden ciertos “profesionales” un dinerillo al fisco.


Tardarían mucho tiempo estos descubridores de “lo nuevo” en alcanzar la corrupción del PP, no porque sean mejores que ellos sino porque ni alcanzarán el gobierno, al menos en bastante tiempo, salvo coalición, ni como pequeña burguesía que son adquieren la competencia necesaria para ser considerados interlocutores válidos para los grandes capitalistas que cortan el bacalao. Siempre les verán como sus chicos de los recados y les puentearán por socialmente mediocres.

En el camino hasta donde lleguen serán, ya lo son, apadrinados por quienes en el pasado han representado a una derecha con ciertas capacidades de envoltura “democrática”. He aquí un ejemplo en forma de carta al director en el periódico "El Norte de Castilla"

...aunque no siempre

No nos cuenten cuentos de asustaviejas de Iker Jimenez y las conspiraciones de los reptilianos o del Club Bilderberg. Una organización en la que esto es posible carece de ideología clara, tiene un proyecto “radical” a nivel Ned Flanders (por la derecha integrista, sí) y está protegida por un responsable de organización de nivel Homer Simpson (Sergio Pascual)

Gregorio Morán ya nos avisó de que nos íbamos a enterar quien era Manuela Carmena.

Tras las críticas de la derecha económica, política y mediática sobre las tontunas que sólo parecen de chochez de la abuelita de las magadalenas (ahora los gilipollas las llaman de otro modo) se esconde el silencio de lo que jamas cuestionarán nada que favorezca al capital.

Cuando un viejo capo de la mafia de la construcción, Juan Miguel Villar Mir, de la constructora OHL dijo en Mayo aquello de “Manuela Carmena puede ser una gran alcaldesa” era por algo. Esta gentuza no da puntadas sin hilo. Hablaba de la Operación Canalejas. Llegó. En octubre Carmena dio luz verde al pelotazo de Villar Mir y OHL Un gran pelotazo que nos irá enseñando cómo seguir el camino marcado por la ex Alcaldesa Ana Botella. Y un concejal como José Manuel Calvo como gran procurador del asunto.

Parece que hay quienes quieren ignorar que la operación de lanzamiento mediático de Ciudadanos no es distinta a la ejercida con Podemos y que la búsqueda de la confrontación de chiste Rivera-Iglesias (cualquier día se meten la lengua) no es sino el modo de reforzar a unas opciones políticas que, de otro modo, tendrían un recorrido mucho más limitado, a pesar de la evidencia de que PP y PSOE son dos caras muy envejecidas. El 20-D por la noche verán que menos agotadas de lo que parecen y la ignorancia gritará tongo o insultará al votante sin asumir que todos juegan en la misma división, con los mismos presupuestos y admitiendo las mismas reglas de juego.

En medio de todas estas miserias los desahucios continúan. Siempre denuncié que la PAH manipulaba al negarse a opciones más justas y decentes que la “dación en pago” pero nunca dejaré de reconocer la valentía que los miembros de la PAH tuvieron durante mucho tiempo, cuando impedir un desahucio era la posibilidad de ser detenido u hostiado por la policía criminal del fascista Jorge Fernández Díaz.

Pero algo ha pasado. Los desahucios, aunque los niegan la señora Colau en Barcelona y la señora Carmena en Madrid, continúan pero ahora se hacen en silencio. Recuerdo cuando el PCE en 1979 vació en Madrid y en otras ciudades al movimiento ciudadano de las asociaciones de vecinos para colocar a muchos líderes de concejales o en alguna de tantas canonjías municipales. ¿Ada Colau? ¿Miramos Madrid y su corporación?

La clase trabajadora siempre ha de estar en la oposición, gobierne quien gobierne. Es el único modo de no desarmarse. Si gobiernan los que ella eligió, ha de ser tan leal a ellos como ellos lo sean con esta clase, sin olvidar de qué realidad viene ni quienes fueron sus enemigos del pasado. Pero los que dicen representarla pueden traicionarla mañana. Y desde luego, Podemos no es es un amigo de la clase trabajadora sino de los oportunistas y aventureros de clase media que han decidido vivir a su costa.

Alfon, como tantos presos políticos, negados en su condición de tales, sigue preso. Mientras él y tantos camaradas continuen encarcelados por defender a nuestra clase, nadie tendrá derecho a decir que vivimos en una democracia. Su dictadura burguesa, la del capital y sus partidos ocasionales, los del momento. Son sólo máscaras de una dictadura del capital que cada vez es más cruel, torpe, evidente y débil, al dejar ver su condición real.

Mañana, como tantos días en los que te levantes para trabajar, pregúntate si eres yunque o martillo, si clase trabajadora o te avergüenza decir lo que eres y necesitas disfrazarte en el halloween de la falsa clase media que va muriendo. Mira dentro de muy poco tiempo y pregúntate qué serán tus hijos. Mira a tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus vecinos. Pregúntate durante cuánto tiempo podrás mantener esa mentira en la que te han metido que dice que el mundo es una selva y que tienes que competir con todos los que quieres. ¿No te has planteado que tus enemigos son otros, y más que personas concretas, un sistema muy determinado que te hace desgraciado y esclavo?

Y sí, cuando ya nada se espera personalmente exaltante, que decía Gabriel Celaya, lo que nos queda es el cinismo o la rebeldía. Escoge campo. ¿No crees que los trabajadores tenemos ya que pasar a otra historia muy distinta, más nuestra, más sin mentiras, más centrada en el mundo que es posible crear entre todos nosotros?

¡Ah,! que qué voy a votar. Les voy a dar el bote, sí, con B, a todos ellos

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:

"Izquierdas 3 veces estúpidas: Francia, Argentina, Venezuela": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/12/izquierdas-3-veces-estupidas-francia.html

3 de diciembre de 2015

CUNHA PUSO EN MARCHA UN GOLPE BLANDO EN CONTRA DE DILMA

Eric Nepomuceno.Página/12

En una misma jornada, el Congreso nacional ha sido escenario de una victoria esencial para Dilma Rousseff y de una noticia que, aunque esperada, puso al país patas arriba. Con la serenidad cuidadosamente ensayada para la circunstancia, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, del PMDB, que se supone sería el principal aliado en la base de apoyo al gobierno, convocó una rueda de prensa para anunciar que había decidido aceptar un pedido de apertura de juicio político –el impeachment– contra la presidenta.

No por coincidencia, el anuncio de Cunha fue hecho exactamente cuando el presidente del Senado, Renan Calheiros, del mismo PMDB, confirmaba que un proyecto de ley enviado por el Ejecutivo había sido aprobado por amplia mayoría. Ha sido quizá la mayor victoria de Dilma en el Congreso desde que se inició su segundo mandato, hace once meses. Gracias a esa aprobación, su gobierno fue autorizado a cerrar las cuentas de 2015 con un hueco descomunal, un déficit de 120 mil millones de reales, lo que significa un agujero de estruendosos 31.500 millones de dólares (al cambio de ayer). De no haber sido aprobada la modificación en el Presupuesto Nacional, Dilma Rousseff estaría incumpliendo la Ley de Responsabilidad Fiscal, lo que pondría su mandato en altísimo riesgo.

No hubo tiempo, sin embargo, para celebraciones. Renan Calheiros anunciaba el resultado de la votación cuando, en otra parte del Congreso, Eduardo Cunha comunicaba su decisión de acatar un pedido de impeachment acusando a Dilma precisamente de haber cometido crimen de responsabilidad fiscal por haber gastado, en lo que va del año, más de lo que había sido autorizado por diputados y senadores.

Cunha, quien enfrenta un juicio en el Consejo de Etica de la Cámara de Diputados, habló de manera serena e insistió, en tres ocasiones, en que la suya había sido una decisión “estrictamente técnica”. También repitió dos veces que no sentía “ninguna felicidad” por haberla adoptado. Minutos después, en su cuenta de Twitter, el mismo Cunha divulgaba alegres mensajes, asegurando que había escuchado “los pedidos de la calle”. De decisión estrictamente técnica, ninguna palabra.

Tan pronto supo de la medida adoptada por Cunha, Dilma se reunió con su núcleo duro y decidió hacer un rápido comunicado a la Nación, a través de una cadena nacional de radio y televisión. En escasos tres minutos, la presidenta manifestó que recibió “con indignación” la medida “contra el mandato que me fue concedido democráticamente por el pueblo brasileño”, aseguró que su gobierno “no practicó actos ilícitos” y rechazó cualquier fundamento en el pedido de impeachment aprobado por Cunha.

En un clarísimo mensaje al presidente de la Cámara de Diputados, que enfrenta procesos en la Corte Suprema por haber practicado evasión fiscal, lavado de dinero, fraude contra el fisco y recibido coimas millonarias, Dilma Rousseff dijo, con semblante claramente contrariado, que “no existe sobre mí ninguna sospecha de desvío de recursos públicos, no mantengo cuentas en el exterior y jamás oculté del conocimiento público la existencia de mis bienes personales”.

Luego de las palabras de Dilma, algunos de sus asesores más cercanos admitieron, en conversaciones reservadas (o casi), que “ha sido mejor así”. Se explica: el gobierno estaba virtualmente paralizado en manos de una Cámara de Diputados presidida por Cunha, que desde hace al menos siete meses actuaba de manera pendular, como forma de chantajear tanto al gobierno como a la oposición. Al gobierno lo amenazaba con aceptar un pedido de impeachment si no era atendido en sus insistentes pedidos de apoyo para mantenerse en su puesto, principalmente después de que sobre él se desató una tormenta de denuncias acompañadas de pruebas contundentes. A la oposición la amenazaba con no aceptar ninguno de los pedidos de impeachment, a menos que le asegurasen la tan requerida protección. Será más fácil, dicen los asesores, derrumbar en el Congreso la iniciativa de Cunha.

Controlando al menos cien diputados en una Legislatura de 513 que es la de peor nivel –político, intelectual, ético y moral– de los últimos treinta años en Brasil, Cunha se movió como pez en el agua hasta hace poco menos de tres meses, cuando creció de manera consistente el volumen de acusaciones contra él. Dueño de una larga carrera de escándalos, Cunha llegó a la presidencia de la Cámara gracias al apoyo de las bancadas más retrógradas, y por haber sido siempre un excelente captador de recursos –casi nunca lícitos– para ayudar a financiar campañas ajenas, además, claro, de las suyas. Con eso logró contar con la lealtad absoluta de muchos diputados inexpresivos, que lo siguen y obedecen con la fidelidad de los perros bien entrenados y alimentados.

A partir de ahora, el trámite seguirá lo que determinan las leyes, y será largo. Primero, se arma una Comisión Especial para analizar la eventual admisibilidad del pedido de impeachment. Esa comisión es formada obedeciendo a la proporcionalidad de los partidos en la Cámara. Si la comisión mantiene el pedido, el tema será llevado al Pleno, donde necesitará la aprobación de dos tercios, o sea, 342 diputados. Para impedir que eso ocurra, el gobierno tendrá de alcanzar 171 votos. Si no los consigue, Dilma Rousseff será alejada del puesto mientras se analiza el tema en el Senado, que tiene la palabra final. En tal caso, asume el vicepresidente Michel Temer. El gobierno necesitará igualmente del voto de dos tercios de los senadores.

Es muy poco probable que el gobierno, ya en la primera etapa, es decir, en la Cámara, no logre los 171 votos necesarios. Algunos analistas dicen que eso es casi imposible. De todas formas, mientras tramita el proceso –cuyo plazo es difícil de calcular, una vez que la ley establece un determinado número de sesiones para cada paso, y las sesiones no tienen fecha rígida para ocurrir–, la tensión será permanente. Con el país atravesando un cuadro económico especialmente grave, ese nuevo ingrediente en una crisis política que ya era bastante seria no hace más que dejar entrever un 2016 muy duro.