10 de diciembre de 2015

IZQUIERDAS 3 VECES ESTÚPIDAS: FRANCIA, ARGENTINA, VENEZUELA

Por Marat

Hace algún tiempo que he decidido no fustigar a nadie con mis larguísimos textos de 11 a 16 páginas. Prometo cumplir la promesa también esta vez. En algún momento habré de recuperar aquellas largas reflexiones para mostrar que lo que parece evidente no lo es tanto, que vivimos bajo la lógica de las ideas dominantes del capital y trataré de desmontar sus falacias. Hoy será algo más apresurado. Una especie de lunch para adelantar algunas conclusiones sobre lo que le han pasado a las opciones “anticapitalistas” en estas breves y recientes semanas.

Grecia debió haber enseñado algo sobre la diferencia entre ganar unas elecciones y tomar el poder. Voy a aclarar por enésima vez qué es ocupar el poder:

La Comuna ha demostrado, sobre todo “que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines. ” (Manifiesto Comunista. Marx y Engels. 1848).

Si te fijas en el último capítulo de mi 18 Brumario, verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como venía sucediendo hasta ahora, sino demolerla. Y esta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente” (carta a Ludwing Kugelman. Karl Marx)

En esa carta fue donde Marx expresó la idea de “tomar el cielo por asalto” o “asaltar el cielo” -según traducciones- en referencia al intento de la clase obrera parisina de tomar el poder en la insurrección de la Comuna de París de 1871 tras la derrota de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana. Obviamente no se refería a ninguna coleta que en año y medio pasó de incendiario del sistema a bombero preventivo de cualquier intención socialmente pirómana que pudiera aparecer en un hipotético futuro, razón por la cuál esta siendo recompensado por el capital y sus voceros.

Francia tras tal intento revolucionario, por incompleto que fuese, no ha conocido ningún otro momento que mereciese tal nombre, salvo para los hijos universitarios de la pequeña y mediana burguesía que empezaron una protesta más de indigestión que de rabia. Lo llamaron Mayo del 68 y se inició porque a los chicos de los colegios mayores no les dejaban pasar a follar con las chicas de las habitaciones cercanas. Tiempo libre+aburrimiento+rebeldía generacional (no revolución, que es otra cosa)+ “picores” acaban dando una revolución “al pedo”, que dirían los argentinos.

En nuestra Europa, a la clase trabajadora no le ha hablado nadie en muchos decenios, salvo para pedirle el voto (ya no la nombran para tal cosa) o pedirle los sindicatos mayoritarios que apoye una huelga que pronto abandonarán a la primera oferta de pacto social mínimamente ventajosa para la aristocracia obrera que dirige esas organizaciones.

Hoy Francia es un país que avanza hacia una fascistización moderna que guarda las formas del discurso; un fascismo que muchos tildarían de civilizado porque ya no viste de Hugo Boss sino de Cacharel; un fascismo que, como en los años 30 en Alemania, roba sus ideas a los comunistas. Con una terrible y desoladora diferencia: los supuestos comunistas oficiales y pseudoziquierdistas europeos han renunciado a las ideas que en el pasado defendieron los viejos comunistas y que denunciaron como intento de usurpación por parte del fascismo y del nazismo.

Hoy, mientras las izquierdas ex comunistas, los falsos izquierdistas y los social-liberales se han convertido en defensores del orden republicano y burgués, en Francia y en toda Europa los neofascistas y los neonazis aparecen como las voces que gritan la rabia social que ya las izquierdas de origen obrero no hacen.

Sí en 2013 el Front National defendía la salida de Francia de la OTAN, ¿creen ustedes que alguna de esas izquierdas defendía tal cosa? NO.

El Front National de Marine Le Pen postula la nacionalización de grandes sectores productivos, los impuestos a grandes fortunas,la salida de la UE y las coberturas sociales a los sectores más desprotegidos de la clase trabajadora.

No hay dirección política de la rabia desde las ex izquierdas francesas, hoy casi tan partidarias del orden republicano como los Republicanos de Sarkozy.

La ex izquierdas francesas, como las españolas, tampoco apelan a las necesidades subjetivas de la clase trabajadora ahora defienden un concepto vomitivamente neutro y burgués: los ciudadanos. Hace ya muchos años que Marx y Engels explicaron que la burguesía creaba conceptos universales, aparentemente para el conjunto social, con el fin de imponer sus propios intereses de clase. El ciudadanismo escamotea la existencia de clases sociales y sus antagonismos dentro de esa ciudadanía. ¿Les suena a los españoles de IU y de Podemos esta basura ideológica que les venden en torno a la Constitución sus partidos en lugar de hablar de explotación y de lucha de clases? De lo que en profundidad significan estos conceptos no podría hacer piedra de toque ningún partido fascista. He aquí un territorio de lucha política, si se quisiera defender y, si al hacerlo, no se estuviera defendiendo mera terminología vacía de contenido sino un proyecto de derribo del capitalismo.

El punto de antagonismo actual entre el fascismo europeo y la racionalidad es la xenofobia, el racismo y el antiislamismo de los que el Front National hace bandera.

Convertida en una corriente de opinión pequeñoburguesa, bienpensante y “civilizada”, la “izquierda sistémica” francesa, tan repulsiva y acobardada ideológicamente por el empuje reaccionario como la española y europea, recurre a los lugares comunes progres y “cumbayás”. Defiende, no a los árabes en tanto que tales, sino a los musulmanes, cuando pide laicismo interno en sus sociedades. Ignora que oponerse a la guerra de religiones no es aceptar que el fanatismo religioso cree “zonas liberadas” en las zonas deprimidas de las ciudades y abandona la visión unitaria de clase que impida que los desposeídos caigan en ocasiones en las peores respuestas posibles. Cuando no existe una voluntad laica de emancipación de la explotación capitalista y de voz para los marginados sociales que unifique a todos ellos por encima de credos, culturas y etnias, lo peor está por llegar.

Esa izquierda francesa. española y europea ha dado lugar, en el mejor de los casos, a un “Sos Racismo” moñas del tipo “no toques a mi amigo”. El día en el que el dirigente del mayor sindicato de cualquier país citados del continente sea un latinoamericano, un árabe o un africano habremos avanzado algo. Sobre todo si no se trata de un asunto cosmético sino consecuencia de que la clase trabajadora, la absolutamente mayoritaria, ya no distingue a los trabajadores por su procedencia sino por la fraternidad que les lleva a elegir a los mejores de la misma como sus dirigentes sin mirar de dónde vienen.

Resultado de todo ese comportamiento político de las “izquierdas sistémicas” francesas: 43% de obreros y 38% de empleados han votado al Front National francés.

Una clase obrera que está desapareciendo y una nueva clase trabajadora cada vez más amplia, como consecuencia de la proletarización de amplias capas profesionales, ya no se reconocen en unas izquierdas defensoras del "status quo" del orden burgués que se conforman con una crítica sin daño al poder del capital. Denunciar la ausencia de “justicia social” no es otra cosa que rogar redistribución de un Estado capitalista que ya ni puede ni quiere redistribuir, pero que no cuestiona la base elemental de la desigualdad: la propiedad privada de los medios de producción y distribución.

Sin integrar a todos los oprimidos, explotados, desposeídos en un proyecto emancipador que acabe con la miseria, la necesidad, la falta de perspectivas y horizontes vitales, sin darles una bandera por la que luchar con todas sus energías, voluntades y esperanzas no se sorprendan que abracen el fascismo y el yihadismo. Les da fuerza por la que morir, cuando una ideología humanista debiera dárselas por la que luchar.

Lo peor de todo es que esas izquierdas, y más aún una sociedad mentalmente entumecida y cómplice de sus verdugos mira al nuevo fascismo con la mentalidad de pensar que ya se han civilizado, en lugar de entender que necesitan tomarse su tiempo para derramar el tarro de sus esencias.

Y ahora hablemos de Argentina y Venezuela.

Saber que un tipo serio y con el intelecto muy bien amueblado como Lula da Silva ha dicho que Podemos me recuerda los el PT de los orígenes en 1980, eso es lo que me parece ahora Podemos en Barcelona o Madrid” me hace pensar en el Lula de las luchas (cuya radicalidad y honradez ninguno de los dirigentes de Podemos alcanzaría) y en lo que ha acabado siendo su partido. Me recuerda al “OTAN de entrada no” de Felipe González y a la asistencia a la reunión antiyihadista de Madrid con Podemos de asistente pero sin su firma o al “le dí caladas -al canuto de hierba- pero no me tragué el humo” de Bill Clinton. La misma estrategia mentirosa de un reformismo hipócrita.

Sí he de reconocerle a Lula da Silva y a Dilma algo que no es posible admitirle al señor de la coleta. Han sido amigos de la revolución bolivariana hasta su final. Ya se ha producido, por mucho que sus herederos no lo admitan. Quizá la clave de esa lealtad esté en que Lula vino de la lucha obrera y Dilma de la guerrilla, mientras Iglesias venía del espacio pretencioso de la Universidad.

En común tienen Argentina y Venezuela una línea política respecto a la que parece que quienes no somos latinoamericanos no estamos en el derecho de criticar: el populismo.

Siempre he sido infinitamente más respetuoso con el populismo latinoamericano que con el europeo, aun estando muy lejos de ambos.

Mientras en Europa el populismo ha dado en el fascismo o le ha abierto sus puertas, en América Latina con frecuencia no ha sido así. En muchas ocasiones ha dado paso a gobiernos que han legislado a favor de las clases trabajadoras, el campesinado y otros sectores populares como los artesanos.

Pero en los últimos 15 años, el populismo se ha alimentado de las tonterías de un peronista como Laclau -lo de su “marxismo” es tan auténtico como la condición intelectual de Monedero- que, a partir de mitos (pueblo, nación, voluntad popular,…) ha construido una enorme ficción donde las clases sociales desaparecían dentro de un “colectivo” nosotros que no habría paso a una auténtica transformación material de la sociedad sino a un movimientismo permanente.

En ese proyecto nacional, y sólo antiimperialista como antineocolonialista (antiimperialismo nacionalista), faltaba una perspectiva de clase desde las que proyectar un sujeto transformador más ambicioso hacia otra sociedad: el socialismo.

Nacidas del pueblo (la nación. La categoría pueblo incluye a todas las clases desde la Revolución francesa), las voluntades del mal llamado socialismo del siglo XXI (Venezuela y Bolivia, principalmente), y apoyadas por sus aliados (Argentina, Brasil, Ecuador,..) dieron un impulso social, económico (en términos de mejora de situación de clase) y político (voces múltiples antes negadas) a los sectores oprimidos y pobres de América Latina, en su conjunto, mucho más allá de las naciones citadas.

Estar con aquellos proyectos era no una cuestión ideológica -había muchas razones para criticar sus insuficiencias- sino de moral revolucionaria. Un comunista formado jamás hubiera llamado a aquello socialismo, ni siquiera repúblicas populares, pero lo que estaban haciendo en favor de los desposeídos debía poner toda nuestra voluntad a su servicio: educación, salud, vivienda, acceso al transporte,…

El período de redistribución de la riqueza social fue muy dependiente en Venezuela y en Argentina de los buenos precios del petróleo y del período de transferencias de capital especulativo desde el centro a la periferia. Ambas cuestiones acabaron.

Hay que decir que Argentina y Venezuela son muy distintas. La primera es sólo la ficha del dominó pensada, alternativamente también Brasil, para hacer caer la ficha, ya derribada de Venezuela, con el objetivo de derribar la cubana o de chinizar económicamente ésta, algo que ya se está produciendo.

El capìtalismo jamás ha sufrido tal crisis pero tiene una vocación de Sansón derribando consigo el templo de los filisteos, mientras asume la posibilidad de acabar medioambientalmente con el Planeta, increíble. Jamás un sistema senil había llegado a tal grado de psicosis. Y con él de casi toda una población mundial cómplice de sus crímenes.

Si Argentina se agotó en el proyecto sempiterno de un populismo que amañaba hacia las clases trabajadoras, pero que sólo atendía a las clases medias, y más allá de las contradicciones del peronismo, de los efectos de la crisis y de los sucios montajes contra Cristina Kirchner, a Venezuela le pasó lo mismo tras la muerte del dirigente que galvanizaba un proyecto de construcción nacional digno pero inacabado, cuyos continuadores mediocres y aburguesados carecieron de la voluntad de dejar de hablar del socialismo y empezar a aplicarlo, pasando a una radicalización de la revolución cuando era posible. Hoy ya no.

Podría ser mucho más crítico hacia la revolución bolivariana. Públicamente no lo haré. La lealtad también pasa porque cierto grado de crítica expresada abiertamente dé un aviso a los compañeros pero no pueda ser fácilmente utilizada por nuestros enemigos.

Argentina volverá sobre su esencia “democrática” en períodos sin golpes: alternancia entre populismo que legisla para las clases medias, sin descuidar su integración en el “sistema global”, mientras ignora a las clases trabajadoras, y disciplinamiento económico bajo la más brutal dictadura del FMI contra las clases populares. No le veo salida a corto plazo.

A Venezuela le puede pasar algo mucho peor. Dependiendo de qué sectores de la MUD se impongan en la nueva situación y de que el PSUV y los sectores de izquierda resistan o no, es posible que se pase a cuchillo a los militantes bolivarianos o que la revolución pacte y se convierta en una especie de FSLN (sandinistas), ajena ya a las razones que la vieron nacer y entregados sus dirigentes a una alternancia caciquil entre élites. Hoy tú, mañana yo. La revolución no merece tal destino. Quisiera pensar en una opción distinta para un proyecto que pudo ser hermoso pero temo que ya ha sido escrito su destino.

Va siendo hora de que los comunistas cada vez tengamos más claro que una cosa son las izquierdas y otra muy distinta nosotros y que el camino de lucha hacia el socialismo pasa, de nuevo, como en el siglo XIX y en XX por diferenciarnos de ellas. 

5 de diciembre de 2015

20-D, CUANDO YA NADA SE ESPERA

Por Marat
Déjenme que les transmita mi estado de ánimo, si a ustedes no les parece mal.

Como dijo hace muchos años, y ya nadie quiere recordar, Gabriel Celaya “estamos tocando el fondo” pero no para empezar a emerger como él esperaba sino para quedarnos en el légamo profundo de nuestra propia realidad como nación.

No tengo fuerzas ni me queda inteligencia para expresar mi sentimiento de vacío.

La mentira del supermercado publicitario de marcas electorales es parte de la basura que usted gustosamente comprará eligiendo entre lo supuestamente viejo y lo pretendidamente nuevo porque tampoco es cosa de situarle ante la sencilla posibilidad de mandarles a todos ellos al carajo y abstenerse el próximo día 20. En su mente de pequeño hombrecito sólo puede caber la posibilidad de elegir entre A o B, entre la canallada y la mentira, entre los viejos y los nuevos títeres del capital.

¿Cómo expresarle a usted, ciudadano desclasado de una clase media que se va yendo a pique, sin que usted quiera aceptar que debe darse cuenta de que su enemigo es este podrido sistema económico, que le van a vender de nuevo él timo del tocomocho sea por la vía de lo “viejo” o de eso que dicen que es-ya no es “nuevo “- que es lo emergente.

A usted, tonto a las 3 de una falsa clase media, que se cree no ser trabajador porque gana más que la mayoría de los trabajadores no le han dicho que cuando se vaya al paro descubrirá a que clase pertenece.

No voy a decirle lo que debe hacer, primero porque no me simpatiza ni su mentalidad de “a ver qué me cae y cómo se arregla lo mio” ni mucho menos su clase social, tan enemiga de la mía en objetivos, valores y modos de ver el mundo. Métase su yate cutre de muy pocos metros de eslora donde le quepa.

A mí me importa mi clase social. La clase que sufre al empezar la mañana, la que se desplaza dos horas para ir a su trabajo, la que ni siquiera me mira en el metro al volver cada noche agotada y dormitando; la clase que no consigue una beca de comedor o de guardería por falta de contactos, la clase que ya ha perdido, si tuvo alguna vez, el derecho a la cobertura del paro, la clase que nunca tuvo ese derecho, la clase que no llega a fin de mes, la clase con trabajos de dos días o de unas horas; la vieja clase obrera que peleó y mucho pero ya veremos si llega a ser pensionista, la clase de los jóvenes con o sin preparación que no alcanzarán la posibilidad de llegar a ser clase de ningún tipo, la clase obrera que vivió tiempos mejores y cada vez los ve peores. Los que visten de chino no por modernez ni tontería sino como única opción. Los que compran allí los reyes de sus hijos. Las caras de hombres y mujeres inmigrantes de lejanas latitudes que me encuentro en el metro cuando vuelven tarde, siempre demasiado tarde, de trabajar, agotados, pensativos, adormecidos,...

Esa es mi gente. De ahí vengo. Me han dejado claro hace tiempo que ya no puedo salir de ese territorio ni quiero hacerlo. Así me va. No me quejo. La elección fue libre.

Sé que de nuevo volverán a engañarnos. A ofrecernos antiausteridad que ni pueden ni saben ni combatirán.

Sé que los sinvergüenzas que trabajan para nuestros amos, nuestros queridos empresarios, van a contarnos que debemos elegir entre lo ya conocido y lo que está por conocer.

Sé que unos y otros, los viejos y los nuevos son nuestros enemigos de clase porque en su idilio con el sistema capitalista, si capitalista, todos ellos comparten ya unos condiciones muy superiores a las nuestras.

Les voy a contar lo que me parece lo nuevo, partiendo de que lo llamado viejo es fusilable.

Dicen que para que los perros se hagan amigos antes tienen que olerse el culo. Estos dos ya lo han hecho y se han reconocido como dos filibusteros unidos por la misma y vacía ambición de encumbrar personalmente sus egos, desplazando la “vieja política” por la “emergente”. Una y otra son igualmente asquerosas: el show político del marketing capitalista en el supermercado de marcas electorales. Si hubiéramos puesto las imágenes de Rajoy y Sánchez comprobaríamos que el chalaneo puede cambiar en su puesta en escena pero no en su significado.


Esto es lo que muchos de ustedes llaman democracia -les faltá añadir la coletilla de “burguesa” pero sospecho que no es un término que suelan usar. Prefieren el de clase media- Yo lo llamo el privilegio de votar -elegir es otra cosa y ya lo han hecho por ustedes quienes, de verdad, tienen el poder, que no son los medios sino los capitales de sus consejos de administración- al que te pondrá a mirar hacia Morón. Relajen sus esfínteres.

Mientras tanto, y con sumo cariño a los jóvenes clowns “emergentes”, les dedico esta canción:

Yo, no necesito conversar
porque adivino que ya sabes como soy
tu me has conocido siempre.
Tu, cuando me miras puedes ver
dentro de mi lo que ni yo puedo entender
yo te he conocido siempre.
Amigos para siempre
Means you´ll always be my friend
Amis per sempre
Means a love that will never end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre”


Y sí, algunos, muy pocos , en general casi nadie, piden ver y escuchar a un joven -es el valor supremo de estas elecciones, ser joven, así no hay pasado- que antes estaba enamorado de una coleta sin ideología y si la campaña durase un mes más lo mismo llegaba a socialdemócrata.


En puridad de democracia burguesa debiera ser obligación que el joven Garzón pudiera acudir a a debates a cuatro (PP, PSOE, IU/UP, UpyD) puesto que son los partidos salientes y la lógica dice que eso son hechos objetivos y no unas encuestas a cada cuál más manipuladas en función de qué fracción del capital muestre intereses concretos en unos u otros partidos o combinaciones postelectorales.

Otra cosa distinta es que interese lo que pueda decir, lo que de antemano no debiera ser presupuesto -a mí personalmente me interesa exactamente nada- por quienes tienen el poder de formar la opinión. Creo que IU cumplió ya su ciclo de partido sistémico y el sistema ha decidido que ahora tocan los postmodernos Podemos y Ciudadanos, esos engendros que nos han llevado a descubrir que las clases sociales ya no existen y que lo que hay es “gente” (amorfa, y también “municipal y espesa”, que diría Unamuno) y mucho ciudadano, ciudadanos por un tubo, tantos que hasta dan para un partido.

Al ver en el día de puertas abiertas del Congreso la imagen del fatuo Pablo Iglesias sentado en el escaño del Presidente del Gobierno me vino a la mente la imagen de otro friki, mucho más entrañable él porque en su vanidosa arrogancia deja ver su lado vulnerable: Sheldon Cooper, de “The Big Bang Theory”, una serie norteamericana inteligente -ya ven que no odio todo lo que viene de allí- en la que un grupo de científicos casi cuarentones demuestran tener la madurez mental de un adolescente, uno de los males de nuestra sociedad actual. Sheldon Cooper, en lugar de mear en su territorio, lo marca con sus nalgas en el sofá del salón del piso compartido. La diferencia es que Sheldon impone por los hechos la ocupación de su asiento. Iglesias nunca estará más cerca de alcanzar el asiento anhelado que el día en el que se sentó como un escolar de 8 años en el sillón del Presidente del Gobierno. En lo que le espera en el próximo ciclo del parlamentarismo burgués será, con suerte, utillero (como en el fútbol) o monosabio (como en los toros) de un gobierno del PSOE, aunque eso no dependerá ni de él ni del PSOE sino de lo que hagan y a quien apoyen los nuevos mercachifles del politiquerío: Ciudadanos.

Cuando los mesetarios acudimos a la política local vamos viendo como la señora Carmena, a través de una táctica de gestos (el resto empieza a ser de ladrillo) va avanzando en zafiedad para darse la mano en “urbanidad” con su antecesora la señora Botella.


La realidad es que cuando se conjuga la falta de inteligencia con el pijoprogresismo y la sujeción a la dictadura de la LOEPSF (Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera) nacida del reformado artículo 135 de la Constitución se acaban haciendo estas chorradas y se descubre el carácter burgués de quienes juegan a entretener y adormecer con sus patéticas payasadas a las clases oprimidas por el capital.

Y al final, nunca caen lejos ciertas actuaciones políticas de determinadas posiciones de clase. Si el caso de Carmena es evidente muestra de cómo la pequeña burguesía arropa su futuro, lo ruin se alcanza cuando quien iba en el pasado de incendiario (virtual) de no se sabe muy bien qué acaba escondiendo, por “descuido” una cuenta con una interesante cantidad pero, al fin y al cabo, expresiva de cómo esconden ciertos “profesionales” un dinerillo al fisco.


Tardarían mucho tiempo estos descubridores de “lo nuevo” en alcanzar la corrupción del PP, no porque sean mejores que ellos sino porque ni alcanzarán el gobierno, al menos en bastante tiempo, salvo coalición, ni como pequeña burguesía que son adquieren la competencia necesaria para ser considerados interlocutores válidos para los grandes capitalistas que cortan el bacalao. Siempre les verán como sus chicos de los recados y les puentearán por socialmente mediocres.

En el camino hasta donde lleguen serán, ya lo son, apadrinados por quienes en el pasado han representado a una derecha con ciertas capacidades de envoltura “democrática”. He aquí un ejemplo en forma de carta al director en el periódico "El Norte de Castilla"

...aunque no siempre

No nos cuenten cuentos de asustaviejas de Iker Jimenez y las conspiraciones de los reptilianos o del Club Bilderberg. Una organización en la que esto es posible carece de ideología clara, tiene un proyecto “radical” a nivel Ned Flanders (por la derecha integrista, sí) y está protegida por un responsable de organización de nivel Homer Simpson (Sergio Pascual)

Gregorio Morán ya nos avisó de que nos íbamos a enterar quien era Manuela Carmena.

Tras las críticas de la derecha económica, política y mediática sobre las tontunas que sólo parecen de chochez de la abuelita de las magadalenas (ahora los gilipollas las llaman de otro modo) se esconde el silencio de lo que jamas cuestionarán nada que favorezca al capital.

Cuando un viejo capo de la mafia de la construcción, Juan Miguel Villar Mir, de la constructora OHL dijo en Mayo aquello de “Manuela Carmena puede ser una gran alcaldesa” era por algo. Esta gentuza no da puntadas sin hilo. Hablaba de la Operación Canalejas. Llegó. En octubre Carmena dio luz verde al pelotazo de Villar Mir y OHL Un gran pelotazo que nos irá enseñando cómo seguir el camino marcado por la ex Alcaldesa Ana Botella. Y un concejal como José Manuel Calvo como gran procurador del asunto.

Parece que hay quienes quieren ignorar que la operación de lanzamiento mediático de Ciudadanos no es distinta a la ejercida con Podemos y que la búsqueda de la confrontación de chiste Rivera-Iglesias (cualquier día se meten la lengua) no es sino el modo de reforzar a unas opciones políticas que, de otro modo, tendrían un recorrido mucho más limitado, a pesar de la evidencia de que PP y PSOE son dos caras muy envejecidas. El 20-D por la noche verán que menos agotadas de lo que parecen y la ignorancia gritará tongo o insultará al votante sin asumir que todos juegan en la misma división, con los mismos presupuestos y admitiendo las mismas reglas de juego.

En medio de todas estas miserias los desahucios continúan. Siempre denuncié que la PAH manipulaba al negarse a opciones más justas y decentes que la “dación en pago” pero nunca dejaré de reconocer la valentía que los miembros de la PAH tuvieron durante mucho tiempo, cuando impedir un desahucio era la posibilidad de ser detenido u hostiado por la policía criminal del fascista Jorge Fernández Díaz.

Pero algo ha pasado. Los desahucios, aunque los niegan la señora Colau en Barcelona y la señora Carmena en Madrid, continúan pero ahora se hacen en silencio. Recuerdo cuando el PCE en 1979 vació en Madrid y en otras ciudades al movimiento ciudadano de las asociaciones de vecinos para colocar a muchos líderes de concejales o en alguna de tantas canonjías municipales. ¿Ada Colau? ¿Miramos Madrid y su corporación?

La clase trabajadora siempre ha de estar en la oposición, gobierne quien gobierne. Es el único modo de no desarmarse. Si gobiernan los que ella eligió, ha de ser tan leal a ellos como ellos lo sean con esta clase, sin olvidar de qué realidad viene ni quienes fueron sus enemigos del pasado. Pero los que dicen representarla pueden traicionarla mañana. Y desde luego, Podemos no es es un amigo de la clase trabajadora sino de los oportunistas y aventureros de clase media que han decidido vivir a su costa.

Alfon, como tantos presos políticos, negados en su condición de tales, sigue preso. Mientras él y tantos camaradas continuen encarcelados por defender a nuestra clase, nadie tendrá derecho a decir que vivimos en una democracia. Su dictadura burguesa, la del capital y sus partidos ocasionales, los del momento. Son sólo máscaras de una dictadura del capital que cada vez es más cruel, torpe, evidente y débil, al dejar ver su condición real.

Mañana, como tantos días en los que te levantes para trabajar, pregúntate si eres yunque o martillo, si clase trabajadora o te avergüenza decir lo que eres y necesitas disfrazarte en el halloween de la falsa clase media que va muriendo. Mira dentro de muy poco tiempo y pregúntate qué serán tus hijos. Mira a tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus vecinos. Pregúntate durante cuánto tiempo podrás mantener esa mentira en la que te han metido que dice que el mundo es una selva y que tienes que competir con todos los que quieres. ¿No te has planteado que tus enemigos son otros, y más que personas concretas, un sistema muy determinado que te hace desgraciado y esclavo?

Y sí, cuando ya nada se espera personalmente exaltante, que decía Gabriel Celaya, lo que nos queda es el cinismo o la rebeldía. Escoge campo. ¿No crees que los trabajadores tenemos ya que pasar a otra historia muy distinta, más nuestra, más sin mentiras, más centrada en el mundo que es posible crear entre todos nosotros?

¡Ah,! que qué voy a votar. Les voy a dar el bote, sí, con B, a todos ellos

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:

"Izquierdas 3 veces estúpidas: Francia, Argentina, Venezuela": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/12/izquierdas-3-veces-estupidas-francia.html