6 de diciembre de 2013

¿QUÉ SABES O CREES SABER SOBRE “TRANSPARENCIA INTERNACIONAL”?

Por Marat

Desde hace unos años, un nombre más se ha ido añadiendo a la “cultura” organizacional de los españoles. Se trata de Transparencia Internacional o Transparency International en inglés. Pero ¿qué sabemos sobre esta organización?

Una vez al año, este grupo al que se nos presenta como una ONG, pero con vínculos directos o indirectos con otras organizaciones que no lo son en absoluto, publica datos sobre rankings de corrupción en el mundo, colocando a los diferentes países del Planeta en tan dudoso palmares. 

Quiero hacer hincapié en los criterios, fuentes de información e indicadores para el establecimiento de lo que Transparencia Internacional denomina como Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). Trasparencia Internacional habla de “Percepción” que, como todos ustedes sabrán, en su primera acepción alude a la organización de los 5 sentidos para captar una primera aproximación física al entorno; es decir, el primer eslabón cognitivo. Sólo en su segunda acepción la “percepción” alude a al modo en que la persona selecciona, organiza e interpreta los estímulos a través de sus sentidos. Aquí el componente sensorial pasa ya una fase cognitiva más racional, sin que abandone la subjetividad, dado que no se acoge a la empiria de los hechos sino a lo que aún se sitúa del lado de las creencias.


Vayamos, en consecuencia, a comprobar quiénes son “los que están más directamente confrontados con la realidad de la corrupción en un país”; es decir, vayamos a las fuentes.

Para elaborar el Índice de Percepción de la Corrupción 2013, afirma el sitio web de Transparencia Internacional en España, se utilizaron 13 fuentes de datos:
1.  Calificaciones sobre Gobernabilidad 2012 del Banco Africano de Desarrollo
2.  Indicadores sobre Gobernabilidad Sostenible 2014 de Bertelsmann Foundation
3.  Índice de Transformación 2014 de Bertelsmann Foundation
4.  Calificaciones de Riesgo País de la Economist Intelligence Unit
5.  Naciones en Transición 2013 de Freedom House
6.  Calificaciones de Riesgo País de Global Insight
7.  Anuario de Competitividad Mundial 2013 de IMD
8.  Political and Economic Risk Consultancy Asian Intelligence 2013
9.  Guía Internacional sobre Riesgo País de Political Risk Services
10. Encuesta de Fuentes de Soborno 2011 de Transparency International
11. Evaluación Institucional y de las Políticas Nacionales 2012 del Banco Mundial
12. Encuesta de Opinión Ejecutiva (EOE) 2013 del Foro Económico Mundial
13. Índice de Estado de Derecho 2013 de World Justice Project

La descripción de cada una de las fuentes de datos que encontrarán en el enlace que les he señalado anteriormente les dirá muy poco de las mismas, lo que presenta ya en sí un déficit de transparencia. En casa del herrero…

En consecuencia, si ustedes se fían del autor de este artículo, deberé ser yo el que haga un poco de luz sobre las instituciones arriba señaladas. Comprenderán ustedes que por una cuestión de esfuerzo y de dimensión de este artículo que, anuncio, será, como les tengo acostumbrados, largo, no me detenga en un análisis de las 13 fuentes pero sí lo haré en relación con buena parte de ellas.

Demos un repaso a los “expertos” en cuestiones de corrupción:
El Banco Africano de Desarrollo mantiene, entre otras organizaciones, relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), su brazo armado financiero, el Banco Mundial (BM) y Corporación Financiera Internacional. Ya vamos entendiendo algo más. Que el FMI, que ha tenido directores encausados en cuestiones de corrupción (Rodrigo Rato, entre ellos) y que es un fabricante de corrupciones, a través de las políticas privatizadoras en casi todo el mundo, la transición de los países del Este de Europa del socialismo al capitalismo y otras tantas fechorías, tenga algo que ver con una de las fuentes de Transparencia Internacional es ya un mal “indicador” de la transparencia y honestidad de esta última entidad. Pero prosigamos.

Conviene saber que las relaciones entre Banco Africano de Desarrollo, FMI, BM y otras instituciones financieras y económicas del capitalismo se dan también a través de otros espacios de encuentro de sus dirigentes, como el Global Issues Group (GIG), dedicado al análisis de tendencias y anticipación de los graves problemas mundiales y que tiene por objeto impedir que pase lo que pase –caigan truenos y rayos, chuzos de punta, o se adelante el día de la marmota en USA- el capital pueda perder su hegemonía en la lucha de clases a nivel mundial. Porque a lo que se dedican este tipo de “honorables y transparentes” instituciones es a conseguir que la lucha de clases la ganen los capitalistas y no a conspiraciones maquiavélicas de esas que les gustan a las páginas sobre iluminatis, chemtrails, conspiracionismo mundial y demás estupideces para consumo de analfabetos políticos. El capitalismo siempre fue “discreto” en su accionar, en el de verdad, en el que importa, y no en el de las falsas apariencias que quedan para eso que llamamos medios de comunicación y que son el “salsa rosa” y el “sálvame” de la información.
Hablemos de otro de los expertos que aportan análisis al Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional. La Fundación Bertelesmann (Bertelsmann Foundatión).

Ésta, que ha recibido el “Premio Ciudadano” (palabra tan querida por los desclasados y los “desclasadores”) en Madrid el pasado mes de Septiembre “por su trayectoria y actividades en los ámbitos de la cohesión social, la diversidad cultural, la responsabilidad social de las empresas, el emprendimiento juvenil y la participación ciudadana.”, fue fundada por el magnate alemán de la comunicación Reinhard Mohn, ex presidente del Grupo editorial alemán Berteslmann (en España fundadora del Círculo de Lectores), en el año 1995. ¡Toma ya, un lobby empresarial denunciando corrupción y analizando la transparencia en la política!

Convendría recordar que la editorial Berteslmann, antes de que Reinhard Mohn asumiese su presidencia, hizo un negocio redondo con el canciller Hitler editando durante el período nazi más de 20 millones de libros y folletos, entre ellos la publicación de autores nacionalsocialistas, como Will Vesper que hizo el discurso conmemorativo de la quema de libros de 1933 ¿Estaría Bertelsmann contribuyendo a la eliminación de la competencia editorial por vía expeditiva?  Sí, ya sabemos que el grupo editorial pidió perdón al salir la cuestión a la luz en la Feria del Libro de Frankfurt en 2002.(1) Pero, en cualquier caso, colaborar con el nazismo y lucrarse con ello está feo y pretender dar lecciones después, de transparencia y honestidad, es de traca.

Prosigamos. Economist Intelligence Unit (Unidad de Inteligencia de The Economist) es la división de prospectiva y análisis estratégico del semanario de información económica y financiera The Economist.

Llamativamente, The Economist, un medio de tendencia económica liberal, no se dirige a un público amplio sino, y en su antigua publicidad hacía ostentación de ello, coherentemente con el elitismo que subyace en su orientación ideológica, a los sectores que deciden y tienen peso en la sociedad –políticos, periodistas influyentes, profesores de economía, empresarios, financieros y hombres de negocios,…-. De hecho, en USA tiene una versión dirigida a los políticos de Washington llamada “Roll Call” y en Bruselas, sede del gobierno europeo, edita “European Voice”, dirigido a los políticos y funcionarios de la UE.

En definitiva, The Economist es uno de los medios de difusión al servicio de los lobbys USA y europeos, llamativamente dos ámbitos territoriales e institucionales en los que se ha legislado legalizando los mismos. De ahí que la percepción de la corrupción en la mayoría de los países de la Unión Europea y en Estados Unidos no sea tan elevada como en aquellos en los que la acción de los lobbys (capitalistas corruptos-corruptores) no tiene un encuadre jurídico . Sencillamente en los primeros la corrupción ha sido legalizada porque, para haber corruptos ha de haber corruptores y, si estos tienen carta de navegación, todo está en orden.

Sin embargo, Freedom House tiene el cinismo indecente de afirmar en su web que “es una organización de vigilancia independiente que se dedica a la expansión de la libertad en todo el mundo”.

Seguramente es en pro de la libertad, los derechos humanos en el mundo y la limpieza y transparencia de los gobiernos por lo que Freedom House consideró “admirable” el proceso electoral del régimen títere de USA en El Salvador en 1982, en medio de asesinatos masivos de militantes de izquierda y de derechos humanos, desapariciones y una guerra civil en un país fuertemente dividido.

Seguramente fue en defensa de la libertad y los derechos humanos que Freedom House hizo de vocero de Ronald Reagan, ocultando e intoxicando con mentiras y desinformación sobre las terribles y sangrientas represiones que los militares y los fascistas del partido ARENA, partido por el que Freedom House tomó parte en plena campaña electoral y que eran apoyados por la Administración USA, estaban llevando a cabo contra el pueblo salvadoreño, incluyendo el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero.

Es cierto que Freedom House en sus orígenes (1941) tuvo un ropaje progresista por sus vínculos iniciales al Presidente Roostvelt. Éste nunca fue un rojo. Simplemente eran los años del nazismo en el mundo y este amenazaba la pujante hegemonía de USA en el mundo, que se vería confirmada al finalizar la II G.M.

Así durante los años 50 y 60 daría una de cal y otra de arena. Se opuso al Macarthismo y apoyó el Movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos pero también fue un impulsor del Plan Marshall en Europa, uno de cuyos objetivos fue frenar la expansión del comunismo por la vía de las ayudas a la reconstrucción europea, y de la OTAN, como freno militar a la “amenaza soviética”.

Posteriormente las paladas de arena serían mucho más abundantes que las de cal. Si bien condenó el régimen genocida de Pinochet en Chile, cuyo golpe militar fue patrocinado por el gobierno al que sirve y que le financia, el de USA, su obsesión particular han sido los países que emprendieron un camino alternativo al del “libre mercado” que Freedom House defiende. Estimuló las disidencias antisocialistas en la URSS, Checoslovaquia, Polonia (cobertura a Solidaridad), China, Cuba, Serbia y apuesta ahora por potenciar operaciones logísticas de baja intensidad y estimular conflictos en los países del Socialismo del Siglo XXI.

La preocupación real de Freedom House nunca ha sido el Estado de las libertades democráticas en el mundo, por mucho que afirme esto en su nombre y en sus declaraciones públicas, sino la contención y derrota de los procesos de liberación en el mundo frente al Imperialismo y la desestablización de países que han optado por modelos económicos alternativos al capitalismo, sistema que es la esencia del objetivo hegemónico de quien la financia, el Gobierno USA. Y quien paga manda porque de críticas a los atentados de los Estados Unidos contra los derechos humanos, las libertades, el espionaje a los ciudadanos, la represión contra las protestas sociales en su propio país, el asesinato selectivo de personas en el mundo, las guerras provocadas para apropiarse de los recursos naturales de otros países y otras innumerables barbaridades de las diferentes Administraciones que han ocupado la Casa Blanca más bien nada.

Tampoco parece que la corrupción “amiga” les quite el sueño a los “luchadores” de Freedom House, ya que colaboró con empresas de los países del ex bloque soviético para crear una cultura empresarial ”moderna” y desarrollar medios de comunicación independientes (seguramente tan independientes como la propia Freedom House). Lo que esta institución no nos cuenta es que el proceso de privatización de las empresas que pertenecían al Estado en los países ex socialistas se hizo mediante la técnica de corromper al sistema político para darle la vuelta al calcetín de la economía y de vender –casi regalar- las empresas públicas a los amigos.

De hecho, si se toman ustedes la molestia de comparar los países del ex bloque soviético que aún no forman parte de la UE, y que no han completado su transición al capitalismo hasta los estándares exigidos por las autoridades europeas, en cuanto a percepción de corrupción por parte de los “expertos” independientes con los que ya forman parte la misma verán que –¡oh casualidad!- los segundos son percibidos como menos corruptos que los primeros. La parcialidad se intuye.  

Global Insight es una consultora norteamericana de análisis, estrategia y prospección de grandes sectores de producción y consumo. Analiza el potencial económico de distintos mercados a nivel mundial y asesora a las empresas clientes.

Las Calificaciones de Riesgo País, que es el enfoque desde el que esta entidad “experta”, al igual que Economist Intelligence Unit, estudia el Índice de Percepción de la Corrupción por países, son medios que están siendo utilizados por los tiburones de los mercados (grandes especuladores financieros internacionales), a través de indicadores como la “prima de riesgo”, por el fondo Monetario Internacional y por las autoridades económicas de Bruselas para imponer las medidas de recortes sociales y privatizaciones de los Estados del Bienestar, no sólo en la UE sino en el mundo. 

Si observan ustedes el listado de factores de Riesgo País, como nivel de probabilidad de que un país emisor de deuda no pueda hacer frente a los compromisos de pago de su deuda, observarán que muchos de ellos, más que indicadores objetivos son meras variables de tipo ideológico, cuyo objetivo es lograr una realidad social determinada: la imposición de un modelo liberal salvaje con la resignación de sus víctimas y la cooperación necesaria de las instituciones políticas.

Entre ellos, e insisto en que se detengan ustedes  en el listado de factores de Riesgo País que les he enlazado, el factor de corrupción es sólo uno más y ni siquiera parecer ser el principal como para que las dos entidades expertas que se ocupan de los Indicadores de Percepción de la Corrupción desde el análisis de Riesgo País tengan una reputación suficientemente acreditada y especializada en la cuestión principal: la corrupción.

Esta basura ya nos la presentó en su día a los españoles la Fundación Everis, del ex Ministro de Defensa Eduardo Serra, en su informe “Transforma España”, con propuestas de medidas ultraliberales y especial atención a la corrupción, ¡cómo no!, sólo política y con la presencia destacada en la rueda de prensa correspondiente del “científico”, musa hombre anuncio y prescriptor por un buen dinerito de la dieta (Pan Bimbo) de los indignados, Eduardo Punset.

Más bien parece que en el contexto del problema de la corrupción (es llamativo que Transparencia Internacional no haya hecho esfuerzos para exponer propuestas destinadas a combatir esta lacra) se nos está presentando un menú de destrucción de lo público y de propuestas del más criminal darwinismo social.

IMD, otra de las instituciones expertas en corrupción, es una de las más importantes escuelas de negocios a nivel mundial. ¿Mmmmmm? Sí, experta en corrupción,…sin lugar a dudas. Es en ellas en las que se forman los jóvenes lobeznos del capital, aquellos que son entrenados para arruinar economías, destruir vidas y esgrimir el derecho de botín tras la carnicería.

Su metodología de análisis en cuanto a investigación de la corrupción ha consistido en 2013 en una encuesta a 4.200 ejecutivos de un elevado número de países en los que se les preguntaba: “Soborno y corrupción: ¿existen o no existen?” Si lo sabrán ellos que suelen ser los corruptores.

Political Risk Services (Servicios de Riesgo Político) es una consultora experta en análisis y metodología sobre investigación de riesgo político, estabilidad sistémica y situaciones de cambio social, tanto en sus versiones involutiva como revolucionaria.

Evidentemente el análisis y la metodología sobre riesgo político de esta consultora no agotan los objetivos de la investigación en el ámbito político sino que se dirigen al modo en que las posibles contingencias de crisis políticas puedan afectar a la estabilidad económica, a los derechos de propiedad y a las inversiones en carteras de valores en el extranjero. Vamos, lo de siempre.

Political Risk Services es un consultor habitual del FMI.

Podría continuar citando al resto de “fuentes” a partir de las que se ha elaborado el ranking de corrupción por países de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción pero estoy firmemente convencido de que las conclusiones no harían sino corroborar que nos encontramos ante un listado institucional de lobistas, corporaciones capitalistas, agencias de dudosa transparencia en muchos casos y servicios a intereses bastardos torpemente maquillados, cuyos objetivos tienen mucho menos que ver con intentos honestos de combatir la corrupción en las instituciones políticas y en las administraciones de los países que con crear un estado de opinión internacional destinado a focalizar el fenómeno de la corrupción tan sólo en la órbita de la política, facilitando que la figura del corruptor, casi siempre ligado a intereses empresariales y financieros quede al margen. En sus manos, amigo lector, está continuar investigando sobre el resto de los “agentes examinadores” de los niveles de corrupción de los Estados.

Hablemos ahora un poco sobre “Transparencia Internacional”:
Transparencia Internacional, una entidad que se autodefine como ONG, fue creada en Alemania, donde tiene su sede central, en 1993 por Peter Eigen –¡vaya, qué casualidad, otra vez Alemania y otro alemán!-, ex director regional para África y América Latina del Banco Mundial, ligado directamente al FMI.

Conviene saber que el señor Peter Eigen mantuvo relaciones con la Fundación Ford, una entidad gobalista y liberal en lo económico que, bajo el paraguas de promover el progreso de las minorías marginadas y las libertades civiles, ha sido una de tantas “banderas de conveniencia” de la CIA

La profesora Joan Roelofs ha acusado en multitud de ocasiones a la Fundación Ford de ser una de tantas entidades lobbistas con acciones de penetración en los movimientos progresistas y de izquierda, cooptando a sus líderes y poniéndolos a trabajar al servicio de sus intereses globalistas y liberales. Sobre esta cuestión yo mismo he escrito algo hace tiempo. No parece, en cualquier caso, que el señor Eigen haya padecido de tales “veleidades” ideológicas en ningún momento.

Puesto que la información que voy a suministrarles a partir de aquí sobre Transparency International es demasiado exhaustiva, larga y prolija, voy a ponerles una serie de enlaces para que ustedes mismos decidan si continúan o no queriendo saber algo más sobre la cara oculta y especialmente opaca de estos paladines de la “transparencia”:

Transparencia Internacional: ¿”Pseudópodo de la CIA?”: http://www.jornada.unam.mx/2007/10/07/index.php?section=opinion&article=018o1pol

Confirmado : Transparencia Internacional es financiada por la USAID y la CIA: http://old.kaosenlared.net/noticia/confirmado-transparencia-internacional-financiada-usaid-cia

Transparencia Internacional: ¿dudosa transparencia?: http://www.trabajadoressociales.cl/provinstgo/articulo68.php

Transparencia Internacional, otro gran garrote del sistema imperial: http://ea.com.py/transparencia-internacional-otro-gran-garrote-del-sistema-imperial/


Hablemos un poco ahora sobre el capítulo español de Transparencia Internacional
Transparency International está organizada en delegaciones (capítulos) en unos 100 países. En España está ligada a la Fundación Ortega y Gasset, de corte liberal en lo económico. Su Presidente es el Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad Jesús Lizcano Álvarez, quien entre sus numerosas publicaciones dedicadas a su área de especialización tiene una ciertamente significativa, a tenor de lo que ya sabemos sobre las intenciones no declaradas de Transparency International y de sus socios, financistas y contratistas: "La empresa y su entorno económico en la Perestroika"

Este buen señor publicó en el mes de Julio de este año en el digital de EL PAÍS un artículo titulado “Veinte medidas contra la corrupción”, todas ellas destinadas al control de la corrupción de los partidos políticos. Se le olvidó el pequeño detalle de que la corrupción no afecta sólo a los partidos sino también a las empresas, que no sólo compran voluntades de partidos sino de también de periodistas, líderes de opinión, ONGs, tienen contabilidades dobles y triples, evaden capitales e impuestos a paraísos fiscales, practican la economía sumergida que evade impuestos, así como quiebras injustificadas, …. Quizá el hecho de Transparencia Internacional España cuente con empresas “colaboradoras” como La Caixa y Telefónica, a través de sus fundaciones, Repsol o Banco NCG explique ese “lapsus”. Según afirma en su web estás entidades y empresas comparten y asumen sus principios éticos. De la última de ellas no puedo decir nada porque no la conozco de nada pero creo hay sobradas denuncias en relación con loa “ética” empresarial de las tres primeras y desde hace ya tiempo.

Al señor Lizcano Álvarez le interesa la economía financiera y la contabilidad en la actividad económica y la trasparencia…sólo de los partidos.

Al Consejo de Dirección del Comité Ejecutivo de Transparencia Internacional España pertenece también el liberal (en lo político y en lo económico) Antonio Garrigues Walker, presidente del despacho de abogados Garrigues, asesor de grandes multinacionales y de los gobiernos español y USA en materia económica, comercial y de negocios, miembro del Comité Ejecutivo de la Comisión Trilateral y patrono vitalicio de la Fundación Ortega y Gasset.

Como buen cortesano, propuso “aislar” a la Casa Real de la Ley de Transparencia por la que tanto ha abogado su “ONGjejejeje” para evitar un daño que el él mismo no ha especificado, si bien cree que del rey para abajo “todo el mundo debe de estar incluido”. Este besamanos es uno de esos convencidos de que el Rey es “nuestro primer embajador”…de los negocios multinacionales de las antiguas empresas del INI, claro está. Claro que si tenemos en cuenta que el señor Garrigues Walker y el Rey, el primero como Vocal y el segundo como Presidente de Honor, son miembros del Patronato de la Fundación Ortega y Gasset, se entiende que entre compinches siempre habrá un buen entendimiento y el mayor afán de colaboración en pro del “bien común” de la camada.

Si a estas alturas del artículo alguno de ustedes siguen albergando dudas acerca de que cuando Transparency International habla de “sociedad civil” –la expresión ya debiera indicarle algo pero es una de esas que los papagayos repiten sin saber lo que dicen porque está de moda- se está refiriendo al mundo de los negocios, los intereses de las grandes corporaciones multinacionales, el modelo de sociedad que nos han traído los liberales económicos y el sistema económico capitalista, no seré yo quien le tuerza la opinión. Cada uno es dueño de sus propias creencias como también de su voluntaria ignorancia.

Otro de los miembros del Consejo de Dirección de Transparencia Internacional es Jesús Sánchez Lambás que, para variar, es también miembro del Patronato de la Fundación Ortega y Gasset como Vicepresidente Segundo. Comparte doble “militancia” con Emilio Lamo de Espinosa, el brillante sociólogo de derechas ex director del Real Instituto Elcano, el thik-tank español al servicio de las grandes corporaciones españolas (Repsol, Iberdrola, Telefónica, La Caixa, BBVA, Santander,…), lugar de retiro de los grandes dinosaurios del PSOE y del PP e impulsado por el Gobierno y varios de sus Ministros que también son miembros natos, como las grandes empresas, de su Patronato. Al fin y al cabo unas y otro le subvencionan. Por cierto, el señor Lamo de Espinosa ha vuelto, con el gobierno del PP a la Presidencia del mismo. Posiblemente, lo mismo que provocó su cese en 2005 sea el motivo de su rehabilitación ahora: su apoyo de entonces a la invasión de Irak y a la participación de España en ella.

Nos encontramos ante una maraña de organizaciones en las que las relaciones se entrecruzan y en las que los grupos de presión, influencia, lobbys, o como se les quieran llamar, de tipo económico entremezclan objetivos aparentemente loables y decentes con otros mucho más espurios, bastardos e inconfesables (la depredación de lo público por una camada de lobos “turboliberales”) que, en colusión con las instituciones políticas y los medios de comunicación del capital que les dan cobertura, utilizan el grave problema de la corrupción política, eludiendo la existencia de la económica, como señuelo para dirigir el debate social hacia otros derroteros que construyan ideología antipolítica, cuando sólo en la política podrá hallarse el medio de los grandes males a los que la ideología liberal nos ha conducido.

Conclusiones sobre la corrupción y la transparencia:
Todo grupo humano organizado susceptible de poseer alguna forma de influencia y/o poder es potencialmente corruptible en mayor o menor medida, siempre que esa influencia y/o poder le permita acceder como colectivo, o bien a una parte de sus miembros, a beneficios materiales y/o ventajas diferenciales sobre el resto de la sociedad.

Dicho de otro modo, la corrupción no es exclusiva de los partidos, las instituciones políticas o las administraciones públicas. Se da también y de un modo muy destacado en la actividad económica y los negocios, las iglesias, los sindicatos, la judicatura, los clubes de fútbol o los colegios profesionales, por citar algunos colectivos.

Sin embargo, en el momento actual existen una serie de factores que favorecen que la corrupción se extienda por los más diversos ámbitos de la vida política, económica y cultural.

La crisis del sistema capitalista no es sólo una crisis económica. Cabe hablar de una crisis sistémica no sólo por su carácter global y mundial sino porque afecta al resto de órdenes. La crisis lo es también política, de legitimación del sistema , ideológica, cultural, social, de valores y moral. Es, en definitiva, una crisis de civilización.

Lo que antes parecía sólido y estable se ha vuelto inseguro y fugaz. Todo muda y nada permanece. El que no corre vuela y, como dice el tango “Cambalache”, “El que no llora no mama y el que no afana es un gili”.

Por otro lado, la ingeniería financiera ha permitido el robo como noble arte de los negocios. La voladura de los Estados del Bienestar y su expropiación por el capital privado es una gigantesca subasta en la que el tráfico de información es clave para ser el postor más agraciado y el subastador pide a cambio su coima. Ser comisionista es el inconfesable sueño de cualquier político mediocre sin ideología y dar el gran pelotazo de su vida el de cualquier empresario tiburón ferviente creyente en la religión de “la libertad de empresa”.

La ley, que siempre ha tenido la huella de la clase dominante de la sociedad en la que se aplica, es hoy un enorme pudridero de la justicia. La lentitud en juzgar los casos de corrupción alienta al corrupto y por los agujeros inmensos de la legalidad se cuelan los peores crímenes contra la honestidad y la limpieza, agujeros que se hacen angostísimos canales para los débiles que la incumplen contra su voluntad. Bajo las nobles togas de algunos abogados, fiscales y jueces se escucha el tintineo de las monedas de quien cobra un extra por hacer que, además de ciega, la justicia sea sorda.

La transparencia, reclamada como bien jurídico a promover desde las redacciones de los periódicos, los creadores de opinión, las televisiones que performan, regulan y modulan la indignación y su orientación y las grandes corporaciones que imparten lecciones de ética y “buen gobierno de la empresa”, mientras compran voluntades y leyes orgánicas, se vende hoy como el bálsamo curalotodo de la peste que asola al país.

El partido más corrupto de la historia de España ha aprobado, con su mayoría absoluta en las cámaras, una Ley de Transparencia que es una cortina de humo sobre los casos de corrupción que hacen de él un partido creado para delinquir. En el Anteproyecto de Reforma de Código Penal el tratamiento dado a la corrupción empresarial se pone en evidencia el deseo de impedir que se haga limpieza entre una patronal acostumbrada a las prácticas mafiosas y, lo más importante, que quién paga manda. Mientras tanto, ese mismo Código Penal criminaliza con penas de prisión mayor la protesta social contra las salvajes políticas de austeridad y de privatizaciones por parte del Gobierno que están provocando muertos en un país en el que seis millones de trabajadores se encuentran en paro y cientos de miles no podrán tener calefacción en sus hogares este invierno. Ello sucede a la vez que las empresas del Ibex incrementan sus beneficios en el último año en un 8,5% y, en paralelo, reducen sus plantillas en más de un 17%.

Erradicar la corrupción en una sociedad en la que el valor dominante y supremo es el éxito económico rápido, fácil, con poco esfuerzo y por los medios que sean necesarios es una quimera imposible de lograr porque son esos mismos valores, la corrupción que crea y alienta el poder económico y la existencia de una legislación que legitima el predominio de la riqueza privada sobre el derecho a una vida decente para todos, los que la hacen imposible.

Sin embargo sí que puede avanzarse hacia el horizonte de un mayor control y máximo castigo de la corrupción mediante una legislación que castigue tanto al corrupto como al corruptor, así como a quienes pudiendo juzgarlo se “despistan” de su obligación, porque uno no existe sin el otro o como decimos algunos, sin pretender ofender fes ni tendencias sexuales de nadie, “según la ley de Mahoma tan maricón es el que da como el que toma”. Y para eso ciertas ONGs, que de independientes sólo tienen el nombre, no sirven sino que son parte del problema porque utilizan términos como “buenas prácticas”, “buen gobierno”, “transparencia”, “corrupción” como cortina de humo para esconder la putrefacción que los corruptores  extienden sobre el conjunto del cuerpo social y que no es sólo la compra de voluntades políticas sino también la desconfianza de la población hacia las instituciones democráticas, lo que les sirve para ir preparando sus “gobiernos de técnicos” como paso previo a la privatización completa del poder político por las multinacionales.

NOTAS:
(1) Pascual Serrano. “Traficantes de información. La Historia oculta de los grupos de comunicación españoles”. Ediciones Akal. 2010. Páginas 99 y 100

3 comentarios :

  1. Muy buen trabajo, seguir la pista de los 'líderes de la sociedad civil' es de lo más instructivo y en ocasiones divertido.
    En cuanto al último párrafo me pregunto si a la corrupción no le pasa lo mismo que a cualquier otro crimen, incluído los peores de lo peor: que no se evitan con castigos, ni siquiera con la ley. La pena capital no evita ni el asesinato ni el robo. Si la ley es imprescindible, más lo es (creo que por enciam de aquélla) que la solución pase por cambiar a un sistema en el que no tenga cabida la corrupción, o sea, tirar al capitalismo a la basura y vuelta a empezar.
    Saludos, Agustín Velloso

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  2. Es sensacional esto de imaginar conspiraciones internacionales y soltar barbaridades y parrafadas larguísimas sobre instituciones y personas sin aportar un mínimo de prueba. No niego que la enorme imaginación del autor (o autora?) logre dar en el clavo en alguna de sus varias aseveraciones sin fuente, pero me parece que roza la la ciencia ficción todo lo que pone en este "artículo". Autores como estos son los que desprestigian a la izquierda y hace que no se tenga en cuenta en su lucha social.

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    1. Vamos a ver, pequeña sabandija (no mereces mejor tratamiento), si algo he hecho en este artículo es aportar datos, buscar vínculos entre “Transparencia” Internacional y sus partners y demostrar que de neutral no tiene nada tal institución sino que es protectora de intereses espurios del capital.

      Entiendo que un esbirro del capital como tú intente negar la evidencia de esos datos. Lo que no entiendo es que pienses que todo el mundo es tan limitado como tú como para no sacar sus propias conclusiones que nada tienen que ver con ningún pretendido conspiracionismo porque éste ha sido siempre el modo con el que ha actuado el capital.

      Y no, no soy ninguna “autora” como insinúas. Lo que te pasa, salvo que creas ofender con la idea de que el texto hubiera podido escribirlo una mujer, es que como eres, además de escaso neuronal, un ignorante, desconoces que mi apodo no es “Marta”, sino Marat, porque no tienes ni repajolera idea de quién fue ese personaje histórico.

      Tengo claro para quién trabajas. Lo que desconozco es por cuánto, aunque viendo el modo menos que mediocre con el que escribes, no dudo que será un precio muy bajo.

      Por lo demás, yo no soy de izquierda. Soy comunista, que es algo muy distinto. Pero esa es una sutileza que tu poco privilegiado cerebro no está en condiciones de apreciar. Venga, a cascarla.

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